Central nuclear de Zaporiyia. Crédito: Energoatom. |
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha confirmado que se ha llegado a un entendimiento de que los seis reactores de la central nuclear Zaporiyia (ZNPP) permanecerán en parada fría por el momento. Sin embargo, en abril The Wall Street Journal informó que Rusia podría estar planeando reiniciar al menos uno de los seis reactores de la central, que tiene ocupada desde marzo de 2022.
Por Juan Vernieri
La noticia generó preocupaciones sobre la seguridad de la planta, si se tomara tal decisión. Para minimizar los riesgos radiactivos, la planta debe permanecer inactiva.
Mientras la ZNPP siga bajo ocupación rusa, Moscú podrá seguir utilizando la planta como fuente de chantaje para anticiparse a cualquier esfuerzo futuro de Ucrania por recuperar el control.
Para contrarrestar el chantaje nuclear de Rusia, los países occidentales deben intensificar su apoyo militar, de seguridad nuclear y de respuesta de emergencia a Ucrania, así como contrarrestar la desinformación rusa en relación con el estado de las operaciones de la ZNPP y los ataques a la instalación.
Desde la invasión, Rusia ha demostrado un claro desprecio por la seguridad nuclear. La seguridad de la planta sigue en un estado muy precario.
Si bien la ZNPP no se encuentra actualmente en las proximidades de los combates más intensos, todavía está cerca de la línea del frente, y el personal de la OIEA apostado en las instalaciones informa periódicamente sobre sonidos de explosiones.
Los recientes ataques con drones contra las instalaciones no parecen haber causado daños significativos, pero sirven como recordatorio del riesgo persistente de que un ataque militar, intencional o no, pueda desencadenar una emergencia de seguridad.
En varias oportunidades el peligro atómico aumentó. Con la destrucción de la presa Nueva Kajovka en junio de 2023 y el posterior drenaje del embalse de Kajovka, la planta perdió su principal suministro de agua para eliminar el calor de desintegración radiactiva de los reactores y las piscinas de almacenamiento de combustible gastado y para enfriar los generadores diésel de emergencia, que se activan cuando la planta pierde energía externa.
Debido a los ataques a la red eléctrica de Ucrania y a los daños a las líneas eléctricas que conectan la planta a la red, la planta sufre periódicamente cortes de la energía externa imprescindible.
Además, la OIEA ha informado sobre la presencia de minas antipersonal tanto en el perímetro de la planta como en los terrenos de la instalación.
También hay escasez de personal calificado que trabaje en las instalaciones. Muchos empleados ucranianos se han ido debido al conflicto o se vieron obligados a hacerlo al negarse a tomar la ciudadanía y suscribir contratos de trabajo con la empresa rusa.
Desde septiembre de 2022, los seis reactores eléctricos de 950 megavatios de la planta han estado en estado de apagado, alternando entre apagado en frío y en caliente. Si después de una parada del reactor, se mantiene en estado subcrítico con la presión y temperatura del refrigerante cercanas a las de operación a potencia, se dice que la parada es en caliente. En este estado se favorece un rápido restablecimiento de la producción de electricidad.
Se dice que la parada es en frío si el núcleo al reactor en parada se le reduce la temperatura, entonces la unidad requiere menos agua de refrigeración y energía externa que una unidad en pleno funcionamiento. Esto permite más tiempo y opciones para lidiar con posibles pérdidas de energía y agua de refrigeración.
En caso de que se corte o dañe el suministro de agua o energía a los reactores en parada fría, los operadores experimentados probablemente tendrían varios días para evitar que se convierta en un incidente grave de seguridad nuclear (dependiendo de la naturaleza del daño).
Este margen de seguridad podría reducirse a pocas horas para un reactor en funcionamiento, razón por la que Rusia no debe reiniciar ninguno de los reactores de la central.
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