El estallido de la primera bomba atómica de la historia en 1945, sucedió en un ensayo, bautizado “Trinity”, en los Estados Unidos.
Por Juan Vernieri
La historia atómica se inició el 19 diciembre de 1938. Dos químicos alemanes, Otto Hahn y Fritz Strassmann, hicieron uno de los descubrimientos más disruptivos y categóricos de la historia.
En su laboratorio en Berlín, Hahn y Strassmann se encontraban en medio de un experimento: bombardeaban núcleos de uranio con neutrones, en el marco del incipiente campo de la física nuclear, cuando lograron partir un átomo en dos partes iguales, liberando energía y otros elementos en el proceso.
Los físicos Lise Meitner y Otto Frisch, quienes mantenían contacto con Hahn y Strassmann, analizaron estos datos y le pusieron en 1939 un nombre al fenómeno: fisión nuclear.
El descubrimiento sacudió a la comunidad científica en todo el mundo: la posibilidad de producir una reacción en cadena mediante la fisión nuclear del uranio, hasta entonces una postura teórica, se había convertido en realidad, y con ello la posibilidad de generar una explosión y una liberación de energía como nunca se había visto.
Desde el descubrimiento de la radioactividad en 1896 por parte de Henry Becquerel, pasando por los importantes hallazgos de Marie Curie, Niels Bohr, Enrico Fermi y tantos otros, nada había generado tanta excitación y preocupación en momentos en que el mundo entraba en el conflicto bélico más grande y destructivo de su historia: la Segunda Guerra Mundial.
Pocos meses después de la partición del átomo, el físico alemán y ganador del premio Nobel Albert Einstein, una figura influyente y popular que había contribuido enormemente con sus investigaciones de principios de siglo XX, y Leo Szilard, un físico húngaro radicado inicialmente en Alemania y que se encontraba en la vanguardia del campo, enviaron una carta al presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt.
En la misiva advertían sobre el potencial militar de este hallazgo y la posibilidad de que Alemania, país líder en investigaciones nucleares en ese momento bajo el régimen totalitario de Adolf Hitler, intentara desarrollar una bomba atómica.
Einstein y Szilard habían abandonado Alemania tras el ascenso de los nazis y se encontraban en ese momento trabajando en universidades estadounidenses, y su advertencia rindió frutos: en octubre de ese mismo año el gobierno de Estados Unidos destinó los primeros fondos a la investigación con fines militares.
En Alemania los esfuerzos habían comenzado incluso antes: poco después de la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, el físico y premio Nobel Werner Heisenberg, otro de los grandes nombres de la física nuclear en el mundo, recibió los primeros fondos del ejército alemán para comenzar sus propias investigaciones.
Por las urgencias de la guerra, la falta de materiales básicos y la apuesta del régimen nazi por otras tecnologías, el programa nuclear alemán, nunca se convirtió en prioridad ni alcanzó el grado de avance al que llegarían los aliados, pero pareció confirmar las sospechas de Einstein y Szilard y cimentó la decisión de Estados Unidos de desarrollar una bomba atómica.
Tras al ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el 7 de diciembre de 1941, y en medio de reportes de inteligencia que exageraban los avances alemanes en la investigación nuclear, Roosevelt ordenó acelerar el programa y lo puso bajo el control del Departamento de Guerra.
El físico J. Robert Oppenheimer, dirigió a partir de 1943 un laboratorio construido en Los Álamos, Nuevo México, para concentrar los trabajos de investigación de cientos de personas en un ambiente discreto y controlado.
El trabajo encarado tenía como objetivo producir la primera bomba atómica, y pudo encararse gracias a la construcción del primer reactor nuclear del mundo, el Chicago Pile-1, en diciembre de 1942.
Trabajando a contrarreloj, y mientras en Europa y el Pacífico tenían lugar las batallas más duras de la Segunda Guerra Mundial, el equipo dirigido por Oppenheimer avanzó en la investigación que desembocaría en la fabricación de la bomba atómica.
Alemania se rindió el 9 de mayo de 1945, y de repente desapareció la carrera de armas nucleares, pero Japón siguió peleando por varios meses más, y el Departamento de Guerra de Estados Unidos giró su atención sobre el archipiélago asiático.
En este contexto, Oppenheimer organizó el primer ensayo nuclear de la historia el 16 de julio de 1945.
“La noche se convirtió en día” cuando se probó Trinity, la primera bomba atómica. Según los testigos, la explosión de la primera arma nuclear iluminó el cielo con mayor intensidad que el Sol.
En próximas notas efectos de la prueba.
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