viernes, 4 de noviembre de 2011

Una opinión experta 29

Franklin J. Adler es ingeniero civil, especialidad hidráulica, egresado de la Universidad Nacional de Tucumán. Se desempeñó en la ex Agua y Energía Eléctrica desde 1969 hasta 1985 en la ejecución de proyectos de obras hidráulicas, principalmente en el complejo Potrero de Clavillo, presa el Bolsón y estudios para el Alto Río Bermejo (ríos Pescado e Iruya). Fue director del Laboratorio de Construcciones Hidráulicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET) de la Universidad Nacional de Tucumán.

"Los eventos hidrológicos extremos (lluvias, caudales de ríos, sequías extremas) son de baja frecuencia. No ocurren todos los años o cada pocos. Pero por ser extremos producen fuertes daños y perjuicios a la población no preparada. Nuestros gobernantes no obran con vistas a esos fenómenos que, aunque son muy peligrosos, tienen baja frecuencia de ocurrencia. Prefieren correr el albur de no ser ellos a los que les toque rendir cuenta ante la sociedad por no haber previsto fenómenos de alto daño pero baja probabilidad de ocurrencia. Al fin y al cabo ello significa destinar esfuerzos y recursos que la sociedad no valora en períodos de normalidad y mejor resulta destinarlos a necesidades más urgentes y que brindan mayores réditos políticos y electorales"

Fuente: 
Franklin Adler, "El Desastre Natural de Tartagal (Provincia de Salta, Argentina)", artículo escrito en el 1º semestre de 2009 en el Departamento de Construcciones y Obras Civiles de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán.

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