martes, 9 de marzo de 2021

A 10 años de Fukushima: Greenpeace reveló que el 85 % de la zona afectada por la radiactividad permanece contaminada

Estadio Azuma, ciudad de Fukushima, 18 de octubre de 2019.


Casi una década después, Greenpeace publicó dos informes que indican que el 85 % del Área Especial de Descontaminación continúa afectada por residuos radiactivos, y que el plan de desmantelamiento de la central es irrealizable.

Como consecuencia de la catastrófica fusión de 3 reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi, el 11 de marzo de 2011, varias decenas de miles de kilómetros cuadrados de la prefectura de Fukushima y del resto de Japón quedaron contaminados con cantidades significativas de cesio radiactivo y otros radionucleidos.

El informe Radiación en Fukushima 2011-2020 documentó los 840 kilómetros cuadrados del Área Especial de Descontaminación mediante, y detalló los niveles de radiación en los municipios de Iitate y Namie, en la prefectura de Fukushima.

Por otro lado, el informe el Desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima Daiichi, también públicado hoy, señala que el plan oficial de desmantelamiento de la central nuclear para dentro de los próximos 30-40 años es irreal y no tiene perspectivas de éxito.

Los sucesivos Gobiernos de Japón han tergiversado la ineficacia del programa de descontaminación y han ignorado los riesgos radiológicos. También han afirmado falsamente que el plan de desmantelamiento de Fukushima Daiichi convertirá el lugar en un terreno limpio a mediados de siglo”, ha declarado Shaun Burnie, especialista nuclear senior de Greenpeace East Asia.

Así está la zona 10 años después

El primer equipo de expertos en radiación de la organización ecologista llegó a la prefectura de Fukushima el 26 de marzo de 2011 y, desde entonces, Greenpeace realizó 32 investigaciones sobre las consecuencias radiológicas del desastre durante la última década, la más reciente en noviembre de 2020. Los hallazgos clave del informe de radiación en Fukushima 2011-2020 son:

- La mayor parte, el 85 %, de los 840 kilómetros cuadrados del Área Especial de Descontaminación donde el Gobierno es responsable de la descontaminación, permanece contaminada con cesio radiactivo.

- El análisis de los propios datos del Gobierno muestra que solo un 15 % del Área Especial de Descontaminación se ha descontaminado.

- En muchas áreas no se alcanzará, en el plazo de tiempo fijado, el nivel objetivo de descontaminación a largo plazo del Gobierno japonés de 0,23 microsieverts por hora (μSv/h) [1]. La población estará sujeta durante décadas a una exposición a radiación superior a 1 mSv/año, recomendado como máximo.

- En las áreas donde se levantaron las órdenes de evacuación en 2017, específicamente Iitate y Namie, los niveles de radiación permanecen por encima de los límites seguros, lo que potencialmente expone a la población a un mayor riesgo de cáncer. Por ejemplo, en una antigua escuela y jardín de infantes de la ciudad de Namie, el 93 % de todos los puntos medidos permanecen por encima del objetivo de 0,23 μSv/h.

- El muestreo y análisis confirman la presencia de estroncio-90 radiactivo (Sr-90), liberado en el accidente, un radionucleido que se concentra en los huesos y la médula ósea. El Gobierno japonés no está realizando análisis de laboratorio y utiliza aproximaciones que fueron indicadas como imprecisas en 2015. Queda una enorme cantidad en los núcleos de combustible del reactor fundido, y también una cantidad significativa en los 1,23 millones de toneladas de agua contaminada almacenada (casi 500 piscinas olímpicas), y que el Gobierno quiere descargar en el océano Pacífico.

Las órdenes de evacuación se han levantado en áreas donde la radiación aún permanece por encima de los límites seguros, lo que podría exponer a la población a un mayor riesgo de cáncer. Este es un peligro particular para niños y mujeres, pero también para las decenas de miles de trabajadores empleados en las labores de descontaminación, la mayoría de los cuales son subcontratistas mal pagados que han estado expuestos a riesgos de radiación injustificados debido a un programa de descontaminación limitado e ineficaz [2]. En 2020, surgieron nuevos planes para el levantamiento de las restricciones, incluida la apertura de una zona de Iitate que actualmente forma parte de la zona de exclusión de “difícil retorno”. Todas estas situaciones han sido cuestionadas por múltiples organismos de derechos humanos de Naciones Unidas.

Fukushima no tiene fin

El segundo informe, por su parte, analiza los distintos planes de desmantelamiento del complejo nuclear establecidos por el Gobierno nipón y concluye que son inalcanzables.

Según el estudio, la tarea de desmantelamiento de Fukushima Daiichi es única en su desafío social y tecnológico, y necesita desesperadamente de un camino alternativo: un nuevo enfoque que reconozca la escala del desastre y la cantidad de material y tierra contaminados. Recuperar el lugar tal y como estaba antes no es posible, por lo que se debería reconocerse lo que en realidad ya es: un sitio de almacenamiento de residuos nucleares.

El plan A establecía la recuperación de residuos usando el “Acceso superior inundado”, accediendo desde arriba de la vasija a presión de los reactores y eliminando los residuos mientras estaba bajo el agua con una contención inundada.

Finalmente, se desestimó en 2018 y fue reemplazado por el Plan B, “Acceso Lateral Seco”. Este plan estaba programado para comenzar en la Unidad 2 en la segunda mitad de 2019 y ya se retrasó hasta 2021. Este Plan B actual puede ser factible para pequeñas muestras de residuos, pero no será efectivo para recuperar la mayor parte de los restos de combustible nuclear que quedan dentro y debajo de la vasija de presión del reactor. Las opciones siguen reduciéndose y la recuperación a gran escala continúa siendo una perspectiva lejana, ya que no existe un plan ni siquiera de cómo tomar pequeñas muestras de la Unidad 1 y la Unidad 3. Los niveles de radiación siguen siendo demasiado altos dentro de la Contención Primaria.

Más allá del desestimado Plan A y del actual Plan B inviable, el informe propone un nuevo Plan C que se resume en los siguientes puntos:

- Eliminación de combustible gastado

- Reducción de aguas subterráneas contaminadas

- Retraso de la eliminación de residuos de combustible durante 50-100 años

- Creación de una isla seca con contención

- Gestión a largo plazo de Fukushima como instalación de desechos nucleares

Como ocurre con todo el material nuclear contaminado, no existe ningún lugar donde depositarlo, por lo que tanto los residuos nucleares como el combustible gastado permanecerán en la zona indefinidamente. Si alguna vez se recuperan los residuos de combustible, también seguirán allí. Fukushima Daiichi ya es, y seguirá siendo, un lugar de almacenamiento de residuos nucleares a largo plazo.

Más información:

- Fukushima 2011-2020 (informe completo)

- Decommissioning of the Fukushima Daiichi Nuclear Power Station From Plan-A to Plan-B Now, from Plan-B to Plan-C (resumen ejecutivo) (informe completo)

Referencias:

[1] Las recomendaciones de seguridad máxima internacional para la exposición pública a la radiación son de 1 milisievert por año (mSv/a) esto es 0,114 (μSv/h), muy por debajo de los 0,23 microsieverts por hora (μSv/h)

[2] Greenpeace Japan, “On the Frontline of the Fukushima Nuclear Accident: Workers and Children Radiation risks and human rights violations”, March 2019

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