sábado, 11 de junio de 2022

Cómo funciona el centro de rescate de fauna en pleno Nueva Córdoba

Al ex Zoológico de Córdoba llegan cientos de animales con necesidades de atención veterinaria. De allí, Policía Ambiental los deriva a centros de rehabilitación, donde se evalúa si pueden ser liberados.

por Diego Marconetti

Mientras continúa la transformación del Jardín Zoológico de Córdoba en el Parque de la Biodiversidad, hay una tarea que allí se sigue realizando y que para muchos es desconocida. Por semana, llegan decenas de animales rescatados por la Policía Ambiental que requieren atención veterinaria.

Desde noviembre de 2020, ingresaron al predio ubicado en barrio Nueva Córdoba 275 ejemplares de distintas especies. Llegan aves y también mamíferos, como pumas y zorros, que fueron retirados de los circuitos ilegales de venta o que los encontraron heridos o enfermos, incluso dentro de la propia ciudad.

Llegan, por ejemplo, caranchos, jotes o halconcitos, que son muy importantes en la ciudad porque comen huevos o pichones de palomas. Sin embargo, los atacan con honderas o con armas de aire comprimido”, relata Paula Ferrer Olivero, veterinaria especialista en aves rapaces.

El Parque de la Biodiversidad fue declarado “Centro de Rescate de Fauna Silvestre” por la Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba en abril de 2021.

Desde el ente Biocor, que administra el lugar, señalaron que cumple la función de alojar fauna silvestre, y que ese trabajo se realiza en conjunto con las autoridades de control y de fiscalización de la Provincia, como la Policía Ambiental y la Patrulla Ambiental.

Según explicó el intendente del parque, Damián Casconi, los animales llegan, se registran y permanecen por un período de cuarentena. Ese aislamiento depende de las recomendaciones veterinarias.

Allí, se los monitorea y controla para que no manifiesten síntomas de enfermedades infectocontagiosas que puedan poner en riesgo su supervivencia y la de sus congéneres en vida libre.

En caso de ser necesario, se realizan tratamientos adecuados a las patologías o las lesiones con el fin de la recuperación del animal, de esta manera se asegura el estado sanitario del individuo para que este no sea un riesgo para poblaciones estables de vida natural”, señalaron desde Biocor.

Luego de la cuarentena y con el alta sanitaria, los animales son puestos a disposición de autoridad de aplicación para que se determine su destino final.

Por ejemplo, también desde noviembre de 2020 se liberaron 44 aves. Y otros 63 animales se destinaron a otros centros de rehabilitación, donde están dadas las condiciones para que se evalúe si se los puede devolver a su hábitat.

Otros continúan en el parque, debido a que no están en condiciones de ser liberados. Por ejemplo, hay un recinto dedicado a aves que debieron ser mutiladas por las heridas con las que llegaron y que siguen estando bajo responsabilidad de las autoridades ambientales.

En Biocor también remarcan la importancia del parque como centro de rescate, como un eslabón más en la lucha contra el tráfico ilegal de animales: “Es fundamental el establecimiento de instituciones, como nuestro Parque de la Biodiversidad, que ayuden a combatir esta problemática tanto desde lo social mediante la educación ambiental como instrumentando la infraestructura y la capacidad técnico-administrativa capaz de responder a los requerimientos de los animales”.

El ñacurutú que busca la libertad

El ñacurutú es el búho más grande que vive en la Argentina. En el ex Zoológico de Córdoba hay un ejemplar de 17 años, al que se lo está sometiendo a distintos análisis para determinar si puede abandonar ese lugar para partir a un centro de rehabilitación, paso previo a su reinserción a la naturaleza.

La realización de esos exámenes no es sencilla. José tiene casi 20 años de experiencia como cuidador del parque, y es el encargado de sacarlo de su recinto e introducirlo en una caja plástica de traslado. No se lo puede sedar, así que se vale de una red para atraparlo y de unos gruesos guantes para evitar que las poderosas garras del ñacurutú lo lastimen.

El ave llega a un consultorio, donde la veterinaria Paula Ferrer lidera un equipo de seis especialistas que le extraen sangre debajo del ala, le sacan plumas para averiguar de qué sexo es, y le realizan hisopados en el pico y en la cloaca.

Este ñacurutú llegó desde el parque santafesino Granja La Esmeralda, y hace al menos una década que está en Córdoba. “Tiene una esperanza de vida de 30 años. Además de estos exámenes, se le realizan placas radiográficas y, si se encuentra en condiciones, se deriva a un centro de rehabilitación”, detalló la especialista.

Casconi, por su parte, remarcó que la política del parque de la Biodiversidad es que ningún animal que pueda ser reubicado o liberado seguirá en Córdoba. En ese sentido, recordó el traslado del búfalo Rubén, que la semana pasada viajó a un santuario en Entre Ríos.

Contra el frío

El invierno tiene sus efectos negativos en los animales del parque de la Biodiversidad. Desde Biocor, informaron que el equipo de Bienestar Animal viene adaptando los recintos para mitigar los efectos del invierno.

En ese sentido, se informó que instalaron fuentes de calor, se aumenta la potencia de algunas lámparas de calor, se mejoran refugios y se construyen nuevos espacios. También se brindan distintos sustratos acordes a la necesidad de cada animal.

Además, se cubren con cortinados o tabiques que protegen al animal durante la noche, y durante el día se repliegan para que puedan recibir el sol.


Fuente:

Diego Marconetti, Cómo funciona el centro de rescate de fauna en pleno Nueva Córdoba, 10 junio 2022, La Voz del Interior.

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