El viceministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Federovisky, analizó la realidad del Delta del Paraná tras los constantes incendios que se producen desde hace varios meses. Por otra parte se refirió a la cuestión de las pasteras que se instalan en Uruguay, al polémico de cría masiva de cerdos y a la situación de los agrotóxicos.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Federovisky dijo que mira “con mucha preocupación” y explicó: “Tengo una perspectiva un poco distinta, ya que soy de los que sostiene que lo que está pasando este año en el Delta no es lo habitual y mucho menos es la respuesta a las supuestas, románticas y ancestrales quemas de pastizales”.
Al respecto, señaló que “hay que ser rigurosos al analizar que, tanto el año 2008 como el 2020, fueron diferentes porque las quemas empezaron mucho antes de tiempo” y explicitó que “cuando se queman pastizales con la finalidad de que haya un rebrote se quema en septiembre y octubre garantizando que el rebrote va a aparecer y que el suelo tenga humedad, porque de lo contrario se rompe el suelo. Pero en estos ecosistemas de humedales, cuando se quema en junio, julio, e incluso en mayo, lo que se está haciendo es desmontar con fuego, porque al no haber humedad en el suelo y al haber sido esos dos años profundamente secos y con un nivel bajísimo del río Paraná, se usa el fuego como elemento de desmonte y, en definitiva, se avanza sobre el humedal y básicamente lo que se está produciendo es un avance de la frontera agropecuaria”.
“Por eso no me sorprendió ver en los medios fotos de maquinaria agrícola o endicamientos alrededor de las zonas quemadas. Era lo que se esperaba ver, porque como esto es desmonte con fuego, atrás de eso y de la desaparición del ecosistema original lo que viene es la necesaria colocación de diques que permiten que cuando vuelva el agua a su nivel normal, no inunde las zonas que se incendiaron y por el contrario se favorece el relleno de esas zonas para hacer ganadería intensiva, agricultura, o lo que fuere. Lo que hay aquí es un proceso de desmonte muy grave”, describió.
Ante ello, el funcionario explicó que “cuando en un humedal aparece un terraplén quiere decir que alguien busca que lo que está dentro de ese terraplén no se vuelva a llenar de agua, y eso se busca para modificar el uso original de ese ecosistema; para darle un formato de pampa seca o un formato que permita una explotación inmobiliaria, no importa qué; pero claramente no es algo adaptado al ecosistema de la zona, de lo contrario el terraplén no tendría sentido”.
Respecto de las posturas de los productores que deslindan responsabilidades, se preguntó si “alguien puede explicar a quién se le ocurre prender fuego en junio para que rebrote un pastizal” ya que “por lo menos en el hemisferio sur, no hay manera de que el rebrote se produzca en esa época”. Por ello, consideró que “aquí estamos ante otra cosa” y admitió: “Entiendo que quienes se sienten “atacados” por las declaraciones que nosotros hacemos, e incluso por las acciones que tomó el Ministerio de Ambiente que gracias a Juan Cabandié decidió ser querellante contra los productores que prenden fuego, se sientan molestos y que se defiendan también lo puedo entender; pero simplemente trato de aplicar el criterio común y el sentido más lógico respecto del proceso que estamos viendo, y porqué esto es tan similar con el del año 2008”.
Ante ello, sostuvo que “la similitud con 2018, tiene que ver con que 2007 y 2019 fueron años muy húmedos con inundaciones, y años 2008 y 2020 muy secos con niveles del río Paraná históricamente bajos y con una cantidad de materia orgánica sobre el suelo lo que es una invitación a quemar para transformar el humedal en otra cosa”.
Reserva y Faros de Conservación en el Delta
Consultado por las posibles soluciones a la situación del Delta, el funcionario afirmó que “lo ideal hubiese sido la declaración general del área como reserva y trabajar dentro de esa declaración con modelos de producción asociados firmemente a lo que ofrece el humedal”.
No obstante, “la provincia de Entre Ríos no estuvo de acuerdo en eso, se avanzó hacia el criterio de los Faros de Conservación y ya se puso en marcho uno de ellos. No es lo ideal pero es un avance bastante significativo respecto de lo que había históricamente en esa zona que era básicamente un libre albedrío”.
Además, mencionó que “durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, el único instrumento que estaba vigente que era el PIECAS (Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná) que buscaba discutir en una mesa con las provincias programas de ordenamiento territorial, programas de intervención productiva, la posibilidad de alguna cuestión sustentable de producción, había sido prolijamente desmantelado”.
Ante ello “se está recuperando el PIECAS, se están generando estos Faros de Conservación y se está yendo en firme frente a las provincias en cuanto a que no se avanzará hacia la convalidación de cualquier tipo de intervención productiva sobre el humedal. Por el contrario, tenemos la necesidad de desarrollar y estimular programas de producción sustentable, lo cual es perfectamente posible de hacer”.
Granjas masivas de cerdos
Consultado respecto del polémico proyecto para crear granjas para cría masiva de cerdos con vistas a exportar a China, Federovisky aseveró: “Cuando uno está en la función pública tiene que ser responsable de hablar de aquellas cosas que efectivamente ocurren y no de aquellas que quizás podrían ocurrir. Tenemos información concreta de parte de la Cancillería que no hay ningún acuerdo firmado, que simplemente hubo tratativas y que todo ha sido postergado hasta no antes de noviembre para poder discutir entre las Cancillerías de China y Argentina la cuestión ambiental de los eventuales proyectos que no conocemos”.
De todos modos, opinó: “Nosotros somos responsables de la política ambiental de Argentina en su conjunto y lo que tenemos que, mínimamente, saber es que cualquier decisión en política económica que afecte los patrones de utilización de los recursos naturales va a generar un diseño de un escenario ambiental futuro. Eso no significa aprobar o desaprobar, sino que significa que la responsabilidad del Ministerio de Ambiente es que frente a proyectos que tiendan a alterar la situación de los recursos naturales y la calidad ambiental de la población, se garantice que esa alteración sea la menor posible, y si es posible ninguna”.
Pasteras Botnia-UPM en Uruguay
En otro orden de temas, el funcionario nacional señaló que “particularmente en estos días” mantiene “conversaciones” con sus “pares uruguayos” respecto de dos temas: “Uno es la futura situación de Botnia UPM y las garantías de que se cumplan efectivamente las cuestiones vinculadas al acceso a la información, más cuando Argentina estará esta semana ratificado el Acuerdo de Escazú que viene a garantizar ese derecho en materia ambiental en cuanto a la toma de decisiones, y además se está discutiendo con Uruguay la cuestión del colector cloacal que AYSA está construyendo frente a la Ciudad de Buenos Aires y que los uruguayos ven como una amenaza a la calidad del agua del Río de la Plata, para “devolvernos la chuzeada” de lo que los argentinos discutimos cuando fue lo de Botnia”.
“Estamos en conversaciones con ellos y nuestro interés es que se cumpla con todo lo que tiene que ver con la información pública porque la gente de Gualeguaychú y de Argentina lo merece”, refirió.
En ese marco, remarcó que “hay un acuerdo y una sentencia de La Haya que hay que cumplir, Uruguay tiene que dar la información correspondiente a lo que esta pasando con Botnia-UPM de manera permanente”.
Agroquímicos
Consultado respecto de la situación de las fumigaciones con agroquímicos en la provincia, Federovisky definió que “antes que un problema de control es un problema de filosofía”.
“Estoy muy feliz de participar de un gobierno que ayer planteó como prioridades en materia ambiental para la gestión la preocupación respecto del modelo de producción agropecuaria, y el propio Presidente de la Nación solventó la idea de que tenemos que empezar a pensar otro tipo de producción para la Argentina, y esa mirada no estaba presente en el Estado”, analizó.
Ante ello, indicó que “a partir de ahí se puede empezar a discutir seriamente con cada provincia cuáles serán los mecanismos de transformación. Que en el medio hay que controlar y establecer criterios que impidan que se fumigue en determinados lugares, que se violen las áreas de prohibición y demás, no tengo la menor duda y se está trabajando en el COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente) para eso”.
“A diferencia de casi todas las gestiones ambientales anteriores este Ministerio tiene la vocación de no esconderse detrás de las competencias, es decir que si bien es cierto que la cuestión vinculada a la producción agropecuaria es básicamente provincial y las provincias son dueñas de los recursos naturales, pero también es verdad que el Estado nacional tiene -como resultado de la ley General del Ambiente- la responsabilidad de velar por la relación armónica entre la sociedad y el medio natural, y para nosotros eso significa la reciente creación de la Brigada de Control Ambiental que nos permite y nos faculta a estar allí donde haya un conflicto ambiental: se controló Vaca Muerta, el controlará la minería a cielo abierto y se controlarán las fumigaciones”, concluyó.
Fuente:
Quemas en el Delta: “Hay un proceso de desmonte grave”, dijo el viceministro Federovisky, 22 septiembre 2020, Análisis Digital. Consultado 29 septiembre 2020.
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