El 29 de abril de 2003 cedieron las defensas y las aguas del río Salado ingresaron a la capital provincial. Fue la peor tragedia hídrica de la capital provincial y la región.
Por Marcelo Castaños
Era la madrugada del 29 de abril de 2003 cuando las defensas del río Salado comenzaron a verse desbordadas y el caudal del agua, que había alcanzado niveles históricos, comenzó a traspasarlas y a inundar la ciudad de Santa Fe. Durante cinco días las lluvias se concentraron en el cauce bajo de ese curso de agua y se acumularon 1.400 milímetros. La inundación, que se convirtió en la tragedia hídrica más importante para la capital provincial y la región, dejó bajo el agua a un tercio de la ciudad, se cobró la vida de 23 personas en esos días, según el registro oficial, pero numerosas organizaciones hablan de más de 150 fallecidos como consecuencia directa e indirecta del desastre. A 20 años de aquel fenómeno que quedó grabado en la memoria de los santafesinos, la capital provincial conmemora el "Día de la Memoria y la Solidaridad de la Inundación de Santa Fe y alrededores", para no olvidar aquellos días de desesperación y recordar a los que ya no están.
Durante esos días las lluvias se concentraron en el cauce bajo del río Salado y se acumularon 1.400 milímetros. Esto provocó el crecimiento desmedido del cauce. Fue allí en donde las defensas fallaron: había un tramo inconcluso y esto permitió la entrada del agua a la ciudad.
"Toda el agua que ingresó por calle Gorostiaga inundó un tercio de la ciudad de Santa Fe, avanzando sobre los barrios del cordón oeste santafesino, desde San Pantaleón hasta la cancha de Colón. Y tal fue la proporción de la tragedia, que ya en la tarde de ese martes 29 de abril, calle Cruz Roja Argentina tuvo dos metros de agua", contaba Juan Trento, hoy periodista del Diario UNO Santa Fe y por entonces cronista de LT10, en vivo.
Durante aquel día se produjo el progresivo avance de las aguas hacia la zona sur de la ciudad. Por la mañana ya se observaba un importante nivel de anegamiento en el frente norte de la autopista a Rosario, y el ingreso de excedentes desde el norte hacia al sur en la intersección de las avenidas Perón e Iturraspe, explicaría luego un informe técnico elaborado por la provincia. En horas cercanas al mediodía, las aguas avanzaron ocupando parte del barrio Villa del Parque, y a las 14 de ese día el agua alcanzó al Hospital de Niños, pese a los esfuerzos por protegerlo.
Llegado el 30 de abril, los niveles de agua en la zona de calle Mendoza y en sectores del radio céntrico se encontraban por encima de los 2,50 metros. En la mañana del mismo día se observaron anegamientos importantes, quedó cortada la avenida Circunvalación en varios puntos. Según se pudo constatar, en horas de la mañana se registraban desniveles importantes entre el recinto interior del casco urbano y los niveles de escurrimiento del propio río Salado. Frente a esta situación, personal de la provincia decidió efectuar cortes en el terraplén Irigoyen para lo cual se realizaron gestiones en función de la obtención del equipamiento necesario a través de distintas empresas. Finalmente, se convocó a personal del Ejercito para efectuar voladuras del terraplén. Por la tarde ya había anegamientos en el entorno de la calle peatonal céntrica de la ciudad.
El río avisaba
La crecida del río Salado se originó por las precipitaciones intensas sobre la cuenca baja, ocurridas principalmente entre el 22 y el 24 de abril de ese año. Durante esos días un sistema frontal caliente se ubicó en el centro del litoral argentino. Se produjeron entonces intensas lluvias sobre una cuenca ya saturada como consecuencia de precipitaciones ocurridas en los meses previos. El Salado venía avisando.
En los días anteriores se empezaron a registrar algunos anegamientos en el norte de la ciudad. Pero el lunes 28 de abril, el río logró entrar por una brecha del terraplén, a la altura de calle Gorostiaga, donde se ubica el Hipódromo. Las obras de las defensas estaban inconclusas y ese error provocó la tragedia. Por un momento, el río había dejado de avanzar; pero hacia la tarde de esa jornada todavía lluviosa, el cauce volvió a avanzar y se acercó al centro.
El terraplén que comunicaba la ciudad de Santa Fe con la autopista a Rosario tenía un puente de poca longitud como único paso de las aguas. Al limitar el cauce del río por este estrechamiento, se incrementó el nivel del río "aguas arriba" (al norte) de dicho terraplén. Esto era muy notorio porque en el sur de la ciudad las defensas estaban muy lejos de sufrir peligro. De hecho, debido al embalse de aguas dentro de la ciudad se dinamitaron las defensas en el sur para permitir el escurrimiento.
Los terraplenes, que debían servir de defensa, ayudaron a que las aguas se embalsaran sobre la ciudad y no la dejaban escurrir. Es por eso que en los sectores más bajos, los más vulnerables, se acumularon hasta cuatro metros de altura de agua. Es por eso que se debieron derrumbar siete tramos del terraplén en distintos puntos con el objetivo de escurrir las aguas.
Las víctimas
El 8 de mayo de 2003, el gobierno de la provincia, encabezado por el entonces gobernador Carlos Reutemann cerró la lista de víctimas fatales en 23, considerando que fueron muertes directas por la inundación. Pero organizaciones no gubernamentales y familiares elevan la cifra a 160 muertos, ya que se contabilizan aquellos que fallecieron como consecuencias físicas y psicológicas producidas por la tragedia.
Fuentes oficiales de la provincia informaban entonces que en Santa Fe, Recreo y Monte Vera había 475 centros de evacuados, que alojaban a 62.500 personas en total. A su vez, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) daba cuenta de que en la ciudad capital había 53.312 autoevacuados, pero que los afectados sumaban más de 130 mil, un tercio del total de población que en ese momento tenía la ciudad. Estos datos fueron reproducidos por los medios de la ciudad y la región.
Se calculó también que hubo 28 mil viviendas afectadas, 5 mil establecimientos agropecuarios fuera de servicio, 2 millones de hectáreas afectadas en zona rural y 1.500 millones de dólares para reconstruir la infraestructura de la ciudad, las viviendas y las pérdidas agropecuarias.
La inundación también impactó sobre la salud de la población y puso a la ciudad de Santa Fe en una situación sanitaria crítica, la más grave de su historia.
Después del pico de la creciente el agua fue descendiendo, dejando al descubierto enormes cantidades de basura. El agua contaminada y los animales muertos o enfermos fueron foco de infección permanente y el hacinamiento y la falta de higiene fue factor para aumentar los contagios.
En los siguientes meses hubo casos de sarna, micosis, pediculosis, diarreas, cuadros respiratorios agudos, hepatitis, leptospirosis y hasta varicela. Muchas personas padecieron presión alta y crisis nerviosas. También hubo una gran cantidad de brotes psicóticos y de personas adictas a narcóticos con síndrome de abstinencia.
En los años posteriores surgieron más de cinco barrios nuevos y también se concluyó con el terraplén para evitar que el río ingresara nuevamente.
Organizaciones de damnificados por las inundaciones acusaron al entonces gobernador Carlos Reutemann por su responsabilidad en las consecuencias y por la obra inconclusa además de no haber dado la orden de evacuación. "Es una causa penal que tuvo demasiada impunidad y demasiado escándalo". Hubo tres procesados: el intendente Marcelo Álvarez; el ex secretario de Asuntos Hídricos Eduardo Fratti, y Edgardo Berli, que era ministro de Obras Públicas. A principios de 2019, Fratti y Berli recibieron la pena de tres años de prisión de ejecución condicional, por lo que no fueron a prisión.
En 2021, se oficializó el "Día de la Memoria y la Solidaridad de la Inundación de Santa Fe y alrededores". Se trata de una iniciativa que la organización social La Poderosa acercó al bloque de Ciudad Futura en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe y que fue ingresado por la diputada Dámaris Pachiotti. La legisladora presentó el proyecto de que incluye una efeméride y la dimensión educativa de la memoria para que los hechos del 2003 no vuelvan a repetirse.
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La inundación de 2003 en el Centenario: “Cada 29 de abril agradecemos estar vivos”
Fuente:
Marcelo Castaños, A 20 años de la gran inundación, la ciudad de Santa Fe no olvida, 29 abril 2023, La Capital.
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