sábado, 8 de septiembre de 2012

Inundaciones bonaerenses: Nueva Plata, un pueblo aislado por el agua que vive con miedo




Queda en el partido de Pehuajó, uno de los más castigados por las lluvias. Sus 300 habitantes, que ya no usan las camionetas para movilizarse, sino tractores, temen que el lugar termine sumergido.

por Victoria De Masi

¿Habrá algo más arrasador que el agua? Si acaso fuese el fuego, su hambre devastadora no dejaría ni los recuerdos. El agua sí: allá asoma el lomo de una vaca muerta. Los pájaros, rapiñeros, surcan el cielo en bandada y sólo bajan para picotear al animal volteado sobre el barro. Desde hace unas semanas, la zona agraria Pehuajó está inundada y el agua deja huellas como ésas. El pasto de invierno es un recorte que aparece de a ratos en el paisaje. Resiste como Nueva Plata, el pueblo de apenas diez manzanas que está cercado por el agua, al borde del aislamiento.

Mientras que la media anual de precipitaciones es de 780 milímetros, en lo que va del año ya cayeron 1100 sobre Pehuajó, ubicado a 375 kilómetros de la Ciudad. Los vecinos están preocupados: todavía falta lo que lloverá en la primavera, la temporada más húmeda. Los campos donde siembran girasol, soja, maíz, trigo y cebada se convirtieron en lagunas. Las vacas, los terneros, chanchos y cabritos pastan lo poco que hay en las lomadas.

“Estero profundo” significa “pehuajó” en guaraní: una palangana que se inunda violentamente, donde el agua se estanca. Lo que tapa gran parte de los rodeos es agua de lluvia y del desborde del complejo lagunar de la zona, las encadenadas que arrancan en Trenque Lauquén. El escenario lo resume Juan Pirkins, productor agropecuario: “Estamos abandonados”. El y tantos otros argumentan que todavía no drenan la zona “porque si sacan el agua tapan el aeródromo y el camino Néstor Kirchner, que tendría que inaugurar Cristina en poco tiempo”.

En Nueva Plata, a 18 kilómetros de Pehuajó, no sólo sienten el desamparo, sino el peligro de quedar sumergidos. El acceso principal y asfaltado que queda en la intersección de las rutas 86 y 226 está anegado. Las caminos alternativos también. El pueblo, de unos 300 habitantes, está rodeado de agua. La plaza principal es su epicentro y lugar más elevando. El agua marca presencia a tan sólo 200 metros, en las cuatro direcciones. Es por eso que ya no usan las camionetas para entrar y salir, si no tractores.

Marcelo Tornati es tambero y hace más de un mes que sale en su máquina verde y levanta olitas. Jorge Bollia va y viene en bote. Angel Congele, que reparte frutas y verduras por los pueblos, sigue al mando de su F100: “Los caminos están todos cortados, así que acordé con algunos vecinos que me esperen en el camino cada quince días”, suelta. Si antes vendía cinco cajones de tomates por cada recorrido, ahora son dos.

Las autoridades de la escuela del pueblo cambiaron la dinámica de clases porque los chicos del campo, que llegaban a caballo, ya no pueden salir de sus quintas. Cuenta María Emilia Moreno, profesora de Matemáticas del colegio Alfonsina Storni, el único del pueblo: “Les enviamos trabajos prácticos por mail para que no se pierdan contenidos”. La fibra ópica llega a las estancias. El drenaje, no. En la unidad sanitaria “Doctor Antonio Cipolla” se preparan para atender las enfermedades típicas de una inundación, las respiratorias, de la piel y gastrointestinales. “Hasta ahora hubo dos casos de diarrea. Les decimos a los vecinos que no tomen agua de bomba. Y si no les queda otra, que la hiervan y le echen dos gotitas de lavandina”, explica la enfermera, Mabel Tomas.

El ritmo de Nueva Plata está alterado. Vive del campo y el campo está parado. “Si la vaca no come, no produce leche. Si no hay leche, no puedo fabricar queso”, recita Adrián Stacchiotti, de Lácteos Nueva Plata. En su fábrica bajó un 50% la producción. Lo que más temen es que vuelva a llover: “Con 90 milímetros más, tenemos que salir corriendo. Nos hundimos”, pronostica Juan Crivaro. Allí todavía esta fresco el recuerdo de la inundación del ‘87 y la del 2000. Son dos hitos en la línea de tiempo de Nueva Plata. Y no quieren que se repita.

A pesar del sol, el panorama en el interior bonaerense es poco alentador

La zona amaneció con un día soleado, pero la situación es alarmante según informa el presidente de la Sociedad Rural de Pehuajó, ya que la napa está saturada. Desde el Ministerio de Desarrollo Social envían ayuda a las familias de escasos recursos.

La situación en la zona de Pehuajó, en el oeste de la Provincia de Buenos Aires, sigue siendo alarmante a pesar de que hoy la región amaneció con un día de sol que podría iluminar alguna esperanza. El presidente de la Sociedad Rural de Pehuajó, Miguel Solgado, comentaba telefónicamente: “El panorama es muy grave, estamos con el 80 por ciento del partido entre inundado y afectado, con la napa freática a flor de tierra. Con una comunidad en riesgo que es Nueva Plata y con una problemática muy grave para todos los tambos que no pueden vender sus alimentos. La hacienda se está yendo del partido hacia La Pampa o se está vendiendo y no hay ningún auxilio a nivel provincial ni nacional”.

En paralelo, desde el Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner, se envió un comunicado en el que se informa que se “continúa asistiendo a familias de escasos recursos que fueron afectadas por las inundaciones en el territorio bonaerense”, y agrega que “el organismo envió hoy zapatillas, chapas, tirantes, colchonetas, paños absorbentes, pastillas potabilizadoras, repelentes, botellas de agua y alimentos a los partidos de Bolívar, General Paz, Carlos Casares y Pehuajó", mientras que agregan que hay “equipos multidisciplinarios del Ministerio recorriendo la zona, articulando la ayuda con los que más necesitan y detectando los casos más urgentes a resolver”.

En total, son 17 los distritos en estado de emergencia. “Acá hay un día soleado, pero tuvimos una lluvia extraordinaria en agosto, de hasta 300 milímetros. El panorama que tenemos, considerando que los meses de lluvia son septiembre y octubre, indica que se nos va a complicar mucho más y no se va a sembrar una hectárea. No hay ninguna autoridad del agua que nos pueda ayudar, no hay nadie. Es un abandono total. Estamos en manos del clima y esperando que siga saliendo el sol”, reclamó esta mañana Solgado desde Pehuajó.

“Si el clima se sostiene, recién podríamos sembrar en diciembre, porque la napa está totalmente saturada. Pehuajó está muy afectado en toda su extensión, está muy afectado aguas abajo Carlos Casares, no tanto como Pehuajó. Carlos Tejedor, y muy afectado San Carlos de Bolivar. El Vallimanca está totalmente desbordado, y esa es el agua que está presionando General Alvear, todas hectáreas productivas bajo el agua”, resumió la autoridad de la Sociedad Rural de Pehuajó.

Fuentes:
Inundaciones en la Provincia: Nueva Plata,un pueblo aislado por el agua que vive con miedo, 08/09/12, Clarín. Consultado 08/09/12.
A pesar del sol, el panorama en el interior bonaerense es poco alentador, 08/09/12, Clarín. Consultado 08/09/12.
Desastre natural en la provincia de Buenos Aires por las inundaciones, 08/09/12, Clarín. Consultado 08/09/12.

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