El reactor Fuqing-5 realizó una parada de emergencia debido a un bloqueo en los sistemas de seguridad de las tuberías de vapor. Es un modelo Hualong One. El operador carecía de conocimientos y experiencia suficiente para gestionar una situación como esa.
por Cristian Basualdo
CENTRAL NUCLEAR DE FUQING, China, 27 octubre 2020.- Durante una prueba de seguridad en la unidad 5 se produjo un bloqueo en los sistemas de seguridad de las tuberías de vapor del reactor. Al detectarse una gran diferencia de la presión del vapor entre diferentes tuberías, en un corto período de tiempo, se activaron los sistemas de seguridad -aunque finalmente no fue necesario inyectar refrigerante en el reactor- y el reactor se apagó automáticamente.
Un comunicado de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, difundido hoy por la prensa estatal china, señaló que “el sistema de seguridad de inyección de refrigerante cumplió con los requisitos de diseño”, y que “no se produjo ninguna fuga radiactiva ni efecto adverso alguno en la seguridad del personal y del entorno”. Sin embargo, al considerar que el incidente “podría haber tenido cierto significado como referencia para la operación segura y estable” de la central nuclear de Fuqing, los días 9 y 13 de noviembre un grupo de expertos visitó el complejo para tratar de determinar sus causas.
Los expertos determinaron que se produjo un atasco en el sistema de tuberías de vapor, y el operador carecía de conocimientos y experiencia suficiente para gestionar una situación como esa. Entre las recomendaciones hubo varias menciones a prevenir los efectos de los conocidos como golpes de ariete, que suceden cuando en un conducto cerrado con agua en reposo se produce una aceleración del flujo debido a una presurización rápida del sistema, algo que puede causar graves daños en las tuberías.
El reactor Fuqing-5 está ubicado en la provincia de Fujian, en el sudeste de China, inició sus operaciones comerciales el 27 de noviembre de 2020, es propiedad de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC). La construcción comenzó el 7 de mayo de 2015. Es el primer reactor Hualong One (HPR-1000) que comienza a funcionar, con un diseño derivado principalmente de los reactores de 900 MWe que China importó de Francia en los años ochenta (Daya Bay) y noventa (Ling Ao).
La industria nuclear china publicita al Hualong One como un reactor seguro, barato y de rápida construcción. “China no tiene suficiente experiencia para evaluar de forma confiable si podría haber accidentes”, advirtió He Zuoxiu -uno de los primeros expertos atómicos de China- al diario británico The Guardian en 2005, y recordó que hubo discusiones internas sobre la mejora de los estándares, “pero hacerlo requeriría mucha más inversión que afectaría la competitividad y la rentabilidad de la energía nuclear” dijo.
Un estudio de la Universidad de Cambridge, señaló en 2018 que “la seguridad nuclear en China requiere de una reforma institucional y un cambio cultural y político. China debería estandarizar el diseño y normas de seguridad, fortalecer la gestión de la seguridad nuclear y la respuesta a emergencias mediante inspección independiente de terceros, reformar la estructura reguladora para reducir la fragmentación institucional, adoptar un enfoque preventivo hacia la regulación de seguridad nuclear, mejorar la transparencia de la información y la participación pública, y fortalecer la cultura de seguridad y colaboración internacional”.
Desarrollar un nuevo modelo de reactor nuclear es muy costoso, y la única manera de amortizar la inversión es aumentar el número de unidades vendidas, por eso China financia la exportación de sus reactores. El modelo Hualong One fue ofrecido también a Argentina como parte de un acuerdo para construir la cuarta central nuclear en el sitio Atucha, a apenas 118 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
El Movimiento Antinuclear Zárate Campana impulsa una campaña en contra de la instalación del reactor Hualong One, denunciando que es parte de las negociaciones con China por la instalación de megafactorías de cerdos en el país. Agustín Saiz, referente del movimento, dijo que “lamentablemente nos enfrentamos a un panorama de incertidumbre con lo que puede pasar en Zarate y el nuevo Hualong One. Después de esta noticia del apagado de emergencia casi al mismo tiempo que lo ponían en marcha, nos preguntamos realmente si el sector nuclear argentino sabe lo que hace”. Saiz señaló que no se puede improvisar a ver qué pasa, “con el Hualong One estamos jugando a una especie de ruleta rusa por un condicionamiento que viene del lado de la política y de la necesidad de financiamiento y que nada tiene que ver con el estudio de un proyecto de necesidades energéticas”.
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