Emoción y dolor en Pedro Luro. Los amigos lo acompañaron a puro ritmo, como le gustaba él. Los vecinos salieron a la calle y abrazaron a la familia de “Kufa” hasta el último segundo.
por Gabriel Bermúdez
Metiendo ruido. Como le gustaba a hacer a él, Pedro Luro despidió este jueves a Facundo Astudillo Castro (22), que el 30 de abril había dejado el pueblo para llegar a dedo a Bahía Blanca y encontró la muerte en el camino. Con un parlantito a todo volumen o con una lapicera golpeando lo que sea, "Kufa" demostraba siempre que llevaba el ritmo en su cuerpo.
La evocación la comenzaron sus ex compañeros de la batucada que integró hasta hace unos años. Mientras era velado en el interior de la sala de la Cooperativa Eléctrica, se instalaron en la vereda con sus bombos y redoblantes, como lo hacían en las tardes en la estación de trenes, muy cerca de la casa de Facundo. Durante unos minutos, le pusieron música y percusión a la soleada pero triste tarde para la localidad.
La siguieron sus vecinos, que saludaron batiendo palmas la salida del cortejo fúnebre desde la sede de calles 22 y 5. Algunos estaban allí desde el mediodía, cuando se anunció la llegada de los restos en un avión sanitario desde Buenos Aires. Una demora en el traslado, que implicó un tramo por ruta desde Bahía Blanca, llevó el inició del sepelio más allá de las dos de la tarde.
Y el ruido siguió hasta la entrada misma del predio cerca de Fortín Mercedes, donde ya descansa Facundo, en las afueras del pueblo. Durante todo el trayecto, del centenar de autos, camionetas y motos que lo acompañaron hasta ese sitio final brotaron bocinazos continuos. Para ninguno de los 12.000 habitantes de Luro pasó inadvertido que estaban despidiendo anticipadamente a uno de ellos.
La recepción de los restos y el velatorio habían estado restringidos a los más íntimos de Facundo. Mamá Cristina, sus hermanos Alejandro y Lautaro, el "Tata" César y sus compañeros del bar Turmalina y del Semillero Cultural, entre otros. Además de los abogados querellantes Leandro Aparicio y Luciano Peretto, lurense y uno de los grandes amigos de la familia.
Pasadas las 15.30, la ceremonia reservada finalizó y dio paso a la larga hilera de vehículos que se formó a través del pueblo, rumbo a uno de los accesos. Desde su perfil de Facebook, la mamá de Facundo los había invitado a acompañarla, con barbijos y respetando el distanciamiento social. En algunos autos se vieron cartulinas con la foto del chico y el reclamo de justicia. “Todos somos Facundo”, exhibía una de ellas.
El tuit de despedida que Cristina le dedicó a su hijo el miércoles por la tarde, luego de conocer que eran suyos los restos hallados en Villarino Viejo, se hizo viral. La leyenda “Vuela alto mi niño que suene tu redoblante tan fuerte que no le de paz a quienes te hicieron tanto daño tu bruja velara por ti por justicia hasta que nos volvamos a abrazar”, circuló por las redes sociales, también para convocar a la despedida.
El mismo miércoles por la noche, un grupo de vecinos de Pedro Luro había iniciado una vigilia en la ex estación de trenes, a pocos metros de la casa de Facundo, en el barrio Bonacina. Allí donde el chico y sus amigos de Jóvenes por la Memoria se reunían y desde donde partieron las movilizaciones para pedir por su Aparición con Vida.
“Cris, el pueblo te abraza y pide Verdad y Justicia por Facu”, decía la pancarta que rodearon de velas encendidas. Estaba ilustrada con dibujos del chico y varias vaquitas de San Antonio, como la que había dentro del amuleto que le había regalado su abuela y que fue encontrado dentro de una bolsa en los fondos del destacamento policial de Teniente Origone.
Rumbo al cementerio y en el acceso principal a Pedro Luro y la ruta 3, la mamá de Facundo recibió un especial mensaje de apoyo. Sus compañeras de la estación de servicio ubicada sobre la entrada se corrieron unos metros hasta la carretera con un cartel en el que se leía “Fuerza Cris!!! Estamos con vos. Shell”. Algunas de ellas estaban con su uniforme de trabajo.
Pasadas las 16, el cortejo ingresó al predio y ya no hubo más ruido que el silbido del fuerte viento que hacía flamear las banderas colocadas sobre el féretro. Entre ellas, una de Boca, que le llevaron sus amigos. Algunos llantos sin consuelo quebraban también el silencio dominante de la dolorosa escena.
Los empleados de la casa fúnebre bajaron el ataúd al borde de la tumba y permitieron a sus familiares y amigos acercarse para darle el último adiós. Algunos se acercaron y lo tocaron. Sus más cercanos, lo rodearon, se abrazaron y se juramentaron no descansar hasta hacer justicia por "Kufa", antes de que la batucada volviera a sonar con fuerza.
Bahía Blanca. Corresponsal.
GL
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Fuente:
Gabriel Bermúdez, El adiós a Facundo Astudillo Castro: la batucada de los amigos y el llanto de una madre, en un pueblo desconsolado, 3 septiembre 2020, Clarín. Consultado 3 septiembre 2020.
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