Los científicos de un laboratorio de física nuclear en
Tokai, Prefectura de Ibaraki, ignoraron el sonido de una alarma de escape de sustancias radiactivas y continuaron con un experimento que
provocó el problema por más de cuatro horas, según reportó la Agencia Japonesa
de Energía Atómica el 25 de mayo.

La fuga se produjo en el Centro Experimental de Hadrones en
los terrenos del Japan Proton Accelerator Research Complex (J-PARC), el cual es operado conjuntamente por la Japan Atomic Energy Agency (JAEA) y la Organización de
Investigación Acelerador de Alta Energía.
Había alrededor de 20 científicos en ese
momento. El experimento implicó el bombardeo de oro con rayos de protones para
generar partículas elementales. La alarma sonó a las 11:55 am del 23 de mayo.
Las autoridades dijeron que 55 personas estaban en las
instalaciones y se encontraban en las proximidades del equipo experimental en
ese momento. Todos ellos serán examinados por exposición interna a la
radiación.
De acuerdo con funcionarios de JAEA, el equipo suspendió sus
operaciones después que la intensidad del haz se había elevado unas 400 veces sobre los niveles
normales, probablemente debido a una falla en el sistema de
alimentación. Sin embargo, los científicos pararon la alarma y siguieron con su
experimento 13 minutos más.
"Paros de equipo por mal funcionamiento no son
infrecuentes", expresó Naohito Saito, director adjunto del Centro J-PARC, en
una conferencia de prensa el 25 de mayo.
El accidente se produjo debido a que el oro, que habían sido
irradiado con haces de protones inusualmente intensos, se evaporó. Los
científicos inhalaron sodio y otras sustancias radiactivas generadas durante
el proceso.
Los detectores de radiación mostraron tasas de dosis
aumentadas dentro de las instalaciones alrededor de las 12:30. Las lecturas de los
monitores de radiación, también dentro de la instalación, se elevaron a cerca de
10 veces los niveles normales, alrededor de las 13:30. Los científicos cerraron el
experimento a las 14:26.
Los niveles de radiación disminuyeron temporalmente después
del encendido de un ventilador a las 15:15, lo que llevó a los científicos a
reanudar el experimento a las 15:32. La ventilación causó que sustancias
radiactivas salgan al exterior.
No había ningún filtro u otra herramienta de seguridad instalado en el ventilador que removió las sustancias radiactivas. Debido a que nadie esperaba que los materiales radiactivos pudieran escaparse
de las instalaciones.
"Las instalaciones están diseñadas para generar la
radiación", explica Saito. "Pensamos que estaba ok para continuar con el experimento, siempre y cuando las tasas de dosis se
quedaran por debajo de los estándares establecidos para las zonas de control de
radiación".
Los niveles de radiación dentro de la instalación se
dispararon de nuevo alrededor de las 16 hs, así que los científicos detuvieron el
experimento en torno a las 16:15.
Una lectura de contaminación radiactiva de 30
becquerelios por centímetro cuadrado fue registrada en el suelo alrededor de las
17:00, por lo que la instalación fue clausurada.
El ventilador se reactivó a las 17:30, los científicos
dejaron el laboratorio a las 23 hs y fueron revisados por contaminación en la piel y la ropa. Todos ellos fueron autorizados a regresar a
casa después de informarles que las lecturas estaban debajo de los niveles que
no deben superarse cuando se deja una zona de
control.
"Nosotros ventilamos el aire debido a las preocupaciones por la seguridad de nuestros científicos", declaró Saito. "Fue
desconsiderado de nuestra parte haber lanzado el aire contaminado de las
instalaciones".
La noche del 24 de mayo, la JAEA dispuso un contador de cuerpo entero para
medir la dosis de exposición interna a la radiación a los científicos que pidieron ser examinados. Los funcionarios verificaron los datos del monitor de radiación exterior a las instalaciones esa misma tarde y descubrieron que la primera vez que las lecturas se habían disparado fue en el momento en que los
ventiladores se enciendieron el día anterior.
Sin embargo, la JAEA esperó varias horas más para
notificar a las autoridades pertinentes. Los funcionarios aparentemente se habían
convencido a sí mismos de que la dosis estimada de exposición externa a la
radiación se quedó por debajo del nivel objetivo de control de la instalación.
La estimación de la dosis, de hecho, superó el nivel de objetivo de control.
El JAEA sólo notificó a la Autoridad Reguladora
Nuclear (NRA) a las 9:20 pm del 24 de mayo que las sustancias radiactivas se habían
filtrado fuera de las zonas de control de radiación. Los gobiernos de las
prefecturas y aldeas fueron notificados a las 21:40 hs.
"Hemos sido demasiado indulgentes con nosotros
mismos", Saito repitió a las preguntas persistentes de los periodistas
acerca de la razón por la cual JAEA
tardó en notificar a las autoridades.
El último accidente tuvo lugar poco después de otro
escándalo relativo a la laxa supervisión de seguridad en la JAEA.
El 15 de mayo, la Autoridad de Regulación Nuclear decidió ordenar
la suspensión de las operaciones en Monju, prototipo de reactor reproductor
rápido de la JAEA
en Tsuruga, Fukui Prefecture, después de que se enteró de que el JAEA había
salteado la inspección de cerca de 10.000 piezas de equipo en Monju desde 2010.
La NRA dijo que
la suspensión permanecerá en efecto hasta que la agencia rectifique su sistema
de control de seguridad.
Fuente:
Nuclear physics lab continued experiment even after radioactive leak, 25/05/13, EL diario Asahi Shimbun.
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