Foto: Bloqueo a Monsanto en Malvinas Argentinas @chaumonsanto |
Marie-Monique Robin y Vandana Shiva visitaron las ciudades de Córdoba y Malvinas Argentinas. Un recorrido por las huellas que han venido dejando en éstas tierras, cuyo epicentro es una de las mayores resistencias en contra de Monsanto en el mundo entero.
Cobertura
ECOS Córdoba
por Lea Ross
Son
las enemigas número una de Monsanto en todo el mundo. O por lo
menos, las que más dolores de cabeza le han generado a la compañía.
“A mí Monsanto me quiere mucho”, dice una de ellas, entre risas.
Marie
Monique-Robin es francesa, periodista e investigadora. Dice que no
compra más en los supermercados. Ha escrito libros y lleva en su
haber cuarenta documentales. Sobre Argentina, se ha enfocado en dos
temas: la Dictadura y el glifosato. La película que más repercusión
le ha generado es El mundo según Monsanto (2008), donde recopila
testimonios de todo el planeta sobre los estragos de la compañía en
todo el globo. Una síntesis perfecta, en formato audiovisual, de lo
que es Monsanto, traducido en distintos idiomas y esparcido por todos
lados y visto por millones de personas.
Vandana
Shiva es una de las activistas que más ha ventilado y presionado
para enjuiciar a Monsanto. En particular, los horrores que cometió
la multinacional en la India, su tierra natal. Licenciada en Física,
ganadora del premio Nobel Alternativo, ha encabezado distintas luchas
en contra de los alimentos transgénicos y de la aplicación de
regalías por el derecho a la propiedad intelectual a los seres
vivos. Su influencia a Mahatma Gandhi, sus denuncias contra las
empresas que han generado estragos en su tierra y sus
profundizaciones filosóficas sobre el rol de la mujer en el mundo,
la han llevado a convertirse en una de las máximas referencias del
ecofeminismo.
Ambas,
admiradoras del papa Francisco, se conocieron en el año 2004. En ese
entonces, Marie-Monique realizaba su documental llamado Los
biopiratas, sobre distintos casos de empresas que pretendían cobrar
regalías por el uso de organismos vivos. “Ella era la única
persona en el mundo que se preocupaba sobre este tema”, comenta la
documentalista francesa sobre Vandana Shiva.
Las
dos chicas superpoderosas visitaron la ciudad de Córdoba y Malvinas
Argentinas, en los días 9 y 10 de junio pasados, en el marco del
Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA). Charlas,
encuentros, recorridos, exposiciones, toda una agenda apretada para
una cuestión urgente.
Modelo
argentino
Es la
primera vez que Vandana Shiva visita Córdoba. Cuando salió del
aeropuerto, se le rompió el corazón al observar, por el camino, los
grandes emprendimientos de supermercados Wall Mart y Carrefour: “Esos
no son lugares donde venden alimentos, son lugares donde venden
basura”.
La
primera vez que Marie-Monique Robin visitó nuestro país fue en el
año 1992: “Lo primero que filmé fue la Pampa Húmeda. No podía
dejar de filmar las vacas. Diez años después, yo volvía al país
para filmar un documental sobre el glifosato. No encontraba las
vacas, ni árboles. Había feedlots y suelo negro”.
“¿Qué
pasó con la carne argentina? ¿Qué pasó con la tierra argentina?”,
se pregunta angustiada la documentalista.
Vandana
Shiva expone un panorama general sobre los cultivos y el rol de la
famosa empresa detrás de la misma: “La primera manera en que
Monsanto ha ocasionado hambre es porque destruyó el alimento. En
todo el mundo tenemos 8.500 especies de plantas. Por eso es que la
comida era distinta, a donde quiera que uno vaya, y era más
saludable. Monsanto redujo el cultivo a la soja, el maíz, el algodón
y la canola. Estos se esparcieron en cada hectárea, en la cual se
plantan este tipo de cultivos, Monsanto cobra en regalías por estos
cultivos y esa es la fuente de su ganancia. Todo lo que hizo Monsanto
fue agregar un gen tóxico y debe ser castigado por la contaminación
de nuestros alimentos”.
“Lo
que está pasando acá es grave y preocupante-señala la autora de El
mundo según Monsanto, refiriéndose a la Argentina-. 22 millones de
hectáreas de soja, fumigadas por con el veneno más tóxico de toda
la historia industrial, que es el glifosato, y que como lo comentó
Damián Marino, de la Universidad Nacional La Plata, que por
monitoreo el glifosato se encuentra en la lluvia, en el agua, en el
suelo, en el aire, en el alimento, y hasta en el algodón”.
“Lo
que se produce no es comida, sino productos para el comercio -señala
Vandana Shiva-. El 90 % de la producción mundial de soja está
destinada a los biocombustibles y la otra parte está destinada para
la tortura de los animales. Los animales están adaptados para
alimentarse de pasto por sus cuatro estómagos, no para ser
alimentados con granos de soja. Entonces, el grano de soja no está
destinado para alimentar a los humanos, no está destinado para
alimentar a los animales, es un producto para generar ganancias”.
A
pesar del “gran desatre”, Marie-Monique resalta que hay “buenas
noticias”: “He estado en África, Japón, Europa, América
Latina… En todos los lugares donde estuve, me encontré con
agricultores, productores de alimentos que practican la agroecología,
la agricultura orgánica, y les va bien. Hay agricultores que cambian
de sistema, que pasan a una transición ecológica, más consumidores
que no quieren más ésta comida basura”
“Ojala
que en Argentina retomen el control de su plato, que recuperen lo que
perdieron hace veinte años”, señala Marie-Monique.
Hace
pocas semanas atrás, la Unión Europea decidió por el momento no
renovar el contrato del glifosato por diez años más, aunque se
estaría dándole un año y medio más para la re-evaluación. A
pesar de eso, Marie-Monique, quien todavía está llevando a cabo un
documental sobre el glifosato, sentenció: “Yo creo que vamos a
llegar, poco a poco, a su prohibición”.
Sagradas
e inteligentes
“La
importancia de la semilla es que es la fuente de la vida. Sin
semillas, no hay vida”, señala la referente india.
Vandana
Shiva lleva treinta años almacenando semillas: “Hace 30 años me
decían que estaba loca guardando semillas. Y hace poco, recibí como
regalo semillas de parte de Norita Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo
Línea Fundadora). Es decir, que ahora es una lucha global”.
La
costumbre milenaria de la preservación, conservación e intercambio
de semillas es una actividad que se vienen ejerciendo en gran parte
por las mujeres de todo el mundo, señala Vandana: “Por diez mil
años de producción agrícola, las mujeres se han encargado de la
producción de la semilla. Y, de esta forma, también se han
encargado de generar la diversidad en los alimentos. Así, han
generado de 1 a 200.000 tipos de variedades de arroz en India. De la
misma manera, podemos ver en México, de 1 se ha llegado a miles de
tipos de maíz”.
“Las
mujeres se han tomado a las semillas como sagradas y como
inteligentes. Las semillas saben cómo crecer. Y también las mujeres
también son inteligentes, a pesar de que los patriarcas quieran
negar eso. Y de esa forma, se combinan esas inteligencias para
generar biodiversidad, nutrición y resistencia”, señala Vandana.
“Pero
en éstas dos últimas dos décadas, dentro de diez mil años de
historia de producción agrícola, Monsanto ha tratado de tomar el
poder en manos de las semillas. Y eso es porque ven a las semillas
como fuente de ganancias, a través de patentar semillas que sean
inmunes a los agrotóxicos. Y ese es un gran debate. Un debate que se
da en Argentina como en India: el debate de las royalties por la
propiedad intelectual. Tener que pagar por semillas es algo
ilegítimo, es ilegal, es un robo a la naturaleza y eso no se lo
puede permitir”.
El
sistema de patentamiento de semillas, que planean las empresas
trasnacionales, es definido por Vandana Shiva como “la segunda
llegada de Cristóbal Colón” a América: “Colón llegó a
América con un documento-patente entregado por los reyes, que le
permitió patentizar las nuevas tierras. Y desde entonces, ustedes
(los habitantes del continente americano o Abya Yala) son
colonizados. En ese primer proceso, se trataba de la tierra y del
oro. Y hoy es la semilla”.
En
India, Monsanto cobraba ilegalmente 1000 rupias por el uso de las
semillas del algodón. Incluyendo a los cultivadores cuyas cosechas
fueron contaminados por el transgen, mediante la polinización. Según
Vanada Shiva, esto llevó a un aumento gigantesco al precio del
algodón en un 80.000 % (sic), generando un enorme endeudamiento por
parte de los campesinos y el terrible desenlace de los suicidios
masivos. 300.000 se quitaron la vida en los últimos años: “Si
comparamos el área donde sucedieron la mayoría de estos suicidios,
vamos a ver que coinciden con el área donde se plantó el algodón
transgénico de Monsanto. Al igual que en Argentina, si comparamos
las áreas donde hay mayor cantidad de cáncer, coinciden con las
áreas cosechadas con soja transgénica”.
“Como
dijo Gandhi -continua Vandana, que siempre cita a Gandhi-: la
tierra tiene lo suficiente como para satisfacer las necesidades de
todos, pero no para satisfacer la avaricia de unos pocos. Esos pocos,
ese 1 %, está destruyendo la economía de ese 99 %, y lo hace a través
de la generación de escasez que genera hambre, escasez en la tierra,
en el aire, en el agua”.
Al
banquillo
Tanto
Marie-Monique como Vandana están trabajando para llevar a cabo un
“enjuiciamiento” contra Monsanto. Se trata de una exposición de
todos los crímenes cometidos por la empresa, en el Tribunal de La
Haya, que se llevará a cabo los días 14, 15 y 16 de octubre de éste
año.
En el
recinto, se contará con la participación de famosos jueces de
renombre internacional, aunque por el momento no se puede decir sus
nombres. La primera finalidad de este proceso es para exigir una
indemnización civil por parte de la compañía a todas las víctimas
que padecen y padecieron sus atrocidades.
Sin
embargo, también se busca una finalidad penal. Actualmente, la Corte
Internacional Penal reconoce cuatro tipos de crímenes: lesa
humanidad, genocidio, agresión y guerra. Lo que buscarán las
organizadoras del evento es que, a partir del caso Monsanto, se pueda
crear una quinta figura penal, que es el ecocidio.
“El
ecocidio -señala Marie-Monique- se inscribe en lo que el papa
Francisco describe como la casa común. La casa común que está en
muy mal estado, destruyéndose muy rápidamente. Y es muy difícil
evitar que las multinacionales continúen con esa destrucción,
porque falta un instrumento legal que lo permita. Por eso, los jueces
de este Tribunal Internacional del Juicio contra Monsanto van a hacer
recomendaciones a la Corte internacional Penal para que pueda incluir
dentro de su mandato un nuevo crimen, que es el ecocidio”.
En la
página web www.monsanto-tribunale.org se encuentra toda la
información necesaria para colaborar, y escrita en cinco idiomas.
En el
bloqueo
Las
chicas superpoderosas llegan al bloqueo contra Monsanto.
Recientemente, tuvieron una reunión privada con la intendenta de
Malvinas Argentinas. Al parecer, no prosperó mucho en cuanto al caso
de la fábrica paralizada. Sin embargo, frente a ellas, la jefa
comunal decidió firmar dos decretos para declararlas “visitantes
ilustres” de la ciudad. Curioso: dos días atrás, en el Concejo
Deliberante de Malvinas, los concejales de su partido rechazaron la
misma propuesta en forma de proyecto, ya que consideraban que tanto
la periodista como la física no ejercían ningún cargo importante
como para recibir semejante honor.
Retornando
el bloqueo, el ambiente es más distinto. Alrededor de 150 personas
caminan por las pisos de tierra, se plantan árboles nativos, se
regodean con las dos figuras centrales, comen un locro hecho por
alimentos orgánicos, y se acomodan en las mesas para disfrutas del
plato.
“El
poder que ustedes han demostrado en tres años solo puede provenir
del amor más profundo a la tierra y a la vida -señala Vandana
Shiva a quienes ejercen la lucha contra la procesadora de semillas de
maíz-. Marie-Monique comentó sobre el Tribunal que estamos llevando
a cabo en la Haya. Pero ustedes ya pusieron a Monsanto en juicio y ya
lo han detenido”.
“Cuando
Monsanto introduce la soja transgénica y promociona el uso de los
agrotóxicos, está practicando un genocidio contra nuestros hijos
–continúa la referente del ecofeminismo-. Las acciones de las
Madres de Ituzaingó, las Madres de los Desaparecidos, las Madres de
Chipko, todas estas acciones son de la gente levantándose y diciendo
que no aceptaremos más este genocidio. Y porque este espacio (el
bloqueo a Monsanto) es tan emblemático que se ha enfrentado a uno de
los peores criminales del planeta en la actualidad”.
Uno
de los temas de discusión, en relación a la situación de Malvinas
Argentinas, tiene que ver con la otra mega-inversión que está
recibiendo la ciudad, que es la fábrica de panes de la empresa
Bimbo: “Las fábricas de pan no producen pan. Producen una especie
de masa con un montón de productos mezclados en ellos -explica
Vandana-. En India, recientemente tuvimos un debate al respecto,
porque incluyen bromato en los panes para incrementar su
esponjosidad”.
“Yo
le mencioné a la intendenta que en lugar de poner una fábrica, lo
que podrían hacer en esta zona es de poner diez o veinte granjas
agroecológicas, las cuales se produzca trigo -continúa Vandana-.
Y que quienes sepan hacer pan, puedan ayudar a los que no saben y que
instalen diez panaderías. Luego, puede asegurarse de que en las
escuelas se coma este pan. Y estando tan cerca de Córdoba, van a
tener muchísimas oportunidades de vender pan. Entonces, la
alternativa es que en lugar de tener solamente una fábrica, con 200
empleados y pan de poca calidad, podrían tener 20 campesinos, 10
panaderías, pan de buena calidad y muchas personas empleadas”.
“Lo
importante es que estemos unidos -va cerrando Vandana-. (Las
empresas) Van a caer. No solo a través de las medidas que llevamos a
cabo, no solo diciéndoles que paren, sino que también creando una
alternativa sana para la tierra, y para la comunidad, de la cual
podamos alimentarnos”.
El
día se cierra con la proyección del último documental de
Marie-Monique Robin llamado Santo crecimiento, un filme que declara
“el fin del crecimiento económico” y la búsqueda de las
alternativas que realizan distintos pueblos del mundo para
sustentarse.
Las
chicas superpoderosas se han retirado de Córdoba. Durante esos
instantes de las “visitantes ilustres”, todo lo que fluía
alrededor se tornó distinto, un ambiente fraterno y cálido,
sensaciones diversas a nivel físico, intelectual y espiritual. Unos
pequeños ladrillos que se juntan para la construcción de un poder
que se cimienta desde la tierra. Distinta al poder que se aprieta
desde arriba. Vivir intentándolo por la vida misma. Por vivir.
Como
remata Vandana Shiva: “Nuestro pan es nuestra libertad”.
Fuente:
Lea Ross | @LeandroRoss, “Las chicas superpoderosas”, 15/06/16, ECOS Córdoba. Consultado 16/06/16.
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