El conjunto del morro de una maqueta de la bomba termonuclear B61-12, durante una serie de pruebas en el Sandia National Laboratories. Crédito: Departamento de Energía de Estados Unidos. |
por Cristian Basualdo
Durante 2023, los nueve estados con armas nucleares: Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia, India, Israel, Corea del Norte y Pakistán, gastaron en conjunto 91.400 millones de dólares en sus arsenales, o 2.898 dólares por segundo, precisó el último informe de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés).
El informe presenta un panorama sombrío, con un aumento de 10.800 millones respecto al año anterior (13,4%). Estados Unidos gastó unos 51.500 millones de dólares, más que todos los otros estados con armas nucleares juntos. China gastó 11.900 millones de dólares, y Rusia 9.300 millones de dólares.
Alicia Sanders-Zakre, coautora del informe, señaló: “La aceleración del gasto en estas armas inhumanas y destructivas durante los últimos cinco años no está mejorando la seguridad global, sino que plantea una amenaza global”.
Las amenazas explícitas e implícitas de utilizar armas nucleares, incluso en el contexto de los conflictos en Ucrania y Gaza, se combinan con la atención pública a este peligro. Las armas nucleares se pusieron de moda, con el éxito de taquilla de Oppenheimer, y series como Fallout.
En 2023, veinte empresas que se dedican al desarrollo y mantenimiento de armas nucleares ganaron al menos 31.000 millones de dólares por este trabajo, y tienen al menos 335 mil millones en acuerdos contractuales con países con armas nucleares. Cinco de ellas (BAE Systems, Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman, y Peraton) tienen contratos que continúan hasta 2039, mientras que la mayoría de los demás contratos tienen una duración de dos a cinco años.
Estas grandes ganancias incentivan a los fabricantes de armas nucleares a gastar millones para influir en la política gubernamental, y en la opinión pública hacia las armas nucleares, mediante el apoyo a think tanks (grupos de estudio). En 2023, solo en Estados Unidos y Francia (los países de los que se pueden obtener cifras) estas empresas gastaron 118 millones de dólares en lobby.
La ICAN advierte acerca del costo de oportunidad de las armas nucleares. Los miles de millones de dólares que se desperdician cada año en armas nucleares constituyen una asignación inaceptable de fondos públicos. 91.400 millones de dólares al año podrían pagar la energía eólica de más de doce millones de hogares para ayudar a combatir el cambio climático. Un minuto del gasto en armas nucleares de 2023 podría haber servido para plantar un millón de árboles. Cinco años de gasto en armas nucleares podrían haber alimentado a 45 millones de personas que actualmente se enfrentan a la hambruna durante la mayor parte de sus vidas.
Para la INCAN lo que está claro es que las armas nucleares no garantizan la paz ni proporcionan seguridad. En medio de estos gastos para financiar armas de destrucción masiva por parte de un puñado de gobiernos, casi 100 países han firmado en la ONU el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW, por sus siglas en inglés). Argentina es el único país de Latinoamérica que no lo firmó.
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