La audiencia pública cerró su tercera semana. Sigue en pie el cuestionamiento al estudio de impacto ambiental y el reclamo por un “reordenamiento territorial participativo”.
por Miriam Campos
Tras el fallido inicio el pasado 9 de abril, por denuncias de hackeo e interferencias, que obligó a un cuarto intermedio hasta el siguiente lunes, la audiencia pública por el proyecto de la Autovía de Punilla, concluyó este viernes su tercera semana de exposiciones a favor y en contra. Hasta el momento, de las y los 326 expositores durante 16 días, el 85,28 % se opuso al proyecto, mientras que el 14,72 % está a favor, entre ellos funcionarios, ex funcionarios, intendentes, concejales y secretarios de Gobierno.
En la vereda de enfrente, vecinos, vecinas, técnicos, abogados, ingenieros, biólogos, comunicadores, campesinos y representantes de los pueblos originarios, se vienen manifestando en contra del proyecto de alternativa para la Ruta 38. “No tiene licencia social”, ratificaron.
“Esta larga e histórica audiencia pública virtual para tratar el proyecto de la Autovía de Punilla ha permitido que mucha gente ponga en claro que ese estudio de impacto ambiental es muy deficiente y esa obra es extremadamente costosa. De hacerse, sería la autovía más cara del mundo”, dice a La Nueva Mañana Adriana Arriaga, de la Asamblea Ambiental de Cosquín, quien destaca que estas semanas han sido una especie de “curso acelerado” de formación ambiental y de gestión ciudadana que “deberían seguir obligatoriamente los funcionarios”.
“El proyecto nunca contó con información ni participación de la ciudadanía y tendrá un enorme impacto ambiental, cultural y social”, agrega la ambientalista sobre la traza complementaria a la Ruta 38.
La iniciativa impulsada por el Gobierno en conjunto con la empresa Caminos de las Sierras cotiza entre los 100 millones de dólares, cuyas gestiones se iniciaron con la Corporación Andina de Fomento (CAF) previo a la convocatoria de la audiencia pública y la presentación del estudio de impacto ambiental, lo que generó el repudio de las organizaciones ambientalistas de la provincia. “Los cordobeses no comemos cemento”, expuso este jueves uno de los oradores, de la larga lista que asciende a más de 700 personas. Con lo cual se prevé que la audiencia pública continúe hasta mediados de mayo.
La mayor resistencia al proyecto bajo la premisa de que descomprimirá el tránsito y fomentará el turismo, es que para los pobladores, el desmonte directo para la construcción de la autovía, afectará la dinámica de las comunidades y también a las generaciones futuras. Según señalaron las organizaciones ambientalistas de vecinos, la traza romperá zonas montañosas, cuencas hídricas y empalmes de ríos, pasará expresamente sobre reservas naturales y arqueológicas, se verá afectada la cría de animales, la extracción de áridos y para poder hacer este proyecto, también se expropiarán terrenos y viviendas de numerosas familias de Punilla.
De ahí, el reclamo por un estudio de impacto ambiental que sea integral: “No es solamente, y que no es poco, el desmonte directo que la autovía va a generar en ese momento, sino cómo eso va a impactar en las generaciones futuras, en las economías futuras, en las otras problemáticas que existen, entre las otras cuestiones que están en juego. Es complejo, se requiere un estudio mucho más preciso, más serio y esto no es ni preciso ni serio. Esto es subjetivo. Son 300 páginas de buenas intenciones, según lo dicen ellos, pero no reúne ni siquiera los requisitos para ser un estudio de impacto ambiental a secas”, explicó a este medio el abogado ambientalista René Amsler, previo al inicio de la audiencia.
“Esto no es para nosotros progreso, ni una ayuda para el turismo”, retoma Arriega y agrega: “Esto es parte del corredor biocéanico y es una obra pensada con otros fines, solo que a nivel local también le sirve a nuestros funcionarios y por eso es que la apoyan”.
A lo largo de estas semanas, distintos oradores y oradoras, se refirieron a lo que consideran las “reales necesidades de Punilla”. En la audiencia se habló sobre posibilidades de mejoras en la Ruta 38 y caminos alternativos, paralelos, y sobre todo, los vecinos y vecinas han reclamado por un tren que no sea solo de paseo, sino que se invierta para brindar un buen servicio para pasajeros y carga. Plantearon que con una mínima cantidad de lo que el Gobierno piensa gastar en esta Autovía de Punilla se podría modernizar el tren, mejorar la Ruta 38, equipar incluso el Hospital Domingo Funes, refuncionalizar de manera técnica y humana para que haya mejor atención en los distintos pueblos y ciudades. Solucionar incluso, las carencias que hay en educación y conectividad a Internet, como así también, tener un mejor mantenimientos de las calles de los barrios y sobre todo encarar la cuestión del agua para todos los pobladores de Punilla.
“Todas estas cosas han sido repetidamente reclamadas y sabemos que una autovía no las soluciona, al contrario sigue endeudando a la provincia y agravando los problemas, por eso, lo que pedimos es ordenamiento territorial participativo para decidir entre todas y todos, qué tipo de progreso queremos porque este progreso que nos quieren vender no nos conforma”, cierra Arriaga.
Fuente:
Miriam Campos, Audiencia pública: más del 85% de los expositores rechaza la Autovía de Punilla, 1 mayo 2021, La NUEVA Mañana.
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