El operativo se realizó sobre dos predios, que en total
suman 16.600
hectáreas , cuyo propietario declaró ventas totales por
70 millones de pesos en 2012. Según la inscripción en la AFIP , el titular de los
campos se dedica al cultivo de maíz, soja, oleaginosas y legumbres secas,
transporte de mercaderías a granel y servicios inmobiliarios. El productor
compra y desmonta terrenos para plantar soja durante cuatro años y después
venderlos. Además, también tiene a cinco contratistas en negro.
Los inspectores constataron que los trabajadores, incluidos
mujeres y niños, residían en los campos rurales en condiciones infrahumanas.
Los trabajadores precarizados habitaban chozas construidas con plásticos y
palos sobre la tierra que eran provistos por su empleador. Además, no poseían
agua corriente, energía eléctrica, sanitarios, primeros auxilios ni sistemas de
comunicación. Dormían en condiciones de total precariedad, sin elementos de
aseo personal ni domésticos.
Entre otras irregularidades, se verificó que la familia de
un trabajador, compuesta por el matrimonio y sus hijos de 3 años, 2 años y 6
meses, dormía en una choza armada con palos y tela plástica, con un único
colchón, lo que obligaba a algunos de ellos a descansar sobre la tierra.
Además, el lugar era insalubre, con temperaturas extremas y
una gran presencia de insectos, víboras y otros animales, sin contar con medios
de traslado y asistencia sanitaria. Las necesidades fisiológicas debían ser
satisfechas a cielo abierto, a metros de las chozas y en letrinas.
En cuanto a la alimentación, los trabajadores se veían
obligados a comprar las mercaderías a su empleador, quien posteriormente se las
descontaba de sus ingresos, con lo cual se veían significativamente recortados.
Por otra parte, los niños no podían asistir a ningún
establecimiento escolar, debido al aislamiento al que se veían sometidas las
personas, dado que no contaban con ninguna posibilidad de desplazamiento hasta
la localidad de Dragones, la más cercana a la finca, ubicada a 30 kilómetros .
Los lugares visitados tampoco cuentan con elementos de
seguridad laboral, y se verificó también la falta de la indumentaria requerida
por el alto riesgo que implica este tipo de tarea.
En virtud de las condiciones advertidas durante el
operativo, la AFIP
presentó una denuncia ante el Juzgado Federal de Orán e informó a los
organismos del Estado nacional competentes en la lucha contra el trabajo
ilegal, infantil, explotación laboral o sexual y trata de personas ante la
presencia de situaciones de trabajo ilegal.
El procedimiento se realizó con el apoyo de la Gendarmería Nacional
y la Policía Federal
Argentina.
Fuente:
Los esclavos de la soja, 11/04/13, Página/12.
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