miércoles, 16 de marzo de 2022

El verdadero (y alarmante) juego del Calamar

El calamar es una especie vital, que sostiene redes alimentarias enteras. Con lo cual, si disminuye su presencia en los océanos las consecuencias pueden ser catastróficas para la fauna oceánica y las comunidades costeras que dependen de la pesca para su sustento y seguridad alimentaria.

Sin embargo, nuestro último informe: El calamar en el punto de mira: Receta para el desastre destapa que la pesca mundial de calamar se multiplicó por 10 desde 1950, hasta llegar a casi 5 millones de toneladas anuales en la última década.

El ascenso meteórico de la pesca de calamar y de su demanda no tiene precedentes históricos, algunas áreas experimentaron un aumento de más del 800% en el número de barcos pesqueros en los últimos cinco años.

Es tan tremendo el esfuerzo pesquero incontrolado que en algunos casos, flotas de más de 500 embarcaciones acceden a las aguas internacionales para saquear el océano, como en el caso de nuestro país. El gobierno argentino identificó 546 buques extranjeros que operan en su Zona Económica Exclusiva (ZEE) durante la temporada de pesca 2020-21. Las luces de los buques al límite de la ZEE argentina fueron visibles desde él espacio, lo que dejó en evidencia la alta concentración de pescadores de calamar en la zona.

La implacable expansión de la pesca del calamar es un excelente ejemplo de actividad industrial que afecta la biodiversidad cuando se le permite operar con impunidad.

Pero dado que la mayoría de las pesquerías de calamar siguen sin estar reguladas casi en su totalidad, los barcos pesqueros pueden operar sin apenas escrutinio o seguimiento de sus capturas. Parece increíble, pero en 2022 no existen sistemas regulatorios y de monitoreo específicos para seguir el comercio global de calamar. En 2019, sólo tres naciones pesqueras fueron responsables de casi el 60% de la captura mundial de calamar, China continental, Perú e Indonesia. Y solo tres mercados (China continental, España y Japón) lideraron la mayoría de los movimientos del mercado global entre 2000 y 2019.

Con un Tratado Global de los Océanos podríamos salvar el calamar o por lo menos, regular qué está pasando. Los gobiernos del mundo se están reuniendo esta semana en Nueva York para negociar ese Tratado para las aguas internacionales, que cubren casi la mitad del planeta.

Leé el informe completo: “El calamar en el punto de mira: receta para el desastre”


Fuente:

Laura Colombo, El verdadero (y alarmante) juego del Calamar, 16 marzo 2022, Greenpeace Argentina.

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