El gobierno admite que la energía nuclear tiene un desempeño deficiente en comparación con las alternativas. Dado que las energías renovables y el almacenamiento son significativamente más baratos, los objetivos climáticos se logran de manera más rápida, más asequible y confiable por otros medios.
Por Juan Vernieri
La única nueva central eléctrica en el Reino Unido en construcción lleva diez años de retraso y supera con creces el presupuesto. ¿Por qué esta tecnología enferma disfruta de una generosidad tan intensa y persistente?
El Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, anunció una “Hoja de ruta nuclear civil: hasta 2050”, pero en realidad se trata de armas nucleares.
Durante mucho tiempo, el gobierno del Reino Unido no ha intentado justificar el apoyo a la energía nuclear en necesidades energéticas ni en el cambio climático.
Incluso antes de que los costos de la energía eólica y solar cayeran en picado, se reconoció que la energía nuclear no era atractiva. No se detalla ningún costo comparativo nuclear y renovable, y mucho menos justifica por qué esta opción más cara recibe una inversión tan desproporcionada.
Un documento publicado trata más de afirmar el apoyo oficial que de justificarlo sustancialmente. Muy significativas son las múltiples declaraciones sobre abordar las “ambiciones nucleares civiles y militares” juntas para “identificar oportunidades para alinear ambas en todo el gobierno”.
Estas presiones son reconocidas por otros estados con armas nucleares, pero hasta ahora fueron tratadas como un secreto en el Reino Unido: la energía nuclear civil mantiene las habilidades y las cadenas de suministro necesarias para los programas nucleares militares.
Los documentos oficiales de política energética del Reino Unido no logran justificar sustancialmente la energía nuclear, pero desde el punto de vista militar el panorama es claro.
En 2006, el primer ministro Tony Blair reconoció que los submarinos se volverían inasequibles si el país eliminara gradualmente la energía nuclear civil.
Un informe de 2007 elaborado por un ejecutivo de los fabricantes de submarinos pedía que estos costos militares quedaran “enmascarados” detrás de programas civiles.
Un informe secreto del Ministerio de Defensa de 2014 mostró claramente cómo la disminución de la energía nuclear erosiona las habilidades nucleares militares.
En repetidas audiencias parlamentarias, académico, organizaciones de ingeniería, centros de investigación, organismos industriales y sindicatos instaron a continuar con la energía nuclear civil como medio para apoyar las capacidades militares.
En 2017, el fabricante de reactores submarinos Rolls Royce incluso publicó un informe específico, organizando el caso de los costosos “pequeños reactores modulares” para “aliviar al Ministerio de Defensa de la carga de desarrollar y retener habilidades y capacidades”.
El gobierno intenta no reconocer esta presión para “enmascarar” los costos militares detrás de programas civiles.
Sin embargo, la lógica es clara: énfasis en el imperativo de “mantener abierta la opción nuclear”, como un fin en sí mismo, sin importar el costo.
Los ministros de energía son en ocasiones más sinceros, y uno de ellos califica de “artificiales” las distinciones entre civiles y militares.
Se ha dado prioridad a cientos de millones de libras para un programa de innovación nuclear y un acuerdo en el sector nuclear “comprometido a aumentar las oportunidades de transferibilidad entre las industrias civil y de defensa”.
Un secreto a voces
Las presiones militares en favor de la energía nuclear no son ampliamente reconocidas en el Reino Unido. En las pocas ocasiones en las que recibe atención mediática, el vínculo ha sido desmentido oficialmente.
Otros estados con armas nucleares también se esfuerzan por mantener costosas infraestructuras justo cuando la industria civil se está volviendo obsoleta. Esto es cierto en Estados Unidos, Francia, Rusia y China.
Otros países tienden a ser más abiertos al respecto, y en Estados Unidos, se reconoce la interdependencia a nivel presidencial.
El presidente francés Emmanuel Macron resume: “sin energía nuclear civil, no hay energía nuclear militar, sin energía nuclear militar, no hay energía nuclear civil”.
Esta es en gran medida la razón por la que Francia, que cuenta con armas nucleares, está presionando a la Unión Europea para que apoye la energía nuclear.
Esta es la razón por la que Alemania, que no posee armas nucleares, ha eliminado gradualmente las tecnologías nucleares en las que alguna vez lideró al mundo.
Esta es la razón por la que otros estados con armas nucleares están tan desproporcionadamente obsesionados con la energía nuclear.
Estas presiones militares ayudan a explicar por qué el Reino Unido niega el deficiente desempeño nuclear y, sin embargo, apoya tanto las habilidades nucleares generales. Poderosos intereses militares —con su característico secretismo y relaciones públicas activas— están impulsando esta persistencia.
Fuera de los presupuestos de defensa, se está prodigando un apoyo costoso a una base industrial nuclear conjunta civil-militar, para ayudar a financiar las necesidades militares. Estos subsidios ocultos hacen que los submarinos nucleares parezcan asequibles, pero hacen que la electricidad y la acción climática sean más costosas.
Algunos argumentan que razones militares justifican los costos nucleares excesivos. En el Reino Unido, donde la realidad nuclear ha sido negada oficialmente, los problemas no son solo de energía o clima, sino de democracia.
(Fuente: Andy Stirling profesor de Política Científica y Philip Johnstone, Universidad de Sussex.)
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