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Muy buenas. El otro día leía una nota de “The New York Times International Weekly” que Clarin y varios otros medios han replicado, acerca del vínculo entre el Parkinson y los productos químicos tóxicos. La nota está motivada en un libro que acaba de aparecer y que en la pluma de varios profesionales investigadores en el área, trata de dar cuenta del aumento creciente del Parkinson en el mundo, y le llama “una pandemia hecha por el hombre”.
Jane E. Brody es la autora del trabajo, que está muy bien escrito y que elijo reproducirlo aquí, porque nos deja pensando en varias cosas súper importantes.
Antes, recordemos algunos nombres famosos (si es que no pensó usted en alguien de su propia familia o su entorno cuando dije “Parkinson”): Helen Mirren, Michael Fox de Volver al Futuro; Robin Williams con su Sociedad de los Poetas Muertos o con Mork y Mindy, El del Señor de los Anillos Ian Holmes, Alan Alda, de El año que viene a la misma hora, Ozzi Osbourne para los amantes del metal, Juan Pablo II, Mohammed Ali, la lista sigue y sigue y los consultorios están cada vez más llenos. Vamos al artículo:
“Sin duda, la literatura médica está repleta de asociaciones entre los hábitos y las exposiciones de las personas y su consiguiente riesgo de desarrollar diversas dolencias, desde alergias hasta enfermedades cardíacas y cáncer. Tales vínculos no prueban -y no pueden por sí mismos- la causa y el efecto. Pero a veces los vínculos son tan fuertes y las pruebas tan convincentes que no hay duda de que uno causa el otro.
El vínculo entre el consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón es un ejemplo clásico. A pesar de las afirmaciones de la industria tabacalera de que no había pruebas definitivas, la acumulación de pruebas, tanto experimentales como epidemiológicas, hizo finalmente imposible negar que años de fumar pueden causar cáncer incluso mucho después de que una persona haya dejado de fumar.
Los criterios que respaldaban una relación de causa y efecto entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón incluían la solidez y la coherencia de la asociación; si el vínculo tenía sentido biológico; si se aplicaba especial o específicamente a los expuestos al supuesto agente; y si estaba respaldado por pruebas experimentales.
Asimismo, sobre la base de las amplias pruebas presentadas por los expertos en un nuevo libro, "Ending Parkinson's Disease", parece miope negar un vínculo causal entre algunos casos de enfermedad de Parkinson y la exposición previa a diversos productos químicos tóxicos.
El libro fue escrito por el Dr. Ray Dorsey, neurólogo de la Universidad de Rochester; Todd Sherer, neurólogo de la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson; el Dr. Michael S. Okun, neurólogo de la Universidad de Florida; y el Dr. Bastiaan R. Bloem, neurólogo del Centro Médico Nijmegen de la Universidad Radboud en los Países Bajos.
Los autores llamaron a la creciente prominencia del Parkinson "una pandemia hecha por el hombre". Su prevalencia ha seguido de cerca el crecimiento de la industrialización y ha aumentado considerablemente con el uso de plaguicidas, disolventes industriales y agentes desengrasantes en países de todo el mundo.
"En los últimos 25 años", señalaron los autores, "las tasas de prevalencia de la enfermedad de Parkinson, ajustadas en función de la edad, aumentaron en un 22 % para el mundo, en un 30 % para la India y en un 116 % para China". Además, añadieron, los hombres, que tienen más probabilidades de trabajar en ocupaciones que los exponen a productos industriales vinculados a la enfermedad, tienen un riesgo 40 % mayor que las mujeres de desarrollarla.
Pero nadie se libra de un riesgo potencial. Entre otras exposiciones, un disolvente llamado tricloroetileno, o TCE, que está relacionado con el Parkinson está tan extendido en el entorno americano que casi todo el mundo ha estado expuesto a él. Contamina hasta el 30 % del agua potable del país y, debido a que se evapora fácilmente, puede entrar en los hogares sin ser detectado por el aire.
Sin embargo, una propuesta de prohibición del uso del TCE fue pospuesta indefinidamente en 2017 por la Agencia de Protección Ambiental, al igual que una prohibición del clorpirifos, un insecticida vinculado al Parkinson que se utiliza ampliamente en los cultivos y en los campos de golf.
Otro tóxico destacado, el pesticida paraquat, puede aumentar el riesgo de Parkinson en un 150 %. Ha sido prohibido por 32 países, incluida China, pero no por los Estados Unidos, donde su uso en los campos agrícolas se ha duplicado en el último decenio, señalaron los autores. Tanto el TCE como el paraquat se prohibieron hace años en los Países Bajos, y la incidencia de la enfermedad de Parkinson en ese país ha disminuido desde entonces.
Al igual que el tabaco, que no causa cáncer en todos los fumadores, es probable que la mayoría de los casos de Parkinson reflejen una interacción entre las exposiciones ambientales y la predisposición genética. Pero también como en el caso del cáncer y el tabaquismo, los criterios que sugieren firmemente una relación de causa y efecto se aplican también a la exposición química y al desarrollo del Parkinson.
De hecho, un estudio realizado en California por la Dra. Caroline Tanner y el Dr. William Langston sobre más de 17.000 hermanos gemelos, ambos fraternales e idénticos, sugirió que los factores ambientales superaban a la genética como causa del Parkinson.
La enfermedad es progresiva y se caracteriza por temblores, rigidez, movimientos lentos, dificultad para caminar y problemas de equilibrio. También puede causar pérdida del olfato, estreñimiento, trastornos del sueño y depresión. Aunque hay medicamentos que pueden aliviar los síntomas, todavía no hay cura. Las personas pueden vivir con el empeoramiento de los síntomas durante décadas, lo que supone una enorme carga para los cuidadores.
Y la carga económica del Parkinson es enorme, dijo Tanner, ahora neurólogo y científico de salud ambiental en la Universidad de California, San Francisco. En 2017, resultó en unos 25 mil millones de dólares en costos médicos directos y 26 mil millones de dólares más en costos indirectos, dijo”.
Quería compartirlo con ustedes, porque es un tema invisible y hay que al menos, saberlo.
Contenido
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Cuando se creó la Secretaría de Política Ambiental en la Provincia de Buenos Aires, allá por los 90, había todo por hacer. Un área totalmente nueva que debió diseñarse y ponerse en marcha hace ya varias décadas, en ese entonces el encargado de pensarla y comenzar con los trabajos fue Osvaldo Sonzini, hoy hablamos un poco de historia ambiental.
- Glifosato en México. Fernando Bejarano
Ecología, desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones globales (convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca, radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
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Conductora
Silvana Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios gráficos del país y del exterior.
Es activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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