Casona. El casco de la estancia Pinas, un mítico lugar en el oeste provincial que forma parte de la historia política y económica de la provincia de Córdoba. Foto: La Voz. |
Avanzan los trabajos para garantizar la seguridad de las visitas y crear los primeros senderos de interpretación. En esta etapa se hará foco en el patrimonio cultural y arqueológico.
por Lucas Viano
El patrimonio cultural y la historia de la Estancia Pinas son tan interesantes como la biodiversidad que alberga. Es por eso que el Parque Nacional Traslasierra (pronto cambiará su nombre por Estancia Pinas) tendrá entre sus atractivos un recorrido por su casco, donde se podrá rememorar la vida del político Lisandro de la Torre (1868-1939) y su entusiasmo por hacer de este latifundio un oasis.
Plantó maíz, trigo, frutales, olivos y hasta palmeras. Hay rastros del ferrocarril que cruzó la estancia para recolectar la madera del monte.
Facundo Fernández, director regional de la Administración de Parques Nacionales (APN), asegura que el parque podría abrir sus puertas al público en la primera mitad de 2022. “Estamos preparando la infraestructura y el personal para salvaguardar el patrimonio y para recibir a los visitantes y garantizar su seguridad”, dice.
El parque nacional tiene 44 mil hectáreas y otras 61 mil están bajo la categoría de Reserva Nacional. Ya se instalaron cámaras 360° para la prevención de incendios y se está realizando el mantenimiento de las picadas cortafuegos en el bosque nativo.
Cuenta con cuatro brigadistas, que son jóvenes pobladores de la región. Además, tiene tres guardaparques (se esperan dos más), un intendente (Julio Monguillot) y personal administrativo.
El ingreso será por el sur del parque, donde se está construyendo un portal, cartelería y un mástil con bandera.
Para llegar se debe ir por la ruta provincial 51 hasta El Cadillo, o bien por los Túneles de Taninga (ruta provincial 28) también hasta al mismo paraje. Luego hay que avanzar unos 10 kilómetros por la RP 28 en dirección oeste hasta encontrar el ingreso a la derecha. Son 10 kilómetros más hasta el casco.
Herencias de De la Torre
En una charla al público, organizada por el Observatorio Hidrometeorológico de Córdoba, Alberto Cimino, experto en patrimonio de APN, explicó que el casco es un rancho grande, de paredes anchas y techo de tejas. Tiene cuatro habitaciones con ventanas hacia las sierras con una galería amplia. En el patio hay un algarrobo de más de 100 años.
El experto destacó una vertiente con una represa cerca de la casa que garantizaba agua todo el año, algo único en la región. “El agua fue una obsesión para De la Torre. Construyó un sistema de riego de 40 mil de metros que trajo desde Alemania, conectado a molinos de vientos y tanques australianos”, contó.
Y detalló que De la Torre intentó cultivar maíz y trigo y plantó parrales, naranjos, higueras y palmeras datileras, que todavía sobreviven. También olivos. “Se dice que son los antecedentes de la actual producción de aceitunas de la zona. Solo queda uno de ellos que vamos a estudiar y tratar de recuperar”, aseguró.
La actividad principal era la ganadería, pero en la década de 1920 llegó la sequía. “La estancia comenzó a aprovechar el bosque. Llegaron hacheros criollos para talar quebrachos y algarrobos. Se instaló un aserradero y llegó el ferrocarril para trasladar la producción. Quedan restos de vías y de maquinaria″, contó Cimino.
A inicios de la década de 1930 la región padece una nueva sequía. “De la Torre entrega la estancia a su acreedor, el Banco Español, y no vuelve más a Pinas. Unos años después, Juan Manubens Calvet compra la estancia al propio banco”, indicó el experto.
Cimino también destacó el valor patrimonial de los restos de un oratorio de 1833, previo a la llegada de Lisandro de la Torre. “En esa época fue un centro religioso de las ranchadas que había en la región. Cuando se convirtió en una estancia ganadera, los ranchos se fueron y el oratorio fue abandonado. Ahora solo queda una columna”, explicó.
La estancia tiene también huellas humanas prehispánicas. En una senda que sube hacia las sierras, detrás del casco, se detectaron dos bloques con morteros. “Van a formar parte de una senda interpretativa para que pueda verlo el público”, aseguró Cimino.
Sebastián Pastor, arqueólogo del Conicet y estudioso de la región noroeste de Córdoba y de los llanos riojanos, asegura que Pinas no ha tenido investigación arqueológica. “Hay muchos interrogantes sobre cómo puede encajar en estos paisajes. Sí sabemos que fue un pueblo de indios que aparece como Pinalón o Pinagasta en los documentos. Fue un oasis entre los llanos de La Rioja y los valles de Traslasierra”, explica.
Apertura y primera etapa
Fernández imagina que en la apertura se podrá contar con al menos dos senderos de interpretación sobre el patrimonio cultural y arqueológico. “Además, el ingreso sur en auto ofrece una hermosa panorámica del gradiente de vegetación que va del chaco de llanura hasta las sierras de Guasapampa, de los 280 a 1.100 metros de altura”, detalla.
Los visitantes podrán llegar en vehículo hasta el casco de la estancia, donde se está construyendo una playa de estacionamiento. A futuro se aprovechará la red de caminos de la estancia para acceder a lugares más tranquilos, ideales para la observación de aves. Y en la zona serrana existe un viejo sendero con balcones desde los que se podrán contemplar hermosas panorámicas.
“Para Parque Nacionales sería un placer poder recibir acampantes, pero para eso necesitamos instalar una vivienda para que los guardaparques puedan hospedarse los 365 días del año y asegurar la infraestructura sanitaria sin impacto en el ambiente”, explica Fernández.
Para la APN el objetivo es que el área protegida sirva para potenciar el trabajo local y movilizar la economía campesina adentro del parque.
Naturaleza pura
“Desde siempre me sorprendió la conservación del bosque en la estancia con decenas de quebrachos blancos abuelos. Pero además la fauna. Se pueden ver pecaríes, boas arcoíris, guanacos, águilas coronadas, loros habladores y suris, entre otros”, comenta Fernández.
Y explica que es probable que por un tiempo esa fauna se esconda de los visitantes. “Pero luego se irá acostumbrando y es muy probable que la gente pueda verla”, asegura.
El parque exhibe el paisaje de dos ecorregiones: bosque y matorral de llanura con quebracho blanco, algarrobo, mistol, cardón de las salinas y ucle; y el bosque y matorral serrano, caracterizados por el horco quebracho.
Habitan 35 mamíferos, 229 aves, 30 reptiles, 12 anfibios y un pez. Más allá del disfrute del paisaje, la conservación de esta área ayudará a regular el clima local, evitar la erosión, garantizar la polinización para la producción apícola y capturar carbono para mitigar el cambio climático.
Fuente:
Lucas Viano, El Parque Nacional Estancia Pinas abrirá sus puertas en la primera mitad de 2022, 20 noviembre 2021, La Voz del Interior.
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