sábado, 29 de julio de 2023

Inundaciones en los campos: la naturaleza, el clima y los “efectos” del hombre

El ingeniero agrónomo Pablo Bollatti, conocedor de los suelos de la región más productiva de Córdoba, explicó cómo se genera el exceso de agua en los campos y las acciones para mitigar este fenómeno.

Por Joaquín Aguirre

El ingeniero agrónomo Pablo Bollatti conoce a la perfección los suelos del sudeste de Córdoba, la franja más rica en producción agrícola. Bollatti fue durante muchos años coordinador del Grupo Napas en el Inta Marcos Juárez.

Consultado sobre cuánto tiene que ver la expansión de la frontera agrícola con las inundaciones, señaló que una inundación puede darse tanto porque el suelo llegó al límite en su capacidad de retención de agua, como por un exceso de intensidad de lluvias.

En el sudeste de Córdoba, la frontera avanzó desde los años ‘20 del siglo pasado, estamos hablando de más de 100 años. Y los problemas de inundación los tuvimos desde 2014-2015 en adelante, cuando las napas se acercaron a la superficie y tuvimos períodos en los que coincidían un exceso de agua con reducción de consumo. Ahí hablamos de balance hídrico”, explicó.

Bollatti aclaró que tanto la expansión de la frontera agrícola como la desaparición de un cultivo, son acciones provocadas por el hombre, ya sea por una política pública que fomenta un cultivo o lo desfomenta y lo saca del mapa productivo. Eso pasó con el trigo en Marcos Juárez entre 2010 y 2012.

La desaparición del trigo en esos años estuvo principalmente explicada por permisos de exportación y por las retenciones. Entonces, el cultivo desapareció en la zona”, explicó.

Fue una decisión netamente política, no por una persona malintencionada que quería sacar el trigo de ahí. Lo que lograron desde el Gobierno fue que haya menos producción y eso generó menor consumo de agua. Y ese menor consumo retroalimentó un sistema al que ya le estaba sobrando agua por una cuestión ambiental, lo que implicaba una mayor oferta hídrica en un período de tiempo en el que era normal que ocurriera”, analizó Bollatti.

A fines de febrero de 2015, la localidad de Idiazábal, en el sudeste de Córdoba, sufrió una inundación que duró 17 días y obligó a sus 1.300 habitantes a evacuar el pueblo. Para Bollatti, ese fenómeno ocurrió porque el tipo de suelo no puede retener tanta cantidad de agua. El experto sostuvo que, aunque existen mecanismos para mitigarlo, el problema seguirá.

El pueblo está en una vía de escurrimiento. El agua va a ir por donde tiene que ir, y va a escurrir por el sector más bajo. Si establecés una comunidad, una planta de acopio o una escuela en un sector por donde el agua va a pasar en algún momento, o pasó en algún momento de la historia, seguirá ocurriendo. Ahora, lo que vos hagas alrededor de toda esa cuenca, puede hacer que el agua llegue más rápido y sea más caótico, o que el agua llegue más lenta y sea más ordenado, y así logres mitigar los efectos”, señaló.

Entre las acciones que el hombre puede emprender están la rotación de cultivos o sembrar cortando la pendiente.

Uno de los últimos reportes climáticos de Bolsa de Comercio de Rosario advierte que, luego de tres años de La Niña (fuerte sequía), El Niño que se avecina en Argentina será más moderado de lo que se preveía, lo cual reduce el riesgo de excesos hídricos y hace prever mejores condiciones para la campaña de los cultivos de verano.

Al ser consultado sobre si el peligro de inundaciones existirá siempre, Bollatti respondió: “Hay sectores planos en los cuales el agua escurre más lentamente y que cuando tengamos una determinada intensidad de lluvia van a generar inundación. Ahora, la provincia de Córdoba tiene una gran red organizada de drenaje para que mitigue los efectos negativos. ¿Eso significa que secarán toda el agua en un ratito? No, pero van a hacer que por lo menos podamos seguir produciendo. A eso lo llamamos pilar azul, pero eso sólo no alcanza, es una parte de la solución. La otra es el pilar verde, que es toda la otra parte agronómica, del consumo, del balance y la rotación del cultivo, la fertilización, la conservación de suelos con terrazas, entre otras acciones importantes”, consideró Bollatti.

El ingeniero agrónomo sostuvo que en la actualidad los suelos de la zona están en condiciones de retener 200 milímetros de agua en el transcurso de 7 a 10 días. “Esa lluvia debería poder filtrarse en un 80%”, indicó. No obstante, aclaró que en función de las características de cada lote, los más bajos se inundarán y los más altos retendrán poca agua. “Eso ya depende del manejo agronómico que tenga cada lote”, comparó.


Fuente:

Joaquín Aguirre, Inundaciones en los campos: la naturaleza, el clima y los “efectos” del hombre, 27 julio 2023, La Voz del Interior.

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