viernes, 13 de septiembre de 2024

EPR de Flamanville: la puesta en marcha de un fracaso industrial

El reactor Flamanville-3. El cartel de EDF dice: “En toute sécurité, en toute sûreté”, algo así como: “Con toda la seguridad, con toda la garantía”. Crédito: Benjamin Girette / Bloomberg vía Getty Images.

 

por Cristian Basualdo

La empresa estatal Électricité de France S.A., conocida comúnmente como EDF, anunció, el martes 3 de septiembre, la divergencia del reactor Flamanville-3, del tipo Reactor Europeo Presurizado (EPR), ubicado en la península de Cotentin, canal de la Mancha. “Esta primera reacción nuclear marca el inicio del aumento de potencia en las sucesivas etapas del EPR de Flamanville”, afirmó EDF. Al día siguiente el reactor paró automáticamente.

La divergencia de Flamanville-3 estaba inicialmente prevista para principios de julio, pero sufrió retrasos debido a las dificultades que se produjeron durante las pruebas de puesta en marcha, después de que el reactor fue cargado con el combustible. Algunas de las dificultades siguen sin resolverse, tales como las fluctuaciones hidráulicas y vibraciones excesivas que debilitan los elementos combustibles e inducen variaciones en el flujo de neutrones, señaló la CRIIRAD (Comisión de Investigación e Información Independiente sobre Radiactividad).

Un comunicado conjunto de Greenpeace Francia, la Red Salir de la energía nuclear (Réseau Sortir du nucléaire), y el Comité Regional de Información y Lucha Antinuclear, advirtió acerca de los problemas técnicos del flamante reactor.

Yannick Rousselet, consultor de seguridad nuclear de Greenpeace Francia y experto en el EPR de Flamanville, dijo que: “EDF está haciendo de la divergencia un hecho sensacionalista para sembrar confusión entre el público general, mientras que estamos lejos de una puesta en marcha industrial eficaz. La divergencia del EPR de Flamanville es solo un inicio puramente político. Nadie va a recibir electricidad del EPR ahora. En Civaux, último reactor puesto en servicio en Francia, transcurrieron 4 años y medio entre la autorización de la divergencia y la puesta en servicio comercial real. EDF quiere cambiar la situación, intentando convertir en un éxito lo que no es más que un amargo fracaso, tanto industrial como financiero”.

La estrategia del “cueste lo que cueste” implementada por EDF para la divergencia de Flamanville-3 se evidencia en la tapa de la vasija del reactor, que es defectuosa y debe ser reemplazada. Si bien la nueva tapa está lista, EDF decidió poner en marcha el reactor sin reemplazarla, irradiando innecesariamente la actual tapa defectuosa, transformándola así en un peligroso residuo radiactivo.

Marion Rivet, responsable de relaciones con los medios de Réseau Sortir du nucléaire, señaló: “En julio presentamos una denuncia que hasta ahora no ha recibido respuesta. Hemos denunciado irregularidades en las piezas del EPR que fueron detectadas por la propia Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN). La falta de respuesta de la ASN a nuestras preguntas nos hace temer que la divergencia irradie piezas defectuosas, provocando riesgos para la población”.

La historia del EPR es la historia de un fracaso industrial. El diseño fue concebido como una respuesta al accidente de Chernóbil, iba a ser desarrollado mediante una empresa conjunta formada en 1992 entre el grupo estatal francés Framatome y el alemán Siemens, que más tarde abandonó el proyecto.

Las obras de Flamanville-3 comenzaron en 2007, con la conexión a la red prevista para 2012, a un costo de 3.300 millones de euros. Hacia 2010 se llevaban gastados 5.000 millones de euros y la conexión se había postergado hasta 2014. En noviembre del mismo año, el costo alcanzó los 9.000 millones de euros, con la conexión anunciada para 2017.

Henri Proglio, un alto directivo de EDF, en diciembre de 2022, explicó ante un Comité de Investigación de la Asamblea Nacional francesa que: “El EPR es una máquina demasiado complicada, casi inconstruible, cuyas dificultades podemos comprobar hoy” (Ver: Tome 2 - Rapport d'enquête n°1028 - 16e législature - Assemblée Nationale).

En la práctica, las obras se extendieron unos 17 años y el presupuesto alcanzó los 19.100 millones de euros, según los cálculos del Tribunal de Cuentas francés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario