La mayoría de los 400 establecimientos educativos retomarán
de a poco el ciclo lectivo; muchos brindarán apoyo psicológico y social a los
alumnos damnificados.
por Valeria Musse
Pero las adversidades no derribaron el ánimo de la comunidad
educativa. "¡Cadena de manos!", exclamaban los alumnos y directivos
cada vez que llegaba al lugar un camión con ayuda.
Al igual que la
ESB N ° 1, hoy reabrirá sus puertas casi el total de las 400
escuelas públicas que posee esta ciudad. Pero por lo menos durante la primera
semana las clases no se dictarán con normalidad. Así lo reconocieron las
autoridades educativas bonaerenses.
Por un lado, porque 80 de esas escuelas, con una matrícula
aproximada de 20.500 alumnos entre los tres niveles educativos, están ubicadas
en los barrios más afectados por la fuerte tormenta y se estima que muchos de
esos jóvenes sufrieron, directa o indirectamente, las consecuencias de la
inundación.
Y, por otro, se tiene en cuenta que muchos de los
estudiantes de los centros educativos que no sufrieron los anegamientos también
fueron víctimas del histórico temporal.
"Está claro que la jornada no va a ser regular, como
una jornada habitual. Vamos a asistir psicológica y socialmente a los chicos.
También, vamos a identificar quiénes fueron afectados y así tendremos más
precisiones para asistirlos", detalló a La Nación Nora De Lucia,
titular de la
Dirección General de Cultura y Educación del gobierno de la
provincia, mientras recorría el Jardín N° 954, en el barrio Plaza Islas
Malvinas.
La funcionaria confirmó que el 98% de las escuelas reanudará
hoy el ciclo lectivo o, al menos, estarán abiertas para recibir a los chicos y
docentes. "Sólo cinco instituciones, por cuestiones de seguridad e
higiene, no van a abrir hoy sus puertas", agregó De Lucia.
Frente a la directora, Virgilio Fernández, padre de Tomás,
de 4 años, uno de los 165 chicos que asisten al Jardín N° 954, limpiaba parte
del mobiliario. "Mi hijo se sorprendió y decía: «Papá está limpiando el
jardín»", contó el hombre, al que se le dibujó una sonrisa en la cara al
recordar la expresión de su hijo. Como Fernández, otros padres, tutores y
abuelos se ocupaban, desde anteayer, de que la escuela volviera a la
normalidad, aunque no pudieron no sentir pena al ver los muebles y juegos
tirados en el piso, húmedos, a la espera de que se sequen.
Mientras, en otro lado de la ciudad, en Tolosa, Patricia
Bianchi, directora de la
Secundaria N ° 1, llevaba adelante una ardua tarea de
coordinación con parte de sus alumnos y otros voluntarios.
La docente se disponía a hablar con La Nación cuando, disculpa de
por medio, comenzó a gritar: "¡Cadena! ¡Hay que bajar colchones, leche y
ropa!". De manera sincronizada, unas 30 personas se formaron en fila y
comenzaron a pasar, de mano en mano, la donación que llegaba con un camión
desde San Isidro.
Esfuerzo y solidaridad
Si bien para hoy la institución dispondrá de dos aulas para
recibir a los estudiantes, la escuela está abierta desde la mañana del pasado
miércoles. Para que esto fuera posible hubo que trabajar bastante. Primero, se
puso en condiciones el inmueble, que fue gravemente afectado por el temporal y
llegó a ser cubierto por el agua hasta un metro de altura.
Desde entonces, en el establecimiento están trabajando por
los afectados. Sin embargo, las autoridades reconocen que, por ahora, será
difícil retomar las clases.
"En la escuela tenemos 173 familias damnificadas. Pero
los chicos, más allá de su propio dolor, se ponen de pie y vienen a
ayudar", destacó Bianchi, visiblemente emocionada. Desde entonces, las
donaciones son distribuidas entre los hogares de los estudiantes afectados, los
vecinos que las solicitan en el lugar y a través de las redes sociales y las
escuelas de otros barrios.
Además, la institución cuenta con seis lavarropas donados
por una empresa; los alumnos se ocupan de lavar la ropa de la gente a la que
las inundaciones del martes pasado no les perdonó nada en sus hogares.
Entre las escuelas que hoy no reabrirán sus puertas está la Escuela Técnica N°
8, de Tolosa, donde el temporal provocó importantes consecuencias.
El agua que ingresó en el instituto educativo alcanzó una
altura de un metro, aproximadamente, y causó daños en las máquinas del taller,
donde los chicos realizan las prácticas propias de la especialidad técnica.
"Suspendidas las clases hasta nuevo aviso", rezaba
la leyenda en un pizarrón que se observa detrás de las rejas cerradas del
establecimiento. Aguardan la reapertura de la escuela 800 alumnos.
Con respecto a la situación de los docentes, los gremios
también están relevando el nivel de afectación de los mismos.
Roberto Baradel, titular del gremio Suteba, indicó a La Nación que, al menos hasta
ayer, 100 de los 2500 maestros platenses afiliados a su sindicato habían sido
víctimas del temporal. "A los que ya identificamos les estamos llevando
los suministros y objetos que necesitan", agregó.
Fuente:
Valeria Musse, Gracias al esfuerzo de docentes y padres, se reabren escuelas de La Plata, 08/04/13, La Nación.
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