El Congreso brasileño aprobó una reforma a la ley forestal
que regula el uso de la tierra y enfrenta a los ambientalistas con los grandes
productores agrícolas, tras lo cual deberá ser vetada o ratificada por la
presidenta Dilma Rousseff.
Los legisladores acogieron con 247 votos a favor, 184 en
contra y dos abstenciones la reforma de una ley de 1965 que establece las áreas
mínimas de protección de bosques en los diferentes ecosistemas del país, con
base en un texto elaborado por Paulo Piau, un diputado defensor de los agricultores.
Su propuesta había generado polémica al eliminar una norma
que había sido aprobada por el Senado que establecía áreas de protección
permanente en las orillas de ríos, considerada crucial para la preservación de
las reservas fluviales del país, y dejó la definición de esas zonas de
preservación forestal en manos de cada uno de los 27 estados.
Medida "Insuficiente"
Sin embargo, Piau reintrodujo una disposición que llama a
recuperar hasta 15 metros
de bosques en las márgenes de los ríos pequeños, considerado insuficiente por
ambientalistas porque deja por fuera la definición de la protección de ríos
mayores.
"Eso que fue aprobado no recupera nada, es
absolutamente insuficiente", comentó el abogado ambientalista Raul do
Valle, del Instituto Socioambiental.
Recordó que la norma aprobada en diciembre por el Senado
establecía protección de 30 a
500 metros
en las márgenes de los ríos, variable según el ancho del afluente. En las áreas
ya deforestadas, establecía la obligatoriedad de recuperar entre 15 y 100 metros , con
incentivos para quien cumple y sanciones para quien desacata esa norma.
Do Valle consideró que la versión aprobada establece un
precedente negativo porque envía la señal de que se puede incurrir en crímenes
ambientales con impunidad.
"Esa votación es un retroceso muy grande, lo que Brasil
construyó durante décadas, una legislación que protege sus bosque, está siendo
anulada", reclamó el abogado. "La nueva ley no penaliza a los que
deforestaron ni obliga a recuperar las áreas deforestadas".
Su postura fue rechazada por el diputado Piau, quien sostuvo
que Brasil posee seis ecosistemas diferentes, por lo que no se puede aplicar
una única medida de protección de áreas fluviales.
Recordó que el Código Forestal de 1965 fijaba cinco metros
como área mínima de protección de bosques en orillas de ríos y que fue en 1986
que subió a 30 metros
y en 1989 se aumentó a un área de 15
a 500
metros de protección, variable según el ancho del río.
"Intentamos construir un texto que no expulsara a
ningún productor ni ningún trabajador del campo brasileño. Hacer una ley para
expulsar un solo hombre del campo no sería una ley buena ni justa",
sostuvo Piau.
El Agronegocio
En el mismo sentido, la senadora Katia Abreu, presidenta de la Confederación Nacional
de Agricultura, conmemoró la votación y sostuvo que la ley es fundamental par
que Brasil continúe entre los mayores productores mundiales de alimentos.
Señaló que el país tiene 61 % de su territorio bajo alguna forma de protección y
27,7 % se dedica a la agricultura.
En un comunicado enviado desde China, donde se encontraba en
viaje de trabajo, Abreu señaló que la ley aprobada no contiene ningún artículo
que admita el aumento de la tala ni concede amnistía para quien deforestó
ilegalmente.
Los defensores del sector productivo destacan que el
agronegocio representa 37 % de los empleos del país, 27 % del producto interno
bruto y 37 % de las exportaciones brasileñas.
El Partido de los Trabajadores de la presidenta Dilma
Rousseff se pronunció contrario a la propuesta de Piau e incluso intentó
obstaculizar su votación.
Rousseff no se ha pronunciado sobre el proyecto pero
legisladores de su partido han dicho que ella vetaría aquellas disposiciones
del código que considera favorables a quien infringió las leyes ambientales.
"Presidenta Dilma: tenga coraje y vete los dispositivos
que conceden amnistía a la deforestación ilegal", exclamó el diputado Ivan
Valente, del Partido Socialista y Libertad.
En otros componentes del Código Forestal se definen reservas
legales de bosque en los diferentes ecosistemas, que llegan a 80 % de área
protegida en propiedades privadas de la Amazonia mientras que en otras regiones van de
35 % a 20 %.
Fuente:
Observador Global, 26/04/12, Brasil: aprobaron ley forestal, rechazada por ambientalistas.
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