martes, 18 de octubre de 2011

Lluvias y muerte: América Central, a merced del cambio climático

Las lluvias intensas provocaron aludes en El Salvador. Foto: AP

Las lluvias que desde hace varios días golpean a todos los países de América Central dejaron en claro que el informe elaborado pocas semanas atrás por la CEPAL, sobre los riesgo que enfrenta la región como consecuencia del cambio climático, ya es una realidad. Varias naciones decidieron decretar el estado de calamidad y pidieron ayuda internacional para hacer frente a los temporales.

América Central está bajo alerta máxima por las lluvias ininterrumpidas desde hace una semana, que han dejado más de 80 muertos y 200.000 afectados. Las autoridades ya preanuncian el riesgo de graves crisis sanitarias y alimenticias.

El Salvador, donde murieron al menos 32 personas, y Guatemala, con 29 fallecidos y 6 desaparecidos, son los dos países más golpeados por las lluvias desatadas por dos centros de baja presión sucesivos, el primero en el Pacífico y el segundo en el Caribe.

Los balances oficiales provisorios, que amenazan con crecer más debido al riesgo de aludes en esta región montañosa y con los suelos saturados de agua, también dan cuenta de 13 muertos en Honduras y otros ocho en Nicaragua.

Considerada por Naciones Unidas una de las regiones más afectadas por el cambio climático, los desastres naturales provocaron en América Central en 40 años más de 50.000 muertos y decenas de miles de millones de dólares en pérdidas, según un estudio de universidades europeas y latinoamericanas.

Los servicios meteorológicos advirtieron que el mal tiempo  continuaría  al menos hasta mañana. Al  anuncio de un frente frío procedente de Estados Unidos, que comenzaría a sentirse el jueves, se sumó una preocupación sanitaria en una región con altos índices de pobreza y desnutrición y donde miles de familias campesinas perdieron viviendas y cosechas.

"El ingreso del frente frío podría provocar un cambio gradual en las condiciones del clima", aseguró la meteoróloga salvadoreña Lorena Soriano, del Servicio Nacional de Estudios Territoriales.

Calamidad 
En este marco, los gobiernos declararon estados de calamidad y lanzaron pedidos de ayuda a la comunidad internacional.

"El aumento de las víctimas fatales, de las familias evacuadas, de los daños registrados en carreteras, puentes y también en más de 2.000 viviendas nos muestran con toda intensidad la magnitud del desastre que nos afecta", afirmó el presidente salvadoreño Mauricio Funes en un mensaje por radio y televisión.

"La intensidad de las precipitaciones, la duración del fenómeno y la extensión del territorio alcanzada nos colocan ante una de las mayores emergencias que hayamos debido enfrentar", agregó Funes, precisando que este fenómeno es mayor que el huracán Mitch (1998) y las tormentas Ida y Agatha (2008 y 2009, respectivamente).

Una evaluación preliminar indicó que colapsaron una decena de puentes, y otro número similar presenta daños. Asimismo, 14 carreteras primarias han sufrido graves daños, se han identificado 577 derrumbes sobre los caminos y 20.000 personas que se hallan refugiadas en albergues temporales en el país, cuyo Congreso declaró el "estado de calamidad pública y desastre nacional".

"No tenemos todavía un dato concreto del monto de los daños, pero sí estamos claros que la inversión que se requerirá para reconstruir o reparar los daños  serán varios millones de dólares", dijo el ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez.

Tras el llamado de ayuda, varios países respondieron, como Venezuela, Cuba, España, Taiwán, Estados Unidos y Japón, según el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, que explicó que estaba coordinando con ellos el tipo de asistencia y cómo hacerla efectiva.

En Guatemala el vicepresidente Rafael Espada aseguró que el número de muertos se elevó a 29, además de 155.000 afectados y más de 8.000 viviendas dañadas. El presidente sostuvo: "los caudales de los ríos están elevados y estamos haciendo lo que está en nuestras manos para atender a los damnificados".

Además, según reportes del Ministerio de Comunicaciones de Guatemala, al menos 21 carreteras están inhabilitadas.

En Honduras el presidente Porfirio Lobo había declarado también un estado de emergencia para el sur del país, fronterizo con Nicaragua.

En Nicaragua, donde la mayoría de los problemas se registraban en las zonas norte y Pacífico, hay cerca de 134.000 personas afectadas, 15.000 familias están aisladas por cortes de carreteras e inundaciones y el presidente Daniel Ortega decretó el estado de calamidad.

"Estamos decretando este estado de calamidad nacional con la seguridad de que así vamos a multiplicar más la solidaridad y que vamos a resolver más pronto los problemas que están enfrentando miles de familias en Nicaragua”.

Además, se sumó la preocupación por el riesgo de desborde del gran lago Xolotlán, cuya costa sur baña Managua, por lo que Ortega ordenó evacuar, si fuera necesario, a unas 600 familias que viven cerca de sus orillas.

Un trabajo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) titulado "La economía del cambio climático" señala que las pérdidas económicas ocasionadas en América Central por el calentamiento global rondarán el 10 % del PIB regional hacia el año 2050.

Fuente:
Observador Global.com, 18/10/2011, "Lluvias y muerte: América Central, a merced del cambio climático".

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