Deberá definir si 33 empresas, Tucumán, Santiago del Estero
y la Nación
deben sanear el principal afluente de Mar Chiquita. Es un caso similar al del
Riachuelo. Ingenios azucareros, los principales contaminadores. La
consecuencia: mortandad de peces.
De esta forma, será el máximo órgano judicial el que le
ponga el cascabel al gato, pues se trata de un problema complejo por ser una
cuenca interprovincial, la más grande del país que no desemboca en el océano.
Ahora será la
Corte la que deba expedirse. Históricamente, nunca contradijo
un dictamen de la
Procuración. A fin de año aceptaría analizar la demanda y a
principios de 2013 convocaría a las demandadas a que hagan su descargo.
“A nivel jurídico es un caso espejo al del Riachuelo. La Corte dictó la condena en un
año e involucró a Ciudad y Provincia de Buenos Aires y la Nación. Esperamos
que haya una resolución a principios de 2014 sobre el Salí-Dulce”, dijo Juan
Picolotti, abogado de Cedha.
Picolotti también señaló algunas diferencias con el
expediente del Riachuelo. “En el Riachuelo no se demanda a las empresas, por lo
tanto no se las condenó. A su vez, es una cuenca más grande, pero el costo del
saneamiento sería sustancialmente menor que en el Riachuelo, ya que allí hay
que hacer un plan de cloacas por 1.500 millones de dólares y hay que
reconvertir a más de tres mil empresas”, puntualizó.
Las empresas denunciadas en la demanda son 15 ingenios
azucareros que también producen biocombustibles; ocho empresas citrícolas; ocho
frigoríficos; una papelera, y una productora de levaduras.
A su vez, se demanda a Tucumán por ser la jurisdicción donde
están instaladas estas fábricas a las cuales debería controlar. En Santiago del
Estero está el embalse Río Hondo, donde se depositan estos contaminantes, con
lo cual también fue demandada.
La principal medida de saneamiento consiste en la
construcción de plantas de tratamiento de efluentes en las empresas. “El
volcamiento de contaminantes es tan evidente que le cambia el color al agua y
aumenta el caudal del río de manera imponente. Los peces muertos se miden por
toneladas”, destacó Picolotti.
Zafra sucia. El período crítico ocurre durante la zafra, de
octubre a marzo. Muchos de los ingenios elaboran etanol a partir de la caña de
azúcar. El subproducto es la vinaza. Este año se producirán 200 millones de
litros de etanol y por cada litro de biocombustible se generan 13 de vinaza.
La vinaza contiene altos niveles de materia orgánica y
nutrientes como nitrógeno, azufre y fósforo. Las algas utilizan estos elementos
y también el oxígeno disuelto en el agua, con lo cual los peces mueren.
Enrique Bucher, profesor e investigador de la Universidad Nacional
de Córdoba que investigó la
Mar Chiquita por años, asegura que no hay estudios que
indiquen cuánta de esta contaminación llega al lago salado cordobés. “El río
recorre muchos kilómetros hasta llegar, y al traer contaminantes orgánicos,
estos se degradarían. A su vez, el embalse de Río Hondo retiene mucho. Pero
deberían hacerse estudios para tener precisión”, dijo.
Algunas de las empresas funcionan desde hace tres décadas,
pero su producción ha aumentado en los últimos años con el boom de los
biocombustibles.
Construir una planta de tratamiento le costaría a cada
planta unos cinco millones de dólares.
Comité y Defensoría
Comité. En 2007 se creó el Comité de la Cuenca Salí-Dulce ,
integrado por autoridades de Catamarca, Córdoba, Salta, Santiago del Estero,
Tucumán y la Nación. El
objetivo es coordinar una gestión eficiente, sustentable y equitativa de la
cuenca.
Defensores. En 2010, defensores del pueblo de la Nación y de las provincias
involucradas reclamaron a las autoridades el saneamiento de la cuenca para
evitar su contaminación.
Deberes propios y ajenos
La contaminación producida por los ingenios y otras empresas
tucumanas no es la única deuda ambiental que debe saldarse en la cuenca
Salí-Dulce y en Mar Chiquita.
por Lucas Viano
Córdoba también tiene que hacer sus deberes. Los ríos Suquía
y Xanaes también desembocan en la mar. Estudios demostraron que sus aguas
llevan restos de agroquímicos como endosulfán, aldrien y dieldrin. En el río
Suquía también se detectó la presencia de bacterias fecales provenientes de la
planta Bajo Grande, que trata los efluentes cloacales de la ciudad de Córdoba.
Además de la calidad, hay un problema de cantidad. Todos los
cursos de agua necesitan asegurar un caudal ecológico que garantice la
supervivencia de los ecosistemas asociados. Es el caso de los bañados del río
Dulce, al norte de la mar, donde habitan aves migratorias únicas.
Hace un año, Córdoba le reclamó a Santiago del Estero que
deje de extraer agua de la cuenca. Esta no es destinada a uso humano, sino al
riego de campos logrados sobre la base de desmontar zonas de bosque chaqueño
semiárido.
También hay denuncias contra la megaminera Alumbrera, que
transporta por un ducto un concentrado mineral desde la boca de mina, en
Catamarca, hasta Tucumán. Allí lo seca y el agua que se le extrae es arrojada a
la cuenca.
En 2004, un estudio de Gendarmería confirmó la presencia de
cianuro en este canal, y en 2007 la propia Secretaría de Minería de la Nación reconoció que
contenía metales con valores por encima de los permitidos. La denuncia fue
presentada por el fiscal federal tucumano Antonio Gómez.
Si la Corte
interviene, quizá sea el puntapié inicial para que todos hagan sus deberes.
Fuentes:
El saneamiento del Salí-Dulce, a la Corte, 31/10/12, La Voz del Interior. Consultado 01/11/12.
Lucas Viano, Deberes propios y ajenos, 31/10/12, La Voz del Interior. Consultado 01/11/12.
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