domingo, 30 de octubre de 2011

“Al agua no la cuidamos, sino que la derrochamos”

Entrevista a Osvaldo Azar, ex funcionario de la Dirección de Hidráulica de Córdoba


El abogado sostiene que el problema en la provincia no es la falta de lluvias sino el desmanejo que el gobierno provincial hace del dique San Roque: en épocas de lluvia, deja escurrir millones de litros de agua, sólo para salvaguardar los intereses turístico-inmobiliarios de Carlos Paz.

por Lázaro Llorens

Como siempre sucede en esta época del año, cuando las lluvias son extremadamente escasas, la falta de agua vuelve a ser el tema del cual, en la “Docta”, todo del mundo habla y opina. No es para menos. Desde hace años -casi desde la construcción del primer dique San Roque en 1890-, la falta de este vital recurso es un tema recurrente que parece agravarse año a año, sin que nadie brinde respuesta alguna. En algunas localidades de las Sierras Chicas como Río Ceballos, Salsipuedes, Agua de Oro, Mendiolaza, la situación es tan grave, que para parar un poco la bronca, en plenas elecciones, el gobernador Juan Schiaretti anunció la construcción de un fastuoso canal de 500 kilómetros de longitud para traer agua del Río Paraná.

La Revista Veintitrés conversó con quien fue, durante 28 años, asesor de la desaparecida Dirección Provincial de Hidráulica, Osvaldo Azar. Abogado de profesión, Azar cuestiona la política hídrica encarada por el gobierno provincial. Sostiene que la raíz del problema no es la falta de lluvias, sino al desmantelamiento de la Dirección Provincial de Hidráulica -actualmente Subsecretaría de Recursos Hídricos-, y el desmanejo que el gobierno provincial hace del dique San Roque, principal reservorio de agua potable de la ciudad de Córdoba, que en las épocas de lluvia deja escurrir por sus válvulas millones de litros de agua sólo para salvaguardar los intereses turísticos–inmobiliarios de Carlos Paz. “Acá hay dos opciones: o la parte inmobiliaria de la ciudad Carlos Paz, o 1.400.000 personas de la ciudad de Córdoba que necesitan el agua potable para beber”, asevera Azar.

- Por la falta de agua que aqueja a Córdoba, hay cuestionamientos a la política hídrica del gobierno provincial. ¿Cómo lo ve usted?

- Es de toda evidencia que el manejo del recurso hídrico en toda la provincia de Córdoba no lo hacemos en forma correcta. Máxime necesitándolo en forma imperativa como la necesitamos, porque tenemos un volumen de agua de los escurrimientos superficies (ríos y arroyos) extremadamente escasos. Para darle una idea, en nuestra provincia los ríos y arroyos tienen un caudal que no alcanza los 100 metros cúbicos por segundo. Esto no es ni la mitad del caudal que tiene cualquier río de Santiago del Estero. Además tenemos un régimen pluvial de sólo 5 o 6 meses al año, desde octubre a marzo, con un promedio de 700 milímetros por año.

- Con esas características hidrológicas, ¿cuál sería una política adecuada?

- Tenemos que almacenar toda la lluvia de esos cinco meses, para utilizarla a lo largo del todo el año, sin desperdiciar un solo metro de agua. Incluso durante los años lluviosos.

- ¿Y esto no lo hacemos ahora?

- No. A pesar de que los proyectistas del dique San Roque ya en 1930 clamaban en su “Memoria Técnica” que este debía ser el manejo de esta presa, nada de esto hacemos ahora.

- ¿Por qué razón?

- Entre otras cosas está la resolución 395/01 de la Subsecretaría de Recursos Hídricos, que con carácter imperativo establece que el nivel máximo que deben tener las represas, entre ellas la del San Roque, entre octubre y marzo, es de 33 metros. Con lo cual, como el dique puede funcionar sin problemas a una altura de 35,5 metros, estamos desperdiciando unos 35 hectómetros cúbicos de agua al año. Desperdicio que atenta contra los principios estipulados por los profesionales que construyeron el dique, que recomendaban que ni un litro de agua debe salir de la presa si no tiene como destino el agua potable o riego.

- ¿Tiene una idea más palpable de cuánta agua estamos hablando?

- Para que se dé una idea, esto equivale a unos diez embalses completos del dique La Quebrada

- ¡¿Diez embalses?! Un montón de agua.

- Sí. El dique La Quebrada tiene aproximadamente unos 3,5 hectómetros de capacidad. Con lo cual a 35 hectómetros son 10 embalses. Imagínese, en estos momentos de escasez, un solo embalse de esta represa sería fabuloso.

- ¿Cuál es el justificativo para avalar semejante derroche?

- Evitar que se inunde la ciudad de Carlos Paz.

- Al respecto, otra medida polémica fue la ley del 2004 que obligó a bajar la cota del San Roque para llevar adelante el proyecto turístico “Nuevo Puerto San Roque” en Carlos Paz. ¿También incide este proyecto en la falta de agua?

- Acá hay tres hechos que ocurrieron en años distintos pero que están relacionados. El primero, el que ocurrió en el 2001, cuando De la Sota cambió las dos válvulas que hasta ese momento tenía el dique, que permitían evacuar unos 28 metros de agua por segundo, por otras que pueden evacuar 100 metros. Con este cambio, el nivel del lago hoy se puede bajar casi medio metro por día. A esto hay que unirlo con un segundo aspecto: la normativa del 2001 que obliga a mantener la cota de espera en un nivel de 33 metros; cosa que perfectamente se puede hacer con las nuevas válvulas. Y con este tercer aspecto: la ley del 2004 que le permite a la provincia asociarse con Carlos Paz en el emprendimiento inmobiliario “Nuevo Puerto San Roque”. Como se sabe, este emprendimiento, que en total abarca 38 hectáreas, está en plena ciudad de Carlos Paz y fija como límite la cota 36 del lago, mucho menos de lo estipulado en el proyecto que recomendaba una cota de 43 metros. Con lo cual, en definitiva, acá hay dos intereses enfrentados: la parte inmobiliaria de Carlos Paz o los 1.400.000 habitantes de Córdoba que necesitan el agua para beber.

- ¿Ese es el fondo de la cuestión para usted?

- Sí, ese es el dilema. O el interés de Córdoba y de 1.400.000 habitantes que quieren el agua para beber, motivo para lo cual fue hecho el dique, o los intereses turísticos de Carlos Paz, que antes de que se construyera el dique prácticamente no existía, era un villorrio. En otras palabras, por un lado está Carlos Paz, que con una mirada miope lo que quiere es que no se le inunde su centro comercial y para eso tiene que bajar el nivel del lago; y por otro los intereses de los habitantes de Córdoba que quieren tener la mayor cantidad de agua posible para beber.

- Parece difícil la disyuntiva, porque del lado de Carlos Paz juegan los grandes intereses turísticos inmobiliarios.

- Claro. Pero por eso creo que este proyecto que hay ahora de traer agua del Paraná, con una obra tremenda, con 500 kilómetros de recorrido, ocho estaciones de bombeo, no se justifica. Porque acá no administramos como corresponde la poca agua que tenemos. Es decir no tenemos autoridad moral.

- ¿Es adecuado este manejo del dique, en una provincia donde el agua es un bien históricamente escaso?

– Le respondo lo siguiente: cuando yo me retiré en 1986, la Dirección Provincial de Hidráulica, creada bajo el gobierno de Amadeo Sabattini, pionera en el país, tenía unas 800 personas. Ahora sólo tiene 140 personas en planta permanente. ¿Tiene respuesta para eso?…

- ¿Quiere decir que la repartición de los recursos hídricos fue desmantelada?

- Absolutamente.

- ¿Cuándo? ¿No me diga que también fue el actual gobierno?

- No. Todo comenzó cuando el ex gobernador Ramón Mestre (padre del actual intendente electo) le quitó la autarquía, que era el arma fundamental que tenía la repartición. Con la pérdida de la autarquía el organismo pasó a ser una dependencia más del Ministerio de Obras Públicas. Ahora para gastar un peso tiene que pedir permiso. En cambio antes tenía fondos propios asignados por ley donde una parte del impuesto territorial iba directamente al Fondo Hidráulico de la Dirección Provincial de Hidráulica. Así empezó la debacle. Lamentablemente un radical (Sabattini) la creó y un radical (Mestre) la destruyó. Y después esa destrucción la consolidó De la Sota.

- Otro punto relacionado con esto es la calidad del agua que viene del dique.

- Mire, si usted en vez de tener un charco como tenemos ahora, donde el lago pasó a ser la cloaca de Carlos Paz, tuviéramos un lago extraordinario, floreciente, no a la cota 33 sino a 40, la calidad del agua sería otra indudablemente. Pero acá lo único que ha hecho Carlos Paz respecto del lago es sacarle provecho. Nunca le volcó nada, excepto cloacas.

- Esto se lo pregunto porque Alberto Castaño, vocal del ERSEP (Ente Regulador de Servicios Públicos), hace poco alertó que la proliferación de las algas en el lago se debe principalmente a la baja de la cota.

- Sí. Es indudable que si usted toma al dique como un reservorio de los desagües cloacales, va a pasar lo que pasa ahora.

- Me sigue costando entender cómo, ante un recurso tan escaso, los últimos gobiernos de Mestre, De la Sota y Schiaretti llevaron adelante esta inadecuada política en materia hídrica.

- Es que a los largavistas los han usado al revés. Los usaron para mirar de cerca, no para mirar de lejos. En el mundo, día a día, todo lo que se refiere al agua es noticia. Pero acá hacemos todo al revés. Recuerdo que en 1983, cuando aun trabajaba en la Dirección Provincial de Hidráulica, me llegó un proyecto para construir el dique Las Jarillas y la represa de Cuesta Blanca, donde ambos iban a albergar casi la mitad del agua que embalsa el San Roque ahora. De esto hace casi treinta años y no se hizo ni uno ni el otro.

- Para no quedarnos meramente en las críticas, ¿qué cosas cree usted que debería hacerse en materia hídrica?

- Primero volver a recrear la Dirección Provincial de Hidráulica. Si usted no tiene un organismo independiente, que maneje los recursos hídricos como corresponda, de qué sirve traer agua del Paraná o de la Cochinchina.

- ¿Hacen falta más diques?

- Sí. Hay que tener más reservorios. Esto es lo que nos hace falta para poder guardar el agua para cuando haya los excesos que podamos tener.

- ¿Cuál fue el último que se hizo?

- A fines de los ’70, el dique La Quebrada, de Río Ceballos. Este dique se hizo al mismo tiempo que se hacía el dique de Río Tercero.

- ¿O sea que la dejadez en obras hídricas viene desde hace décadas?

- Sin dudas. Le doy un dato, cuando el ex gobernador Sabattini creó la Dirección Provincial de Hidráulica dispuso al mismo tiempo, en la misma ley, la construcción de los diques Cruz del Eje, La Viña, Los Alazanes y San Roque. Esos cuatro diques que se proyectaron fueron construidos en un plazo de seis años. En cambio desde esa época hasta ahora no se hizo prácticamente nada. Por otra parte, como todos sabemos, la prestación de los servicios públicos, entre ellos el agua potable, es una obligación del municipio. Sin embargo, ¿usted ha escuchado a algún intendente que diga una palabra sobre la principal fuente de agua cruda de la ciudad de Córdoba? Ni uno. Ni lo tienen en cuenta por que lo ignoran.

- Para ir concluyendo, ¿qué provincia tienen un manejo correcto de los recursos hídricos?

- Mendoza. Vaya allí y vea lo que es eso. Son los número uno en el manejo del agua. Porque para ellos el agua es vida. Y si no es agua es desierto. Todo lo que hay allí, hasta el último pétalo, es puesto por el hombre. Ellos saben lo que es el costo del agua y realmente la cuidan. En cambio nosotros no la cuidamos sino que la derrochamos.

Fuente:
Revista Veintitres, 29/09/2011, "Al agua no la cuidamos, sino que la derrochamos", por Lázaro Llorens.

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