El fenómeno climático va por su tercer año consecutivo. Los indicadores meteorológicos de la provincia acusan el impacto, también la bajante de los diques y los niveles de consumo de luz y energía.
Por Juan Pablo Carranza
Las postales de los lagos cordobeses son alarmantes a pesar de las lluvias de los últimos días. Cinco de los ocho espejos de agua más representativos de la provincia acusaron este enero su nivel más bajo en la última década para esta época del año y otros tres también presentan estados críticos.
La sequía va por su tercer año consecutivo. Desde septiembre de 2020, La Niña, como se conoce al fenómeno climático que se origina en la costa del Perú, castiga con una reducción de las precipitaciones y un aumento de la temperatura en esta región del planeta.
Las derivaciones de esta secuencia ya son evidentes. Las proyecciones económicas sobre el agro, y por consiguiente en la balanza comercial argentina, emiten luces rojas.
En 2022, de acuerdo con datos de la estación meteorológica del aeropuerto Córdoba, llovieron 584 milímetros en la ciudad de Córdoba: la cifra más baja de la última década. El promedio de los últimos 30 años se ubica por encima de los 800 milímetros anuales.
A su vez, la temperatura máxima media anual supera desde hace tres años los 26 grados. En 2020, alcanzó la cifra más alta de la década con 26,7 grados. En el año 2021 se ubicó en 26,3 grados. Y el año pasado volvió a rozar el último récord al llegar a los 26,6 grados centígrados.
Explicaciones de la sequía
“Hay variaciones climáticas que son normales: años secos y años húmedos. Pero esto no es normal. Venimos de muchos años de un período húmedo y ahora llevamos tres de sequía profunda en la zona núcleo de la Argentina”, apunta Marcelo Madelón, meteorólogo y licenciado en Medioambiente.
Madelón reconoce que la Argentina no es la única afectada por los cambios climáticos, sino que se da a escala global. “Estos descalabros se dan en todo el mundo. En estos momentos hay más lluvias de lo normal en Sudáfrica e inundaciones en California, por ejemplo”, dice el especialista.
Madelón agrega que la sequía tiene mayor impacto en las zonas donde avanzó la frontera agrícola. “Antes eran áreas ganaderas y ahora están sembradas. Son zonas de transición que ahora, en situaciones como estas, sufren mucho”, describe.
Calentamiento
Entre noviembre, diciembre y enero, se registraron olas de calor prolongadas en la provincia. Esto se tradujo en picos en el consumo de energía eléctrica y de agua.
La demanda de electricidad superó en dos oportunidades la cifra récord en la provincia de fines de 2022, mientras que, en la ciudad de Córdoba, el consumo de agua diario alcanzó en diciembre pasado el techo de los 430 litros por persona.
¿Esta sequía es consecuencia del calentamiento global o es por el efecto de la triple Niña?
“El cambio climático posiblemente no tenga que ver con estas fluctuaciones -dice Madelón-. Lo que puede ocurrir con el calentamiento es que los eventos como las sequías o las inundaciones son más grandes y fuertes que lo normal”. Es decir, el impacto está en la intensidad de los fenómenos y no en los ciclos y su periodicidad.
Pronóstico
La pregunta es si este escenario de sequía continuará. Las proyecciones meteorológicas indican que hay una morigeración sostenida del fenómeno de La Niña hacia mediados de año. “Pero, por un par de meses más, el evento se va a mantener, con lo cual habrá precipitaciones inferiores a la media”, explica Madelón.
No obstante, en el corto plazo el escenario puede mejorar. “La perspectiva es que en los próximos 15 días haya algunas precipitaciones por encima de lo normal y que empiece a normalizarse la situación de los diques”, proyecta el meteorólogo Edgardo Pierobon.
Además de la falta de lluvias, los espejos de agua de la provincia también sufren las altas temperaturas. “En este contexto de sequía con mayor radiación durante todo el día, hay una evaporación por encima de lo normal”, agrega Pierobon.
Tipos de sequía
Los especialistas señalan que hay diferentes tipos de sequía. El primero es la sequía meteorológica, que consiste en precipitaciones por debajo de la media y temperaturas por encima del promedio.
Luego existe la sequía agrícola, que es cuando las lluvias no alcanzan a cubrir las necesidades de los cultivos. También la sequía hídrica es cuando los cursos de agua tienen menos caudal, algo que se ve en algunos arroyos de las Sierras.
Y, por último, la sequía social y económica, que es cuando el fenómeno climático impacta en esas dos áreas ya sea por desabastecimiento de agua o en los costos de la cadena productiva.
Fuente:
Juan Pablo Carranza, Sequía y calor: la triple Niña entrega registros extremos de crisis hídrica y de consumos de luz y de agua, 22 enero 2023, La Voz del Interior.
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