En la primera parte de este informe nos propusimos describir la situación de los combustibles nucleares gastados, que actualmente se encuentran bajo agua en piscinas de las plantas.
Por Juan Vernieri
Dijimos que los residuos radiactivos no desaparecen, que se han sancionado leyes que obligan a establecer emplazamientos supuestamente permanentes y que, como a la fecha esas instalaciones no existen, dos empresas han propuesto almacenamientos temporales en Nuevo México y Texas.
También dijimos que ambas propuestas sufren obstáculos legales y políticos.
Un tribunal federal de apelaciones ordenó recientemente una revisión y revocó una decisión anterior que otorgaba una licencia, citando posibles problemas de procedimiento y reglamentarios.
El estado aprobó el Proyecto de Ley Senatorial que prohíbe el almacenamiento de residuos nucleares de alto nivel y prohíbe a las agencias estatales emitir permisos para dichas instalaciones.
Una de las firmas, Holtec, y la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) han apelado a la Corte Suprema la orden de un tribunal federal.
Esta legislación representa un obstáculo legal significativo para Holtec, ya que requiere permisos estatales esenciales para la construcción y operación.
A principios de octubre último la C. S. acordó intervenir en el litigio sobre los planes de almacenamiento de residuos nucleares en zonas rurales de Texas y Nuevo México.
Los jueces indicaron que revisarán una sentencia de la Corte Federal de Apelaciones del 5.º Circuito que dictaminó que la NRC se excedió en su autoridad bajo la ley federal al conceder una licencia a una empresa privada para almacenar combustible nuclear gastado en un vertedero en el oeste de Texas durante 40 años.
El resultado del caso afectará los planes de ambos proyectos en Nuevo México y Texas. Los dirigentes políticos de ambos estados se oponen a las instalaciones.
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha dicho que su estado “no se convertirá en el vertedero de residuos nucleares de Estados Unidos”.
La presión en favor de los almacenes temporales forma parte de la complicada política de la búsqueda, hasta ahora inútil, de un almacén subterráneo permanente.
Alrededor de 100.000 toneladas de combustible gastado, algunas de las cuales datan de la década de 1980, se acumulan en los emplazamientos de centrales nucleares actuales y antiguas de todo el país y aumentan en más de 2.000 toneladas al año. Los residuos debían permanecer allí temporalmente para ser depositados bajo tierra.
El plan de construir un almacén nacional al noroeste de Las Vegas, en Yucca Mountain, se ha suspendido debido a la firme oposición de la mayoría de los residentes y autoridades de Nevada.
La NRC sostiene que los estados perdieron su derecho a oponerse a las decisiones de concesión de licencias porque se negaron a participar en los procedimientos de la comisión.
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