Son un fenómeno frecuente, pero este año aparecieron muchas
y antes de lo habitual. Especialistas sugieren la realización de controles.
Villa General Belgrano. Una tonalidad verdosa adquirieron en
los últimos días varios sectores del lago Los Molinos, embalse que comparten
los departamentos Calamuchita y Santa María y que aporta el 30 % del
agua potable que consume la ciudad de Córdoba.
Aunque no es un fenómeno extraño, suele ser habitual que las
algas proliferen con más altas temperaturas, cerca del verano. Por caso, el
lago San Roque, el más castigado por este fenómeno ligado a la contaminación
desde hace décadas, no tiene por estos días más algas de las normales para la
época.
“Hace algunos meses se veían ya algas dispersas, pero hacía
tiempo que no se veían acumuladas como ahora”, apuntó Enrique Tonón, presidente
del Ente Intercomunal Los Molinos, que nuclea a municipios, comunas e instituciones
ubicadas en torno al lago.
Dueño de un camping en la costa, el hombre es referente de
consultas cuando del lago se trata. Participa, como representante del ente, de
los monitoreos mensuales que desde 1999 llevan adelante en forma conjunta la Universidad Nacional
de Córdoba, la
Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia y la empresa
Aguas Cordobesas, concesionaria del servicio en la Capital. Según
Tonón, en el último monitoreo realizado esta semana, confirmaron una alta
acumulación de algas.
Raquel Bazán, ingeniera Química del Instituto Superior de
Estudios Ambientales de la UNC ,
e integrante del equipo que monitorea el lago, explicó a este diario: “Por el
tipo de embalse, es un proceso normal, pero a la vez representa una evidencia
de un deterioro de la calidad del agua”.
Aunque aún no están los resultados del muestreo tomado días
atrás, por su experiencia, Bazán opinó que se trata de “cianobacterias,
conocidas como algas verde-azules”.
“No hay que alarmarse”, apuntó, y aclaró que el agua es
totalmente potabilizable. “Los inconvenientes son desde el punto de vista
estético, por el paisaje y los olores desagradables”, aclaró, aunque advirtió
que si una persona o animal la ingiere en forma directa puede tener problemas.
Respecto de las causas, precisó tres factores: la luz, la
temperatura y los nutrientes que incrementan su propagación. La materia fecal,
humana y animal, es uno de los elementos con alto contenido en fósforo y
nitrógeno, que nutren y multiplican las algas.
Bazán aclaró que “este no es un evento aislado, sino
consecuencia de presión antrópica que recibe este embalse, por ejemplo por las
casas que se multiplican en un desarrollo sin planificación ni control”.
Impactos. Tonón apuntó que a la falta de tratamiento de
desechos cloacales en poblaciones ribereñas que registran crecimiento (Potrero
de Garay y Villa Ciudad de América), se suma el ganado que pasta en la costa
del lago o de sus ríos afluentes. “Una vaca o un caballo se compara a la
contaminación que producen 30 personas”, graficó.
Otro factor de aporte de nutrientes que algunos citan es el
de las cenizas que bajan de la zona serrana, tras los incendios de montes y
pastizales.
“Hace unos 10 días que se ve así, después de las lluvias y
el crecimiento de los ríos, las algas salieron a la superficie”, opinó Jorge
Alberto Genari, dueño de varios puestos de artículos regionales en
inmediaciones de Villa Ciudad Parque. Hace 40 años trabaja en esa zona, y dijo
que desde hace años es recurrente la aparición de algas, aunque con variantes
según las épocas. “Además, ya se percibe ese olor típico, como a Gamexane”,
apuntó.
Hace unos años, preocupaba en Los Molinos la proliferación
de otras algas, que algunos llamaron “rojas”, de mayor capacidad tóxica. Junto
con su presencia, se observaba la mortandad de pejerreyes.
Luego de investigaciones que determinaron que eran
favorecidas por el uso excesivo de agroquímicos en la cuenca, se procedió a
prohibir el cultivo de papa, que era típico en la zona cercana al lago. Esa
acción generó que en pocos años desapareciera esa especie de alga.
La potabilización
Dos lagos. Que Los Molinos tenga algas representa para Aguas
Cordobesas, la empresa que presta el servicio de agua potable en la Capital , un problema menor
que cuando proliferan en el San Roque.
Trayectos. “De Los Molinos llega a Córdoba por un acueducto
a cielo abierto, de 64
kilómetros , en el que el agua se va oxigenando. Llega
casi sin algas. Desde el San Roque la distancia es mucho menor y casi todo
entubado”, señaló Marcela Dávila, de Aguas Cordobesas.
Proceso. El agua con algas es potabilizable, pero requiere
un tratamiento especial. La mayor presencia suele darse en verano, o desde
octubre a abril.
A tiempo de que no sea otro San Roque
por Fernando Colautti
Para muchos, en el dique Los Molinos está buena parte de la
solución, al menos en el mediano plazo, a la crisis hídrica que viene
complicando al conglomerado urbano del Gran Córdoba. La apuesta es sacar más
agua de este embalse con ese destino, para aliviar el dique San Roque, que hoy
aporta el 70 % de la que consume la Capital.
Para lograr eso, faltan varios pasos, no menores.
Uno es de infraestructura y requiere muchos recursos: la
obra que reconstruya el canal de 64 kilómetros que lleva el agua hasta la ciudad
de Córdoba, para que transporte más caudal sin la pérdida actual calculada en
40 %, y entubado para evitar que los agroquímicos de los campos
deriven hacia ese acueducto. Para eso, se acumulan anuncios nacionales y
provinciales, pero nada se está haciendo hasta ahora.
El otro paso está ligado a la preservación ambiental. Debe
evitarse, a tiempo, que Los Molinos sea otro San Roque, el lago más degradado
de Córdoba.
Para eso, será necesario evitar que las urbanizaciones que
crecen en sus costas le aporten desechos cloacales sin tratamiento adecuado,
impedir que sus aguas y las de sus afluentes reciban tanto impacto de
agroquímicos de campos cercanos, prevenir los incendios en las sierras que le
suman cenizas, y oponerse a los desmontes de las montañas de su cuenca serrana,
como condiciones para mantener la calidad del agua de sus ríos aportantes. Poco
de esto se está haciendo.
Los incendios y desmontes en las sierras agregan además
sedimentos que restan volumen de agua al dique.
Sólo si se evita la degradación ambiental del lago -eso que los
técnicos llaman la eutrofización- podrá imaginarse que siga sirviendo como
recurso turístico pleno y como proveedor de agua potable de aceptable calidad.
Fuentes:
Algas, aviso de deterioro en Los Molinos, 15/09/12, La Voz del Interior.
Fernando Colautti, A tiempo de que no sea otro San Roque, 15/09/12, La Voz del Interior.
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