por Miguel Sanchez
Santiago de Chile. La decisión de la justicia de Chile de
rechazar un recurso de la minera canadiense Barrick Gold para revertir la
paralización de su proyecto aurífero Pascua Lama, significó un triunfo judicial
para una pequeña etnia chilena que acusa severos daños a su hábitat por el
yacimiento.
La decisión judicial mantendrá paralizado Pascua Lama,
explotación ubicada a unos 4.000
metros de altitud en la frontera entre Argentina y
Chile.
Se trata de uno de los yacimientos de oro más grandes del
mundo, con una inversión inicial de $ 8.000 millones y otra prevista de $ 8.500
millones, cuya producción se estima entre 750.000 y 800.000 onzas durante
sus primeros cinco años de operación.
Un puñado de comunidades de unos 500 diaguitas, una etnia
del norte chileno, son las causantes de los dolores de cabeza de Barrick. Mediante
un recurso judicial presentado hace ocho meses, lograron que las obras de
construcción de Pascua Lama, que debía iniciar operaciones en el 2014, fueran
detenidas hasta que la justicia falle sobre el recurso de los indígenas.
“Lo trascendente de la primera decisión del tribunal que
paralizó Pascua fue importante, pero esta segunda determinación es más
importante porque hoy día el proyecto está completa e indefinidamente
paralizado y ningún recurso alguno podrá impedir la paralización. Es un nuevo
triunfo para nosotros”, dijo Lorenzo Soto, abogado de las comunidades diaguitas.
“Estamos tranquilos alegres y confiados en la justicia que
esto siga su curso, seguimos confiando en la justicia”, declaró, por su parte,
Solange Bordones, dirigente de los diaguitas.
Barrick argumentó en su recurso que la paralización de las
obras debía ser determinada por la Superintendencia del medio Ambiente (SMA) y no
por una ‘orden de no innovar’ que ordenó el tribunal chileno.
Sólo la SMA
“posee la facultad de paralizar o suspender la ejecución de un proyecto por
eventuales incumplimientos de las resoluciones de calificación ambiental
conociendo los mismos hechos”, indicó Barrick.
El proyecto Pascua Lama fue aprobado por una resolución
ambiental, que a su vez, prohibió a Barrick tocar o afectar tres glaciales
(Toro 1, Toro 2 y Esperanza) que se encuentran cerca del yacimiento, y que la
minera pensaba mover, según el diseño original de su plan.
En su demanda, las comunidades indígenas acusaron a Barrick
de no cumplir varias medidas de mitigación contenidas en la resolución
ambiental, y denunció una “situación de inminente daño ambiental sobre recursos
hídricos del río Estrecho (que surte sus poblaciones), y glaciares milenarios
que abastecen al río”, lo cual fue acogido por la justicia chilena.
Según el abogado Soto, los derechos de los diaguitas fueron
vulnerados ya que nunca fueron consultados por Barrick para establecer si el
proyecto Pascua Lama era viable.
A esto se suma que el río afectado por el proyecto es vital
para la subsistencia de los indígenas que usan sus aguas para beber, el pastoreo
de sus animales y la pequeña agricultura.
“A lo menos el proyecto, para que sea viable y acorde a los
intereses de mis representados, debe demostrar sustentabilidad, tener
componentes de beneficios sociales y entregar garantías ambientales. Los
diaguitas quieren que queden a resguardo sus intereses y no se ponga en riesgo
sus costumbres ancestrales” afirmó Soto.
El abogado explicó que las comunidades estiman que cualquier
circunstancia para la reanudación de las obras de la mina “supone
necesariamente que se deba proceder a la consulta indígena”.
Las obras en Pascua Lama se encontraban en la fase de retiro
de material para la creación de un gigantesco foso que albergará la mina. En el
lado, argentino, las faenas continuaban.
Además de la demanda indígena, Barrick Gold había sido
multada recientemente por la
Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Atacama
(norte) por no entregar información respecto a su plan de monitoreo de
glaciares que se encuentran en las inmediaciones del proyecto.
Fuente:
Miguel Sanchez, Paralización de proyecto aurífero Pascua Lama, un triunfo para indígenas chilenos, 22/04/13, El Nuevo Herald.
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