A un año del ataque israelí contra el pueblo palestino, la Unión de Comités de Trabajo Agrícola publicó un informe sobre la destrucción de comunidades y cultivos en Gaza, con un llamado a la acción internacional. "En el centro del ataque están los agricultores palestinos, guardianes de los territorios y columna vertebral de la producción de alimentos", explica.
Por Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC) - Traducción de Territorio de Ideas
La defensa de la soberanía alimentaria de Palestina sigue siendo un pilar en la la liberación del pueblo palestino de la ocupación israelí. Los agricultores y trabajadores rurales, guardianes de la tierra y de sistemas alimentarios vitales, están en la primera línea del ataque sistemático que ha lanzado Israel para suprimir sus modos de vida, su presente y futuro. Este ataque deliberado contra la agricultura no es solo una guerra contra la tierra, sino también contra la esencia misma de la identidad, la resiliencia y la supervivencia palestina.
Israel ha exacerbado la violencia estructural que ejerce hace décadas contra las comunidades rurales palestinas, cuyos territorios y recursos están en la mira. La utilización del alimento y de los recursos esenciales como arma de guerra se ha convertido en una marca distintiva de la violencia sistemática contra el pueblo palestino.
A continuación, la traducción del informe de la Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC).
A un año de la guerra genocida en Palestina
Hace más de un año que Palestina resiste la arremetida de la guerra genocida israelí, que se suma a los 76 años de ocupación colonial ininterrumpida, el robo sistemático de tierras y los ataques deliberados a los sistemas alimentarios indígenas. Este trágico aniversario es un recordatorio brutal de la intensa escalada israelí en todo el territorio palestino, desde la Franja de Gaza a Cisjordania y las áreas ocupadas desde 1948. El pueblo palestino sigue siendo sometido a un sufrimiento y una devastación nunca antes vistos, y las consecuencias son catastróficas.
La ocupación israelí ha desplegado una violencia sistemática, ha impuesto bloqueos a la circulación de recursos y ha apuntado a la destrucción de tierras de cultivo e infraestructura vital. Estas acciones se traducen en una hambruna manufacturada que azota a la Franja de Gaza y en una mayor inseguridad alimentaria en todo el territorio de Cisjordania. En el centro de este ataque están los agricultores palestinos, guardianes de los territorios y columna vertebral de la producción de alimentos, y que han sido afectados desproporcionadamente.
Sus formas de vida, legados culturales y sistemas de soberanía alimentaria están bajo el asedio de las fuerzas israelíes, que intentan borrarlos del mapa, cortar todo autoabastecimiento y desarticular su conexión con la tierra.
Breve panorama de la devastación en del sector agrícola
El ataque genocida de Israel sobre Gaza ha empujado al sector agrícola al borde del colapso: un paisaje que supo ser pujante ha quedado en ruinas. La magnitud de la destrucción no es azarosa, sino el resultado de una iniciativa premeditada para generar una hambruna paralizando las capacidades de la tierra y los medios de vida de quienes dependen de ella. Los ataques israelíes se han dirigido incesantemente no solo contra el paisaje físico sino también contra la infraestructura que sostiene la producción de alimentos en Gaza. El objetivo: someter a la población mediante el hambre anulando la capacidad de los agricultores palestinos de cultivar sus campos, levantar la cosecha y alimentar al pueblo.
Entre el 7 de octubre de 2023 y el 1 de septiembre de 2024, los bombardeos israelíes sobre el sector agrícola gazatí han dejado un panorama catastrófico. Según una evaluación de daños realizada por la FAO y el UNOSAT con imágenes satelitales y datos de las autoridades agrícolas locales, la magnitud de la destrucción es alarmante. Las fuerzas israelíes han diezmado el 67 por ciento de las tierras de cultivo: 10.183 hectáreas de las 15.053 totales han quedado destruidas. Estos números representan mucho más que tierra; son comunidades enteras que quedaron sin su medio de vida, sumidas en la inseguridad alimentaria.
Entre las regiones más golpeadas está Khan Younis, donde han arrasado el 61 por ciento de las tierras de cultivo; y el norte de Gaza, con un 78 por ciento de tierras agrícolas destrozadas.
El impacto de la destrucción abarca componentes claves de los sistemas de producción alimentaria en Gaza: han acabado con el 71 por ciento de los frutales; el 67 por ciento de los cultivos extensivos; y el 58 por ciento de las huertas. En algunas regiones, la devastación es casi total. Por ejemplo, en la gobernación de Gaza, han destruido el 86 por ciento de los frutales y cultivos arbóreos. Con esto, la tierra cultivada ha pasado de 2100 hectáreas a apenas 293.
El daño a invernaderos, vitales para la producción de alimentos a lo largo del año, es igual de alarmante. En distintos puntos de Gaza, han arrasado con el 44 por ciento de todos los invernaderos, mientras que en la ciudad de Gaza, la destrucción es casi absoluta: el 99 por ciento de los invernaderos ya no está en pie, con lo cual no quedan espacios viables para el cultivo de verduras.
Los cultivos no son el único objetivo: la infraestructura agrícola gazatí se ha desmantelado de manera sistemática. Destruyeron más de 606 graneros domésticos, 538 granjas de pollos y 427 granjas ovinas, junto con cientos de depósitos agrícolas, estanques y refugios de animales. La crisis alimentaria en Gaza se profundizó debido a los ataques navales israelíes que han paralizado el sector de la pesca, otra fuente esencial de alimento.
Por otra parte, los ataques contra los recursos hídricos son devastadores: actualmente se encuentran fuera de servicio 1188 pozos agrícolas, más de la mitad del total en Gaza. A esta catástrofe cabe añadir la destrucción de la planta de tratamiento de aguas residuales de Gaza, que tiene un papel crucial en la irrigación y la sustentabilidad ambiental. Los ataques israelíes destrozaron los paneles solares de la planta, así como pozos de recuperación claves e infraestructura vital, con lo cual agravaron también la crisis humanitaria y ambiental.
La soberanía alimentaria de Palestina en la mira
Israel ha exacerbado la violencia estructural que ejerce hace décadas contra las comunidades rurales palestinas, cuyos territorios y recursos están en la mira. La utilización del alimento y de los recursos esenciales como arma de guerra se ha convertido en una marca distintiva de la violencia sistemática de Israel contra el pueblo palestino. La destrucción de infraestructura agrícola clave, sumada a los 17 años de bloqueo, ha diezmado la capacidad de sustento de Gaza. Parte de la estrategia israelí se basa en instrumentalizar el alimento con el objetivo de generar hambruna, un acto de crueldad calculada cuya finalidad es someter al pueblo palestino a través del hambre.
Al mismo tiempo, en Cisjordania, la ocupación israelí recurre a las mismas estrategias bajo otras formas. Los agricultores palestinos se enfrentan a la incesante violencia de los colonos y al creciente robo de tierras. Con el apoyo material e ideológico del gobierno israelí, los colonos se dedican a arrancar árboles de raíz, envenenar los cultivos e impedir el acceso a tierras cultivables.
En el contexto de la violencia incesante de las fuerzas de ocupación israelíes, el boqueo militar en Cisjordania, el rápido aumento de la expansión colonial y la imposición de por lo menos 793 obstáculos a la libre circulación, los ataques de los colonos privan de manera continua a los palestinos e impiden brutalmente que las comunidades rurales cultiven o accedan siquiera a sus territorios.
Al destruir tierras, hogares e infraestructura vital, estos ataques no solo ponen en jaque las vidas, sino también los medios de sustento del pueblo palestino. Los ataques de los colonos israelíes se dirigen estratégicamente contra la llamada “Área C”, la zona más extensa y fértil de Cisjordania y el objetivo principal de la expansión de los colonos israelíes. El Área C, que históricamente ha sido el sitio de mayor producción de alimentos en Cisjordania, es fundamental para el sustento, la agricultura, el pastoreo y los sistemas alimentarios palestinos.
Llamado a la solidaridad internacional
La defensa de la soberanía alimentaria de Palestina sigue siendo un pilar fundamental en la lucha por la justicia y la dignidad, y por la liberación del pueblo palestino de la ocupación israelí. Los agricultores y trabajadores rurales, guardianes de la tierra y de sistemas alimentarios vitales, están en la primera línea del ataque sistemático que ha lanzado Israel para suprimir sus modos de vida, su presente y futuro. Este ataque deliberado contra la agricultura no es solo una guerra contra la tierra, sino también contra la esencia misma de la identidad, la resiliencia y la supervivencia palestinas.
La UAWC hace un llamado urgente a todas las naciones, instituciones internacionales, movimientos de base y personas de conciencia para que actuemos sin demora.
La amenaza es contra la existencia misma, la tierra y los derechos del pueblo palestino; la comunidad internacional debe levantarse en su defensa colectiva. No se puede esperar más. Permanecer inmóviles mientras destierran, hambrean y desplazan violentamente a los agricultores palestinos es ser cómplices del régimen de apartheid israelí.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ya ha declarado que la ocupación israelí de Palestina es ilegal; además, ordenó el cese inmediato de las actividades de colonización y el desmantelamiento de la infraestructura del apartheid. La Asamblea General de la ONU reafirmó estas resoluciones, pidió el fin de la ocupación israelí en un plazo de doce meses e instó a que se impongan sanciones contra Israel. No se trata de meras sugerencias, sino de obligaciones jurídicas vinculantes que la comunidad internacional debe hacer cumplir.
Ante la destrucción sistemática y los ataques violentos que está perpetrando Israel contra los agricultores palestinos, llamamos a la comunidad internacional a que asuma su responsabilidad. Exigimos que “Israel” rinda cuentas por sus flagrantes violaciones al derecho internacional, entre ellas, la utilización del hambre como arma de guerra, y que se impongan sanciones amplias que incluyan el embargo de armas y comercial.
Convocamos también a los movimientos sociales y a la sociedad civil en todo el mundo a profundizar su apoyo al pueblo palestino. Las muestras de solidaridad deben manifestarse a través de acciones que expongan los mecanismos de ocupación, colonización y explotación. Esta es una lucha internacional contra la injusticia y debemos alzarnos de manera colectiva.
Que este aniversario no sea motivo de desaliento, sino un llamado a la acción. Palestina se va a levantar; sus agricultores van a resistir. Marchamos colectivamente hacia la libertad, la dignidad y la soberanía.
*Un material traducido por Territorio de Ideas.
Fuente:
"Israel busca someter a la población palestina mediante el hambre", 21 octubre 2024, Agencia Tierra Viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario