lunes, 19 de noviembre de 2012

Se pierden 25 hectáreas de bosque por día

Es la tasa registrada por una ONG en lo que va de 2012, según un análisis de imágenes satelitales. Equivale a 33,5 canchas de fútbol. En octubre se desmontaron 643 hectáreas. El desmonte está convirtiendo el noroeste cordobés en un desierto, asegura otro estudio.

por Lucas Viano

En lo que va del año la tasa de desmonte en la Provincia es de 24,8 hectáreas de bosque chaqueño, según un relevamiento satelital de la ONG Guyra. Son 33,5 canchas de fútbol como el Mario Kempes que desaparecen diariamente. En 2012 ya se perdieron 7.576,4 hectáreas (ha).

Aunque con una tasa levemente más baja, en octubre también desapareció bosque au­tóctono, presumiblemente por conductas ilegales de los dueños de los predios, ya que por ley está prohibida esta práctica.

El mes pasado se perdieron 643 hectáreas (20,7 ha por día). El departamento más afectado fue Ischilín, donde se desmontaron 571 hectáreas en cuatro predios. Tres de ellos se ubican al oeste de Quilino.

Hasta allí viajó La Voz del Inte­rior para verificar lo que refleja el informe satelital. A pesar de usar GPS fue imposible acceder a ellos, lo que demuestra lo di­fícil que es controlar esta prác­tica.

Estos desmontes ocurren en plena vigencia de la ley provincial de bosques nativos (9.814), sancionada en agosto de 2010, y de la ley 9.219, sancionada en 2005, que prohíbe la deforestación total de campos.

El desmonte está asociado, sobre todo, al avance de la actividad agrícola y ganadera en 
el norte y noroeste provincial, y al desarrollo urbano en las áreas serranas.

Las normas sólo permiten con autorización expresa de la Secretaría de Ambiente, la eliminación selectiva de plantas.

En septiembre pasado esta dependencia informó que hizo un sobrevuelo en la zona, pero no detectó ninguna deforestación ilegal.

Controló la intervención sobre el bosque nativo “de bajo impacto en campos destinados al uso silvopastoril” de varios expedientes, indicaba la gacetilla de prensa.

Y agregaba: “En todos los casos, el permiso otorgado contempla la mantención de una reserva forestal intangible que corresponde al 40 por ciento de la superficie total del lote. Por otro lado, estos campos deben mantener un 30 por ciento de cobertura forestal arbórea”.

Los otros departamentos donde la ONG Guyra detectó desmonte fueron Río Primero (7 ha), Río Seco (63 ha) y San Alberto (2 ha).

Sangría verde. De los 12 millones de hectáreas de bosques autóctonos que supo tener Córdoba a inicios del siglo 20, le quedan en pie apenas 600 mil en buen estado.

El bosque es vital para regular los recursos hídricos y el clima, además de sostener la biodiversidad.

Según un reciente estudio 
de Alicia Barchuk y Horacio Brito, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el 31 % del territorio del noroeste cordobés está desertificado y este proceso avanza.

“En base a diferentes indicadores indirectos, se conoce que los desmontes y rolados están provocando procesos irreversibles de desertificación”, apunta Barchuk.

Y agrega: “Se han verificado pérdidas de nutrientes y agua provenientes desde áreas más elevadas de la cuenca hacia áreas cercanas a las salinas, con incremento de colonización con vegetación. Esto es impensable dado que estamos hablando de un depósito de sales”.

La ley de bosques nativos busca proteger estos ecosistemas y determinar qué actividades se pueden realizar en ella según su grado de conservación (verde, amarillo y rojo). Pero el texto no cumple con ese objetivo según los ambientalistas y tampoco conforma a los productores rurales. Además hay un pedido de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema. Este conflicto le ha impedido a la Provincia recibir los fondos de la Nación destinados a reforzar los controles y a compensar a los dueños de los predios que conservan el monte nativo.

Qué se pierde

Árboles. En una hectárea de bosque nativo bien conservado puede haber hasta 500 especímenes de quebracho, algarrobo, tincicaco, entre otros.

Arbustos. También puede haber hasta 500 individuos de brea, espinillo, garabato, tala, chañar, mistol y otros.

Estrato herbáceo. Las hierbas típicas son bromelias, cola de zorro, pasto plateado, pasto hediondo, etc.

Servicios. El bosque provee servicios ambientales como la regulación hídrica, conservación del suelo, la purificación del aire protección de flora y fauna autóctona.

Denuncias. La Secretaría de Ambiente recibe denuncias. Pueden ser anónimas. Hay que dirigirse a Av. Riccheri 2187 o comunicarse al teléfono (0351) 434-3310/14.

La difícil tarea de controlar el desmonte en el norte

Los caminos inaccesibles y el territorio se alían con aquellos que siguen desmontando el bosque y dificultan los controles.

por Claudio Minoldo

Poniendo las coordenadas: 30° 17’ 42” Sur y 64° 32’ 48,3” Oeste en el GPS, partimos el pasado jueves por la tarde para verificar lo que en principio fue un desmonte de tres parcelas de terreno en el departamento Ischilín, a pocos kilómetros de Quilino.

Según la información que aportó la ONG Guyra de Paraguay, en octubre se produjo un desmonte de tres parcelas alineadas hacia el noroeste de la ruta nacional 60 donde el bosque nativo perdió 108, 192, y 135 hectáreas respectivamente.

Pero lo que parecía una empresa fácil, terminó siendo una odisea infructuosa.

El camino no cuenta casi con señalización mientras corre paralelo a las vías del ferrocarril. Se nota que sigue siendo recorrido porque, aunque de tierra, se mantiene en bastante buen estado. Lo primero que se advierte es que se trata de un suelo pobre y arenoso que alberga algarrobos negros, algunos quebrachos blancos, breas, mistoles, jarillas, jumes, y piquillines, además de tunales.

Pese a la aridez, los lugareños se dieron maña para crear plantaciones entre los que sobresalen cítricos y vides, además de hortalizas y legumbres.

No resulta extraño, entonces, que en el paisaje se vayan enlazando parcelas productivas con bosque nativo.

De tanto en tanto, una manada de cabras salta alambrados y se mete al bosque nativo a pastar. Durante la siesta, los únicos animales que parecen activos son los cuises y las lagartijas que se cruzan todo el tiempo por los caminos.

Un viejo camión Bedford se cruza en el camino con signos inequívocos de haber trasladado leña y los tres ocupantes levantan la mano para saludar.

La misión de llegar hasta el desmonte se hace imposible. Está claro que se encuentra dentro de una propiedad privada y ningún camino secundario permite acercarse a menos de 7,1 kilómetros de distancia.

Con el pretexto de buscar ­alguien que venda leña en cantidad, La Voz del Interior dialoga con varios lugareños que prefieren mantener su identidad en ­reserva para no pelearse con los vecinos.

No obstante, aseguran que no han visto en el último tiempo ningún movimiento ni signo de que hayan estado desmontando. Una mujer comenta: “Este es un lugar silencioso y si hubiesen estado con motosierras o topadoras hubiésemos sentido algo”. Otro vecino agrega: “Es un lugar chico y si alguien lo hubiese hecho ya nos habríamos enterado”.

El relevamiento deja la sensación de que los controles que el gobierno de Córdoba debiera realizar para cumplir con la ley de bosques se toparán con las mismas trabas topográficas con las que se encontró este diario.

Únicamente a través de sondeos por aire sistemáticos parece posible fiscalizar el cumplimiento de la ley.

Fuentes:
Lucas Viano, Se pierden 25 hectáreas de bosque por día, 18/11/12, La Voz del Interior. Consultado 18/11/12.
Claudio Minoldo, La difícil tarea de controlar el desmonte en el norte, 18/11/12, La Voz del Interior. Consultado 18/11/12.

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