Battambang, Camboya- Las aguas altas son devastadoras, incluso para un país acostumbrado a lluvias del monzón y campos de arroz anegados: amplias extensiones del territorio de Camboya se han convertido en lagos gigantes, con los pobladores y el ganado abandonado en manchas dispersas de tierra firme.
Las inundaciones que afectaron las tres cuartas partes de la superficie terrestre del país, según estimaciones de las Naciones Unidas, han sido opacadas por el vecino más grande y rico de Camboya: Tailandia, donde el gobierno está luchando para proteger el centro de Bangkok de una inundación.
Las inundaciones que afectaron las tres cuartas partes de la superficie terrestre del país, según estimaciones de las Naciones Unidas, han sido opacadas por el vecino más grande y rico de Camboya: Tailandia, donde el gobierno está luchando para proteger el centro de Bangkok de una inundación.
Aquí en Camboya, sin embargo, los trabajadores humanitarios describen una lucha darwiniana y más en general, un alto grado de desesperación entre los aldeanos.
"Esto es lo peor que he visto en mi carrera", dijo Soen Seueng, un médico de 58 años de edad, quien atendía una larga lista de víctimas de las inundaciones, la mayoría mujeres y niños, que acampaban en una franja elevada del territorio, accesible sólo por botes.
El doctor Seueng tomó el brazo flácido de una niña de 6 años de edad, Lor Chaneut, que recibió un diagnóstico de dengue, enfermedad transmitida por mosquitos que puede ser mortal sin atención médica. "Tienen que llevarla al hospital", instó el doctor Seueng a la familia de la niña.
La madre de la niña, Jeok Kimsan, dijo que los ahorros de la familia se perdieron con las inundaciones. "Iremos al hospital cuando tengamos un poco de dinero", dijo, mientras su marido construye una trampa para peces.
Vacas, cerdos y pollos comparten la franja de tierra seca, cubierta de desechos animales y humanos. "El baño es cualquier parte", dijo Henry Y. Sophorn, un estadounidense nacido en Camboya, que representa a un grupo sin fines de lucro, Disadvantaged Cambodians Organization, la cual forma parte de un sindicato de ayuda a las víctimas.
En Tailandia, el gobierno ha utilizado helicópteros, vehículos militares y una gran variedad de equipos para acceder a los damnificados por las inundaciones, pero en Camboya el trabajo de proveer las necesidades básicas ha sido en gran medida para las organizaciones privadas.
"El gobierno sólo puede ayudar a un pequeño número de personas, ellos no tienen capacidad", dijo Sophorn, cuya organización ha suministrado a 3.400 familias atención médica, arroz, fideos instantáneos, conservas de pescados y agua embotellada, con el dinero de un donante de Hong Kong, que ha pedido permanecer en el anonimato.
Con la poca o ninguna ayuda del gobierno, muchos aldeanos han quedado a su suerte.
"El gran impacto está comenzando", dijo Sen Jeunsafy, portavoz en Camboya de Save the Children, una organización de ayuda internacional. "Lo que hemos hecho es un alivio inmediato. pero colectivamente, no hemos sido capaces de llegar a todas las familias".
Los socorristas sostienen que el alcance de la crisis provocada por las inundaciones en Camboya no se conoce todavía, debido a que muchas áreas afectadas son remotas y no tienen comunicación. En total, las Naciones Unidas estima que 1,2 millones de personas -de un total de alrededor de 15 millones- pueden haber sido afectadas.
Los productores de arroz y los pescadores en Camboya respetan desde hace mucho tiempo el ritmo de los monzones y las estaciones secas, que hacen que el lago de agua dulce más grande del país, el Tone Slap, se expanda y se contraiga. Pero este año, las incesantes lluvias provocaron las inundaciones al más alto nivel que se tenga memoria, dijo Ngin Väth, un pescador de 50 años de edad. "Normalmente en esta época del año todo está seco".
Los aldeanos dicen que el agua por fin ha empezado a bajar. Donde sólo son visibles las copas de los árboles, las puntas del arroz arruinado asoman por encima de la superficie. Las aguas siguen siendo peligrosas: dos niños se ahogaron la semana pasada, dijo el Väth.
Con las casas y cultivos destruidos, la reconstrucción será difícil, dijo la señora Jeunsafy. "La gente se enfrenta a muchos problemas tratando de sobrevivir".
Fuente:
- The New York Times, 02/11/2011, "Relief Is Slow to Reach Cambodia Flood Victims".
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