Un estudio conjunto de universidades de Estados Unidos y Nueva Zelanda pronostica que en este período los bosques podrían dejar de actuar como sumideros de carbono.
por Ana Jover
Los árboles son unos de nuestros mayores aliados en la lucha contra el cambio climático. Los científicos calculan que, a través de la fotosíntesis, ahora mismo absorben un 25 % de las emisiones de carbono producidas por los humanos. Pero esta tendencia podría revertirse en un futuro muy cercano según un estudio publicado por la revista norteamericana Science Advances, que pronostica que las plantas dejaran de captar la mitad de estas emisiones dentro de 20 o 30 años, acelerando los efectos del calentamiento global.
La Universidad de Waikato (Nueva Zelanda) unió esfuerzos con la Universidad de Arizona (Estados Unidos) para analizar los datos recogidos por las torres situadas en los principales ecosistemas del planeta durante 20 años. Descubrieron que la temperatura óptima máxima para la mayoría de los árboles es de 18 grados centígrados. “Lo que ocurre es que, hasta esa temperatura la fotosíntesis y la respiración funcionan al unísono. Cuando sube, también aumentan estos dos procesos. Pero, cuando llegamos o superamos los 18 grados, la fotosíntesis empieza a decrecer y la respiración empieza a crecer” explica el biogeoquímico medioambiental Louis Schipper desde Nueva Zelanda. A través de la respiración, las plantas expulsan alrededor de la mitad del dióxido de carbono que han absorbido para la fotosíntesis. Por tanto, la investigación concluye que, a partir de los 18 grados, la mayoría de los ecosistemas llegan a un punto límite y empiezan a exhalar más gases de los que inhalan, es decir, que dejan de ser sumideros de carbono para convertirse en fuentes de carbono.
Es la primera vez que un estudio como este no utiliza modelos teóricos sino datos obtenidos a partir de la observación directa obtenida a través de 100 dispositivos repartidos por el mundo. La experta en Ciencia Terrestre Katharyn Duffy, de la Universidad de Arizona del Norte, creó un gráfico de la relación entre temperatura y absorción de carbono que permite observar un pronóstico detallado de lo que pasará en las próximas décadas. Ni ella ni el resto de los científicos implicados en la investigación esperaban que sus proyecciones concluyeran que la temperatura llegará a un punto de inflexión en tan solo 20 o 30 años. “Cuando vimos el gráfico dijimos ¡madre mía!, el mundo tiene que saberlo” recuerda Duffy. “Muchos de los puntos de inflexión que hemos oído hasta ahora, como la subida del nivel del mar o el deshielo de Groenlandia, se supone que van a ocurrir a finales de este siglo. Están lo suficientemente alejados para que creamos que no nos afectan hoy, no tendríamos que pensar así, pero lo hacemos. Pero este punto límite va a ocurrir durante nuestro tiempo, durante nuestra vida.”
Según las predicciones del estudio, hay zonas que llegarán a este punto crítico antes que otras, como las selvas tropicales en el Amazonas y el Sureste Asiático, y los bosques boreales en Rusia y Canadá. Estas masas forestales son las que capturan la mayoría de dióxido de carbono que produce la actividad humana.
Duffy considera que el estrés que sufren los árboles cuando la temperatura supera los 18 grados es la razón por la que disminuye la fotosíntesis y aumenta la respiración, en un fenómeno de supervivencia similar a nuestro cuerpo cuando lucha contra una fiebre: “Cuando sobrepasas los 41 grados tienes que ir al hospital porque tus órganos empiezan a fallar y tu cuerpo no puede funcionar. Esto es lo que mismo que le pasa al planeta: nos está comunicando que hace demasiado calor y se tiene que proteger a sí mismo. Con el tiempo, si sigue subiendo la temperatura, esto puede llevar a la muerte de la misma forma que con el ser humano”.
Hace tiempo que los científicos alertan de los riesgos de mantener las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero. Si los bosques dejan de ejercer de sumideros de carbono, significa que el margen de actuación que nos queda para mitigar los efectos del cambio climático decrece rápidamente. Cuando leyó los resultados de su propia investigación, Louis Schipper se compró un coche eléctrico para reducir su nivel de contaminación: “¿Qué podemos hacer? La respuesta es que tenemos que hacerlo todo: tenemos que impedir que los combustibles fósiles alcancen la atmósfera, y tenemos que replantearnos la forma con la que producimos comida y con ella gases de efecto invernadero, y tenemos que plantar más árboles, y tenemos que restaurar la tierra, ya no podemos limitarnos a una sola acción”.
Para los autores del estudio, su investigación añade urgencia a todos los planes para reducir las emisiones de carbono e invertir en energías renovables y tecnologías que ayuden a combatir el cambio climático. Si los gobiernos no consiguen cumplir con el Acuerdo del Clima de París del 2015 y las temperaturas siguen subiendo al ritmo actual, los bosques podrían dejar de protegernos para empezar a contribuir peligrosamente al calentamiento global.
Fuente:
Ana Jover, La temperatura de la Tierra podría llegar a un punto límite en tan solo 20 o 30 años, 8 febrero 2021, El País. Consultado 12 febrero 2021.
No hay comentarios:
Publicar un comentario