viernes, 17 de febrero de 2023

Cuestionan pagos por servicios ambientales en la Amazonia

Por Claudia Mazzeo

BUENOS AIRES - Para que los programas de pagos por servicios ambientales (PSA) en la Amazonia generen resultados positivos es necesario que su diseño e implementación incluya las particularidades sociales, ambientales y culturales de los grupos destinatarios del programa. Entre ellos, su mirada hacia la conservación, sus interacciones y los mecanismos que tradicionalmente adoptan para proteger el bosque.

Los programas de PSA son mecanismos de uso extendido basados en el ofrecimiento de un pago monetario, o en especies, a aquellos propietarios o usuarios de bosques o plantaciones forestales que logren reducir la deforestación o incrementar actividades de conservación forestal.

Dado que estos programas no solo no han demostrado ser efectivos para frenar la pérdida de bosques, sino que, en algunos casos, incluso han deteriorado los medios de subsistencia de las poblaciones locales que actúan como proveedores de esos servicios, dos investigaciones que serán publicadas en la edición de marzo de Ecological Economics analizan las características de su implementación, desde distintas perspectivas.

Una de ellas, liderada por Ashwin Ravikumar, del Departamento de Estudios Ambientales del Amherst College en Massachusetts, en Estados Unidos, investigó la ejecución de programas de PSA en la cuenca Ampiyacu-Apayacu, un área protegida del Perú en la región de Loreto, y advierte que pueden socavar los sistemas de conservación indígena.

Mediante entrevistas, sesiones de grupos focales y observación de cuatro comunidades de esa cuenca concluyó que los programas de PSA implementados por el Programa Nacional de Conservación de Bosques (PNCB) -iniciativa insignia del estado peruano para abordar la deforestación tropical en comunidades indígenas mediante el pago por resultados- erosionaron los sistemas locales de conservación incluyendo la minga, una tradición andino-amazónica de ayuda mutua y trabajo de subsistencia compartido.

En contraposición, empujaron a las comunidades a adoptar relaciones del tipo empleado-empleador, crearon conflictos, dirigiendo sus sistemas de producción a la obtención de commodities, evidenciando escasos resultados.

Mi familia eligió (entre las opciones propuestas en el programa) la crianza de pollos, aunque no sabíamos cómo hacerlo. Nunca antes habíamos criado pollos. No quiero oír hablar de pollos nunca más; me dieron alimento para tres meses, y un poco de maíz para sembrar para alimentarlos. Después de 2,5 meses, el maíz ya no era lo suficientemente productivo, las gallinas se morían y me quedé sin nada”, dijo a los investigadores una mujer de la comunidad nativa de Boras de Brillo Nuevo, en Loreto, entrevistada en el marco de la investigación.

Los especialistas encontraron que el programa implementado por el PNCB dañó los sistemas locales de ayuda mutua y trabajo compartido.

De acuerdo con la investigación, miembros de la comunidad de Boras de Pucaurquillo, que no recibieron ningún proyecto, expresaron su resentimiento al ver que sus vecinos se beneficiaban, mientras que ellos sólo eran contratados varios días para ayudar a sus pares a construir gallineros, o para trabajar en una parcela forestal de árboles frutales.

En contrapartida, destacan que los recursos de conservación deberían satisfacer las necesidades de los administradores indígenas de los bosques en sus propios términos, oponiéndose a los sistemas convencionales que a menudo fracasan debido a las profundas contradicciones entre el empoderamiento indígena y el “crecimiento verde”.

La otra investigación apuntó a develar cuáles son las condiciones que favorecen la ejecución de proyectos de PSA, identificando las relaciones causales entre el diseño, la implementación, el contexto, el comportamiento humano, y los resultados obtenidos mediante el estudio de casos en la región.

El trabajo afirma que los PSA en la Amazonía son exitosos cuando combinan incentivos en dinero y en especies; aumentan la conciencia ambiental a través del desarrollo de capacidades; involucran a los interesados, a través de enfoques equitativos e inclusivos; transparentan el criterio de selección que emplean; garantizan la condicionalidad (condiciones impuestas para recibir asistencia a través del seguimiento del cumplimiento de las reglas), y garantizan la entrega de los pagos.

Su autor, Esteban Montero, de la Universidad de Friburgo, en Alemania, dice a SciDev.Net que en la Amazonia “las asimetrías culturales y económicas son fuertes. Por eso, hacemos un llamado por más estudios para establecer relaciones causales entre el contexto en que se implementan los proyectos, su diseño, y sus resultados”.

Yelly Yamparli Pardo Pozo, de la Universidad de la Amazonia, en Florencia, Colombia, quien no participó de la investigación, dice a SciDev.Net que ésta “aprovecha los estudios previos para construir un debate que permite vislumbrar las mejoras que se deben implementar para lograr que figuras como los PSA se sostengan en el largo plazo y contribuyan con las metas ambientales que se tienen planeadas en la región desde lo previsto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Añade que “el estudio aporta a la construcción de política ambiental frente a la adaptación al cambio climático, tema subyacente y por el cual se generaron los PSA en apoyo a la conservación de bosques y su fuerte relación con servicios ecosistémicos como la regulación hídrica y la captura de carbono”.

Para Fabiana Castellarini, del Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas de la Universidad de Cuyo, en Mendoza, el trabajo de Montero es de utilidad no sólo en la Amazonia sino también para mejorar esquemas de PSA en otras regiones de América Latina y el Caribe.

Las contingencias que pueden presentarse en los programas de PSA pueden amortiguarse con la incorporación de educación ambiental y el desarrollo o fortalecimiento de herramientas, habilidades, procesos y recursos de la comunidad implicada”, comentó a SciDev.Net.


Fuente:

Claudia Mazzeo, Cuestionan pagos por servicios ambientales en la Amazonia, 16 febrero 2023, Inter Press Service. Consultado 17 febrero 2023.

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