Grave impacto medioambiental y en el uso del agua potable.
por José Manuel Gutiérrez Bermedo
Freirina mostró sólo uno de los casos en que grandes
consorcios afectan considerablemente la salud de niños y niñas, mujeres y
hombres de esa Región, plagada de proyectos mineros que, entre otras cosas, le
arrebatan el líquido vital a los habitantes, a quienes ahora se los quieren dar
desalinizado y aumentando los costos.
El ataque medioambiental y a la salud de los habitantes de
distintas comunas de Atacama es un hecho. Las movilizaciones de Freirina
mostraron parte de un problema que se arrastra y se extiende en esta Región y
ante lo cual las autoridades, transnacionales y empresas privadas parecen hacer
poco o nada.
En contraposición, Atacama presenta varios problemas
medioambientales y sociales. Pero además la Región , incluyendo su capital Copiapó, no cuenta
con la infraestructura adecuada para soportar el impacto urbano de un brusco
crecimiento demográfico y del desarrollo de la actividad minera que se espera
para los próximos cinco años.
Así, al menos, se puede concluir a partir de los datos
arrojados por un estudio efectuado por la Cámara Chilena de la Construcción y la Universidad Católica
para medir la calidad de vida en distintas ciudades del país. De acuerdo a
esta, Copiapó demostraría muy poco avance en los ítems de vivienda y entorno,
condición laboral y sociocultural.
La calidad de expansión pública tiene muy poca inversión.
Faltan servicios como colegios, universidades, especialidades médicas y hay un
déficit en viviendas, además de una capacidad en la infraestructura vial urbana
cada vez más insuficiente para afrontar el creciente parque automotriz. Así lo
enfatizó el presidente del Comité Inmobiliario de la Cámara Chilena de la Construcción en
Copiapó, Marcelo Molina, a un matutino local de la zona.
Sin embargo, los problemas más graves residen en el
alarmante déficit de agua en Copiapó, los innumerables relaves y los proyectos
de termoeléctricas que involucran a gran parte de esta zona del país.
Recurso Hídrico
A fines de la década del 90 era común ver el río Copiapó con
agua. Los lugareños recuerdan con cariño cómo hacían la cimarra (1) en sus
márgenes, se bañaban los fines de semana en su corriente y algunos buceaban
para recolectar camarones.
Esas son historias que nostálgicamente se descuelgan de los
recuerdos. Especialmente cuando eventualmente llueve a tal punto que por unas
pocas horas el río vuelve a transportar el vital líquido por su lecho.
Así ocurrió a mediados del año pasado, luego que lloviera
torrencialmente y los copiapinos bajaran como si se hubieran puesto de acuerdo
para admirar esa visión, como el fantasma de un pasado aún presente en la
memoria colectiva.
El río seco y los cortes de agua ya son parte del diario
vivir. En noviembre pasado, la escasez tomó ribetes más alarmantes cuando los
cortes se hicieron tan evidentes que en la comuna de Paipote esta situación
duró por más de una semana. Al quinto día sin agua, los paipotinos salieron a
la calle y cortaron el camino internacional con barricadas y fueron duramente
reprimidos.
Fue el adelanto de lo que se venía y dejó en claro para la
población que los cortes ya no eran por roturas de matrices como se venía
diciendo, sino que había detrás un problema mucho más serio.
Recientemente el ministro de Obras Públicas, Laurence
Golborne, anunció la construcción de una desaladora del líquido como medida
para suplir las necesidades del consumo humano, la que operaría a partir
-recién- de 2017.
El dirigente señaló que “la frescura mayor de la mineras y
en este caso de Candelaria, es que no sólo han generado un déficit del recurso
sino que además traspasan el costo de producción y traslado de agua desalada
hasta la ciudad, a los bolsillos de las personas, ahorrándose ellos el
desembolso. Así, los ciudadanos verán duplicadas y hasta triplicadas las
cuentas mensuales, las que finalmente serán cobradas por la empresa privada de
Aguas Chañar”.
Para Jorge Godoy y la Mesa de Defensa la solución pasa por la
nacionalización del recurso hídrico, la administración local de cada una de las
cuencas y la destinación del agua pura cordillerana para el consumo humano.
Mientras en la cuenca del río Copiapó ingresan 4.500 l/s de agua
superficial, el consumo declarado en la Dirección General
de Aguas oscila entre los 7 y 8 mil l/s, lo que arroja un déficit de al menos
2.500 l/s, que son obtenidos a través de las napas subterráneas.
Esta sobreexplotación, causada principalmente por la
actividad minera de Candelaria, conlleva que literalmente el río Copiapó
desaparezca a la altura de esa planta extractiva y a un creciente vaciamiento
de las napas subterráneas.
Asimismo, la cuenca del río Huasco espera la misma suerte
tanto por la actividad próxima del proyecto Pascua Lama, que está destruyendo
los glaciares que la alimentan, como por la del proyecto Casales.
Los glaciares afectados por Barrick Gold son el Toro 1 en un
100 %, Toro 2 que ya presenta una disminución y Esperanza, en un 50 % de su
superficie original.
A su vez, un estudio encargado por la Seremi (2) de Salud de Atacama
y la Superintendencia
de Servicios Sanitarios (SISS), recientemente conocido, detectó alta
concentración de nitratos en el agua de los pozos de Piedra Colgada que
abastecen a las ciudades de Copiapó, Chañaral y Caldera.
La concentración de nitratos excede en algunos casos en un
31 % los 50 miligramos por litro de agua, sobrepasando los límites establecidos
por la
Organización Mundial de la Salud (OMS). El nitrato es peligroso para la
salud, en especial de los recién nacidos, pudiendo provocar metahemoglobinemia
o “síndrome del bebé azul”, llamada así por la reducción de la capacidad de los
glóbulos rojos de transportar oxígeno.
Además, dos informes evacuados también por la Seremi de Salud, dan cuenta
de una alta concentración de arsénico en el agua potable de Diego de Almagro,
excedido diez veces por sobre la norma. La denuncia fue formulada recientemente
por el concejal de esa comuna, Mario Araya, quién presentó un recurso de
protección en la Corte
de Apelaciones en contra de la
SISS y la empresa privada “Aguas Chañar”.
Relaves y aguas servidas mineras
Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA), citado en el libro “La muerte gris de Chañaral” de Manuel
Cortés Alfaro, describía esta ciudad como “una de las zonas más seriamente
contaminada del planeta y en forma concreta del Océano Pacífico”.
En sus playas colmadas de desechos mineros se bañaría, años
atrás, el entonces Presidente Ricardo Lagos, en un intento de convencer a los
lugareños de lo saneado de sus aguas. Sin embargo, es evidente el poco natural
tono verde amarillento de sus arenas.
Desde 1938, la Andes Cooper Mining Company, arrojaba al mar los
relaves derivados de la extracción minera en el sector de Potrerillos y El
Salvador, labor que continuó Codelco, hasta que en 1988, luego de una demanda
ciudadana de Chañaral, la
Corte Suprema resolvió la obligatoriedad de paralizar el
arrojamiento de relaves al mar y la construcción de un tranque de relave.
Estos relaves presentan concentraciones de metales pesados
como cobre, hierro, arsénico, cinc, cianuro, plomo, aluminio, mercurio y molibdeno.
Durante 52 años fueron arrojados más de 320 millones de toneladas de sólidos
residuales mineros y 850 millones de toneladas de aguas servidas por la
minería.
De acuerdo a los análisis de la subdivisión de Codelco de
1984, sobre presencia de “material pesado”, es decir tóxico, en peces y
mariscos, en las jaibas se detectó 52 partes por millón (ppm) de arsénico y de 27 a 36 ppm, siendo lo normal
de 0,1 a
4,1 ppm. En el Parque Nacional de Pan de Azúcar, los locos arrojaron 30 ppm de
cobre, las algas 70 ppm, los crustáceos de 50 a 200 ppm, los peces de 8 a 257 ppm y los caracoles de
mar 850 ppm; lo normal aceptable para este metal pesado es de 0,5 a 0,6 ppm.
Además de Chañaral, las ciudades de Tierra Amarilla y
Copiapó tiene grandes depósitos de relaves en el radio urbano, llegando incluso
a proyectar la construcción de algunas viviendas populares sobre estos
depósitos como es el caso de denuncias hechas por la Coordinadora de
Defensa en Tierra Amarilla.
En Copiapó, los relaves más antiguos son de la compañía Sali
Horschild y los depósitos de Viñita Azul. Las poblaciones más afectadas, sin
embargo, son las de El Rosario y El Palomar, cuyos habitantes están expuestos
principalmente a altas concentraciones de plomo.
Cabe señalar que los relaves entre más antiguos, más
peligrosos son para la salud humana debido a los cambios de los procesos
mineros, que hoy son más efectivos.
Uno de los hechos que se ha transformado en un verdadero
ícono del problema es la existencia de un cerro nuevo en las inmediaciones de
Tierra Amarrilla, enteramente creado con depósitos de relaves, que hasta hace
pocos años no existía.
Huasco y Freirina
El valle del Huasco es considerado uno de los más hermosos
de la Región
de Atacama. Una zona rural con una rica actividad agrícola, destacando las
plantaciones de olivos. Los productos más conocidos de la zona son las piscos y
el aceite de olivo, ente otros. Sin embargo, esta zona tampoco escapó a los
contaminantes.
La instalación primero de la termoeléctrica Guacolda y su
funcionamiento a través del pet coke más contaminante de las seis variedades
existentes, sometió a las plantaciones a material particulado y en el caso de
los seres humanos hay reiteradas denuncias por la incidencia de cáncer entre
los habitantes.
Asimismo, los pellets de hierro arrojados a lo largo de una
vía férrea que pasa a través de la ciudad y por el que transitan los trenes con
carga de la Compañía
Minera del Pacífico (CMP), potencian los efectos de los
metales pesados.
En el caso de Freirina, sus habitantes se oponen también a
la instalación de la termoeléctrica Punta Alcalde, por la contaminación que ya
conocen en la zona por Guacolda. Pero además, los freirinenses debieron sufrir
los malos olores de las toneladas de fecas de chanchos de la empresa Agrosuper,
que fermentan y que de acuerdo al proyecto original debieran ser tratadas. Pero
en la práctica son depositadas en fosos aledaños a la población junto a los
cadáveres de los porcinos que no alcanzan a sobrevivir.
Uno de los habitantes contó en una de las barricadas de la
movilización que conmovió al país, que prefería estar en el baño de su casa que
sentir el olor en el resto de las dependencias de la vivienda. Otro relató que
se despertaba todos los días a las cinco de la mañana sólo por el olor.
Lo cierto es que el día miércoles 16 de mayo, 24 horas antes
de la última movilización, los niños y escolares marcharon por la ciudad luego
de que varios de ellos sufrieran vómitos y se cerrara un jardín infantil por
este hecho.
Estos grandes depósitos no sólo contaminan el aire sino que
constituyen un verdadero peligro como foco infeccioso. Actualmente, Agrosuper
mantiene unos 750 mil chanchos en Freirina y proyecta tener sobre 2 millones.
Luego de una férrea y masiva movilización, los freirinenses
lograron que el ministro de Salud, Jaime Mañalich, concurriera hasta esa
localidad y determinara finalmente acoger la demanda de cerrar la planta,
reconociendo el foco insalubre y los malos olores, así como el inminente
peligro para la salud de las personas.
Otro de los problemas resistido por sus aspectos
medioambientales es el proyecto de la Termoeléctrica Castilla ,
en este caso por la población de El Totoral, Caldera y Copiapó.
Actualmente su futuro se encuentra a la espera de la
resolución de la Corte
Suprema. Sin embargo, en una acción nunca antes vista,
recientemente esa instancia judicial en vez de resolver, llamó a un avenimiento
para el 12 de junio en una búsqueda de un acuerdo de las partes.
Sin embargo, ya la
Mesa de Defensa de Atacama, la ONG Olca y la Junta de Vecinos de Totoral
manifestaron su resolución de no aceptar compensación alguna, sino por el
contrario, seguir en la lucha legal para proteger la salud, el medio ambiente y
el patrimonio tanto de la biodiversidad como de la riqueza arqueológica de la
zona.
Con anterioridad la
Corte de Apelaciones de Antofagasta por unanimidad dejó sin
efecto el informe del ex seremi de Salud, Nicolás Baeza, quien permitió la
aprobación del proyecto al declararla sólo como “molesta” y no “contaminante”,
según indicó el informe original emanado por la entonces seremi, doctora Pilar
Merino.
Uno de los antecedentes que llamó la atención, tanto de la Mesa de Defensa como de la
“Agrupación Un Hijo No Debe Morir”, fueron las circunstancias que rodearon el
nombramiento del doctor Baeza, ya que la titular de la Seremi lo señaló con
anterioridad como responsable de supuesta negligencia médica con resultado de
muertes en los neonatos Miriam Hortensia Gaete Jorquera y Pía Anais Carolina
Pinto Galleguillos.
Así andan las cosas por Atacama con la instalación y labor
de grandes mineras y empresas como Agrosuper.
- Faltar a clases, debiendo haber asistido.
- Las Secretarías Regionales Ministeriales de Chile son órganos desconcentrados de los Ministerios de Estado, que existen en cada una de las Regiones del país. Están dirigidas por un Secretario Regional Ministerial (SEREMI), que es el virtual representante del ministro respectivo en la región.
Fuente:
José Manuel Gutiérrez Bermedo, Mineras y empresas envenenan comunas de Atacama, El Ciudadano. Consultado 25/07/12.
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