sábado, 29 de agosto de 2020

Incendios sin control: por qué es importante conservar los árboles

Sólo en la última década, en nuestro país se ha deforestado un promedio de 240.000 hectáreas anuales de bosques nativos y el Gran Chaco es una de las ecorregiones más afectadas por esta problemática.

por Laura Rocha

Cientos de miles de hectáreas arden en la Argentina sin control. Buena parte de esa superficie está compuesta por bosque nativo y humedales, que pierden terreno a manos del agronegocio o del negocio inmobiliario. Hoy es Día del Árbol, y sin embargo se hace poco por celebrarlo.

El país, en donde no dejaron de registrarse desmontes ni en pandemia, registra datos preocupantes. Sólo en la última década, en nuestro país se ha deforestado un promedio de 240.000 hectáreas anuales de bosques nativos y el Gran Chaco es una de las ecorregiones más afectadas por esta problemática.

Según el Informe Bosques Vivos ‘Living Forest Report’ de WWF, el Gran Chaco Americano es uno de los 11 frentes de deforestación del mundo. Además, ha sido uno de los lugares con las tasas más altas de deforestación y degradación. ¿Qué significa esto? Desde hace más de un siglo esta región enfrenta la pérdida sostenida de su patrimonio natural y cultural a causa del uso no planificado de los recursos y el avance de la frontera agropecuaria.

“El bosque chaqueño se expande sobre un cuarto del territorio argentino, incluyendo la totalidad o partes de 11 provincias y albergando casi un 60% de los bosques del país. Esta superficie equivale a dos veces la provincia de Buenos Aires o tres mil veces la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, explica la Fundación Vida Silvestre Argentina.

Si miramos un poco más hacia atrás, durante los últimos 35 años hemos perdido 12 millones de hectáreas de zonas boscosas en la región chaqueña, lo que significa aproximadamente un 20 % de sus ecosistemas naturales. La mayor proporción de esta transformación ocurrió durante los últimos quince años y se concentró principalmente en las provincias de Chaco, Salta y Santiago del Estero.

“Para hacer frente a esta problemática es importante que se implementen políticas de regulación y control. En Argentina contamos con una gran herramienta para frenar la deforestación: la Ley de Bosques. Sin embargo, desde su implementación, nunca pudo contar con su presupuesto completo y recibió mucho menos de lo que correspondía. Esto conlleva una serie de trabas y retrasos, dificultando su correcta implementación, regulación y fiscalización.”, agregaron en la entidad ambiental.

La histórica sequía que afecta a esta región, que amenaza con seguir extendiéndose en el tiempo, fue la combinación perfecta para el desastre ambiental que están dejando los incendios que hasta ayer se registraban en nueve provincias.

Incluso, un grupo de organizaciones ambientalistas pidió la intervención de la ONU ante la magnitud del desastre. “Queremos requerirle formalmente a su persona que intervenga con suma urgencia ante esta crisis socioambiental reinante en Argentina, en apoyo a la lucha de años de la sociedad civil por la sanción de una Ley Nacional de Humedales y una efectiva implementación de la Ley de Bosques Nativos, entre otra legislación socioambiental, así como por la salvaguarda de los derechos de pueblos originarios y comunidades locales, tradicionales e isleñas, y en general de toda la ciudadanía argentina”, solicitaron los representantes de la sociedad civil al relator especial de Derechos Humanos y Medio Ambiente de la ONU.

“Estos sucesos trágicos de los que damos cuenta dejan expuesta la ausencia de un control de actividades antrópicas por parte de las autoridades competentes, y la débil institucionalidad ambiental para la gestión sostenible de los ecosistemas y bienes naturales que estos alojan. En definitiva, las consecuencias que trae aparejado el hecho de que lo ambiental no sea política de estado ni esté en las plataformas políticas como una prioridad. No ha habido constitución alguna de comités de crisis, ni impulso de un fuerte trabajo territorial multisectorial esencial para llegar a arreglos mínimos de corto plazo con el sector productivo, que irresponsablemente o intencionadamente lleva adelante quemas en las condiciones reinantes, para avanzar en acordar formas de producción que aseguren la sostenibilidad de la integridad ecológica de los ecosistemas”, continúa la misiva que reclama la urgente sanción de una ley que proteja los humedales.

Respecto de la aplicación de la ley de bosques, en WWF indicaron: “Y si bien la correcta aplicación de norma es el primer paso -y lo mínimo que deberíamos hacer- para proteger los bosques nativos, no resulta suficiente. Especialmente porque la ley permite la deforestación en más de 6 millones de hectáreas. Entonces el desafío es ir más allá de la ley y asumir compromisos superadores que permitan conservar no sólo los bosques, sino también las culturas asociadas a ellos, la biodiversidad, y los servicios ambientales”.

En busca de hallar compromiso y soluciones se conformó “Compromiso por el Gran Chaco argentino 2030”, una iniciativa impulsada por más de 100 organizaciones de la sociedad civil -entre ellas Vida Silvestre- y de la academia, que tiene como objetivo hacer un llamado a la acción a todos los sectores de la sociedad para proteger los bosques nativos de la región chaqueña. A través del documento firmado por dichas organizaciones, se pretende interpelar al Estado, al sector privado y a la sociedad civil a accionar de manera urgente para evitar la deforestación y conversión de los ecosistemas naturales y sus graves consecuencias.

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