Un grupo de docentes y estudiantes tuvo la idea de forestar zonas de barrio Alberdi, de la ciudad de Córdoba, una iniciativa que debería multiplicarse.
Mientras haya iniciativas moldeadas desde la generosidad y el interés de mucha gente por mejorar la calidad de vida colectiva, se podrá inferir en tono de optimismo que no todo está perdido.
Se trata de emprendimientos que a menudo no superan los límites del anonimato, pero que merecen ser visibilizados como acciones solidarias que, de algún modo, vienen a suplir la ausencia del sector público.
Entre los profusos ejemplos por destacar, asoma la iniciativa de docentes y estudiantes del Instituto Provincial de Educación Media (Ipem) N° 160 Hipólito Vieytes, ubicado en barrio Alto Alberdi de la ciudad de Córdoba, quienes se dedican a plantar en la vía pública árboles autóctonos que ellos mismos se ocupan de hacer germinar.
¿Y las semillas? Son recolectadas por los propios emprendedores en la costanera del río Suquía, en el Jardín Botánico y en la reserva General San Martín.
Son chicos y chicas de entre 13 y 16 años. Es decir, un modelo digno de resaltar y de imitar en tiempos en los que abundan las malas noticias que nos dan cuenta de menores en conflicto con la ley penal.
Por lo demás, la elección del proyecto no pudo ser más acertada, en función de la escasez de arbolado que se observa en muchos barrios de la ciudad de Córdoba en relación con la cantidad de especies que se calculan por cuadra y por manzana. Como bien señala el informe que publicamos días atrás, estas carencias medioambientales provocan una sensación de calor insoportable durante el rigor veraniego, en particular en plazas y paseos.
El innovador proyecto ambiental de estudiantes y docentes del citado establecimiento educativo es a “largo plazo” y arrancó con el implante de ejemplares en las cazuelas de veredas de barrio Alberdi. El procedimiento se concreta previo aviso a los frentistas, quienes en adelante tendrán la responsabilidad del mantenimiento del árbol.
La idea se inspiró en la necesidad de mitigar los efectos de temperaturas veraniegas que se presumen rigurosas, a tono con el cambio climático que ya produce devastaciones a escala global. Como señalan sus impulsores, un “granito de arena” de modo de hacer frente a esa problemática.
También, un llamado de atención a la comunidad en general y, de manera particular, a las dependencias del municipio de la ciudad de Córdoba que tienen el deber de cuidar y de mantener el espacio público.
“Cada manzana tiene su propia especie arbórea”, explica Ricardo Luna, coordinador del proyecto. Y añade que por estos días trabajan en especies nativas, tales como espinillo, algarrobo blanco, fresnos y acacias.
Despierta entusiasmo saber que desde un rincón del patio del colegio, profesores y estudiantes se cargaron al hombro la tarea de germinar y de plantar árboles en una urbe dominada por el cemento.
Como se dijo, un modelo de gestión ciudadana (en este caso, estudiantil) que debe ser imitado, principalmente por los adormecidos entes oficiales.
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Fuente:
Iniciativa estudiantil digna de ser imitada, 9 diciembre 2023, La Voz del Interior.
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