Sobreviven pocos. El tabaquillo es una pintoresca especie que sólo crece en la parte más alta de las sierras. Grandes, quedan pocos. |
Voluntarios llevan plantados miles de árboles en la zona más
alta de las sierras. Ayudan a cuidar la cuenca hídrica y a evitar la extinción
del tabaquillo.
por Fernando Colautti
Entre tanto desmonte sobre el bosque nativo que desde hace
décadas sufre Córdoba, florecen algunas experiencias de reforestación a partir
de proyectos de voluntariado. Son quizá gotas en el mar de la deforestación,
pero marcan un camino.
Esas tareas se ven, sobre todo, en las áreas serranas, que
son las más vulnerables a los efectos de la erosión que provoca la falta de
cobertura vegetal y a la vez las más relevantes porque esa pérdida afecta las
cuencas hídricas donde nacen los arroyos y ríos que nutren de agua a Córdoba.
Algunas experiencias vienen generando, desde hace varios
años, ONG como Ecosistemas Argentinos y Proyecto de Conservación y
Reforestación de las Sierras, sobre todo en áreas de Los Gigantes y Sierras
Chicas, con plantaciones de especies nativas en las cuencas altas y actividades
educativas afines.
En ese marco, nació en Traslasierra el proyecto “Ordeñando
nubes”, que lleva miles de tabaquillos y maitenes plantados a pulmón en laderas
de cerros, a 2.600
metros , bien cerca del pico del Champaquí.
En la altura, los bosques aumentan la cantidad de agua que
las sierras “producen” no sólo por absorber y reservar mejor en sus suelos la
que cae de lluvias, sino por captar desde sus hojas la que dejan al pasar las
nubes y neblinas de montaña. De allí la metáfora elegida de “ordeñar” nubes
para mejorar el caudal hídrico serrano.
Arriba. Un grupo de voluntarios creó en Los Molles, cerca de
Nono, un Centro de Restauración Ecológica, como parte de las actividades de la Fundación de Actividades
Biosféricas. Se propusieron reforestar el extremo sur de la zona serrana
declarada por la Provincia
como Reserva Hídrica Pampa de Achala.
“El objetivo es contrarrestar el grave proceso de erosión
del suelo y de pérdida de la biodiversidad”, señaló Pablo Friedlander, presidente
de esa fundación.
Cada excursión de voluntarios del proyecto “Ordeñando
Nubes”, a sitios donde se llega sólo a pie o a caballo, supone plantar y cuidar
lo plantado, la reparación de cárcavas (grietas en el suelo por erosión) y la
colocación de alambrados para evitar que los nuevos árboles sean comida del
ganado.
Friedlander precisó que el proyecto se inició en 2002, con
la capacitación de voluntarios con colaboración de la UNC y la ONG Ecosistemas
Argentinos. Luego se avanzó en acuerdos con dueños de tierras en la ladera
oeste del cerro Champaquí. Entre 2005 y 2007 se tendieron alambrados en áreas a
proteger y en los últimos años se avanzó con reforestaciones concretas. Más de
dos mil nuevos árboles crecen ya sobre las primeras 29 hectáreas involucradas
en el proyecto. Las semillas de tabaquillos y maitenes son transformadas en
pequeños árboles en un vivero que los mismos vecinos voluntarios desarrollaron.
En extinción
Nativas. El tabaquillo y el maitén son las especies
autóctonas sembradas, únicas que crecen por arriba de los 1.500 metros serranos.
Ambas están casi en extinción, salvo en las recuperadas laderas del Parque
Nacional Quebrada del Condorito.
Testimonio. Jerónimo Segura, abogado y voluntario que
durante varios años coordinó el proyecto, señaló que lo plantado “será el
semillero para continuar”. Opinó que haría falta multiplicar la acción sobre
cientos de hectáreas serranas más. “Y esperar que algún día el Estado aparezca
con políticas activas para que las zonas que declaró como reservas hídricas
realmente lo sean, que sean protegidas de verdad”, planteó.
Fuente:
La Voz del Interior, 26/04/12, "Ordeñando Nubes", un proyecto comunitario de reforestación en Traslasierra, por Fernando Colautti.
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