En el embalse de Punilla ya se ven afloraciones, que suelen ser frecuentes con los veranos más avanzados. Su proliferación es un signo de deterioro ambiental.
por Fernando Colautti
Las algas nunca se fueron del dique San Roque y son su principal problema desde hace décadas. En realidad, representan un síntoma del avanzado estado de deterioro ambiental del embalse de Punilla.
Las algas verdeazuladas (o cianobacterias) volvieron a aparecer en los últimos días. Esta vez no se observan tanto sobre la costanera de Villa Carlos Paz sino en la zona del dique. Pero la ubicación va variando según los vientos y las condiciones climáticas.
No es nada extraño: se repite cada año, cuando las temperaturas escalan. Esta vez, asomaron con alguna antelación, porque es más frecuente su proliferación entre febrero y marzo. El verano pasado se vieron desde enero. Ahora, marcan presencia desde los últimos días de noviembre.
La imagen de un lago pintado de verde, que afea el paisaje e impacta en la calidad del agua, contrasta con la promoción de la región como área turística. El San Roque es la postal que acompaña a Carlos Paz, el principal destino de turismo en Córdoba.
Desde hace años, varias investigaciones vienen advirtiendo sobre la toxicidad de las cianobacterias en caso de consumo humano directo. En ese marco, se sugiere que los bañistas no ingresen al agua en sitios con proliferaciones de algas y que no se consuman sus peces. Incluso, años atrás, hasta el municipio de Carlos Paz colocó cartelería en algunas costas con esas prevenciones.
Sin cloacas no hay salida
Todos los estudios coinciden en que la principal causa del deterioro está ligada a la muy escasa infraestructura de cloacas en toda la cuenca del embalse. Apenas algo más del 20% de los habitantes del centro y sur de Punilla tienen redes cloacales.
Se aguarda que esa situación varíe, en los próximos años, si avanzan las obras de nuevos sistemas de cloacas licitados por la Provincia para esa región. Esa infraestructura lleva décadas de atraso en esa zona.
Los nutrientes que aportan las cloacas sin tratar alimentan las cianobacterias y explican su presencia ya casi permanente. Otro factor que citan todos los estudios es el impacto de las cenizas que llegan por los ríos de la cuenca tras los incendios forestales: evitarlos también reduciría el deterioro del embalse.
En los últimos años se sumaron desde máquinas oxigenadoras del agua hasta “barredoras” de algas y siembras de plantas acuáticas que compitieran con las algas. Pero nada alcanzó para variar el cuadro.
Las algas, además, complican y encarecen el proceso de potabilización del agua potable que, tomada del San Roque, consume el 70% de la población de la ciudad de Córdoba.
Los Molinos, en alerta
También desde hace años el dique Los Molinos viene dando señales de deterioro de sus aguas, con la presencia cada verano de algas verdeazuladas.
En esa región, también, un factor clave es la casi nula estructura de tratamiento cloacal en sus costas y en su cuenca hídrica. La zona, además, ha registrado en los últimos años un notable crecimiento de población y de inmuebles, pero sin el acompañamiento de infraestructuras de saneamiento.
Del dique Los Molinos, además, se abastece de agua potable el otro 30% de la población de Córdoba Capital.
Fuente:
Fernando Colautti, Villa Carlos Paz: las algas complican al San Roque otra vez, pero ahora antes de lo habitual, 3 diciembre 2021, La Voz del Interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario