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Se
acuerda que la semana pasada recordamos la nube radiactiva de
Chernobyl, la de Fukushima, ¿y hablé de una del 2017 que provino de
territorio ruso pero que nadie se atribuyó?
Bueno,
cuando estaba enviando el programa a la emisora, ¡pláf! otra nube
radiactiva más! De hecho, cuando envié el aviso del temario de ECOS
del 4 de julio y puse que era una nube de Rutenio, rápidamente
algunos compañeros me preguntaron ¿ya se sabe que es Rutenio? Ellos
hablaban de la nube actual, y yo de la de 2017.
¿Por
qué reflexiono sobre esto? Entre Chernobyl y su bube y Fukushima y
la suya, pasaron 16 años. Entre la nube de Fukushima y la de 2017,
pasaron 6 años. Entre la de 2017 de la que hablé el sábado pasado
y ésta nuevita, 2020, pasaron sólo 3…
16,
6, 3… los períodos se achican temerariamente. ¿Cuándo será la
próxima? Con algunos hablábamos del excelente negocio de vender
paraguas de plomo en Europa, pero más allá del chiste fácil, el
espacio entre nube y nube se acortó dramáticamente, y la
probabilidad nos alerta de hoy, de mañana. Ya no lo que siempre se
dice acerca de la radiación, su improbabilidad, que muere más gente
de tabaquismo, etc.
¿Qué
pasó ahora, con la nube 2020?
Suecia,
Noruega y Finlandia empezaron a preguntar: ¿Y ahora quién fue?
porque sus detectores volvieron a sonar. Claro, ya se sabe lo que
iban a decir: “Aunque se trata de un nivel bajo e inofensivo para
los seres humanos, las autoridades locales emitieron una alerta para
investigar el origen de esta peculiar actividad nuclear”. Igual que
con Chernobyl, igual que con Fukushima, igual que en 2017.
El
OIEA (Organismo internacional de Energía Atómica) logró determinar
que estaba relacionada “con el funcionamiento de un reactor nuclear
en funcionamiento o en mantenimiento" aunque no ha podido
precisar la ubicación del reactor responsable, y le pidió reportes
de accidentes nucleares en sus territorios a más de 40 países del
viejo continente.
El
Instituto de Salud Pública y Medio Ambiente de Holanda dijo que los
“radionúclidos provienen de Rusia occidental". Un mapa
publicado por la Organización del Tratado de Prohibición Completa
de los Ensayos Nucleares determinó que los aumentos de la
radiactividad cubren el sur de Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia y
la frontera del noroeste de Rusia.
Algunos
medios apuntaron el telescopio a Chernobyl, pero parece que no.
Rusia, a través de su agencia de noticias oficial TASS, citó a un
portavoz del operador nacional ruso Rosatom, asegurando que las dos
plantas nucleares del noroeste del país no han reportado ningún
problema. Las plantas de Leningrado, cerca de San Petersburgo, y de
Kola, cerca de Murmansk, dijeron, "operan con normalidad, con
niveles de radiación dentro de la norma". Caramba, perdonen que
vuelva a lo mismo, pero son las mismas expresiones a horas de
Chernobyl… Y agregaron que entre el 1 y el 24 junio no pasó nada
de nada que tenga que ver con ellos, y que sus estaciones de
monitoreo que chequean la radiación en todo junio 2020 no marcaron
dosis elevadas de la radiación gamma que representen peligro para la
población. Debo agregar por las mías, que la radiación gamma no
tiene emisiones seguras. En absoluto. Es la peor de todas. La que
mata en el acto, y atraviesa, llevándose pedazos, el ADN celular.
Sigamos.
En Francia está el laboratorio Criirad, especializado en el control
de radiactividad, que dijo, ante la posibilidad de que fuese un
incendio o algo inusual en Chernobyl, que la detección de isotopos
radiactivos de muy corta vida lleva a descartar esta pista. La
detección en Helsinki de elementos radiactivos de corta duración
como cesio 134 (período de 2 años) y especialmente rutenio 103
(período de 39 días), permite excluir que se trate de la combustión
de biomasa contaminada por Chernóbyl en 1986. Los números no dan.
Esto se escapó de un reactor en funcionamiento ruso, ahora (mediados
de junio) y sin embargo, el gobierno ruso a traves de su agencia
estatal, Rosatom, lo sigue negando.
Entretanto,
miren qué bien, los rusos que se habían enojado con la serie
Chernobyl que medio mundo vio, y que se juraron ofrecer su versión,
lo han hecho, muy rápidamente: en menos de un año filmaron y están
estrenando Chernobyl Abyss, que viene a ser “el abismo de
Chernobyl”. ¿Qué nos contarán? La verdad, muero de curiosidad.
Habrá que verla.
Contenido
-
Ventas fraudulentas de tierras. Osvaldo Echeverría
El particular caso de los corredores en Capital Federal que salieron "en manada" luego de ser habilitada la actividad, desnudó una realidad, la falta de espacios verdes y públicos. Amigos del Lago Palermo es una organización que sabe mucho del tema, ellos trabajan en el recupero del espacio público ante el avance de los negociados por la tierra en la Ciudad de Buenos Aires.
-
Necesaria y urgente reconversión agroecológica. Damián Vega
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS
se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio
creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones
globales (convenios internacionales, problemáticas generales)
nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo
general Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión
de las temáticas ambientales y culturales en aras de la
concientización y la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
-
Aumentar el bagaje de información disponible para el público en
general.
-
Difundir las cuestiones ambientales y culturales que se problematizan
en la región.
-
Acompañar los emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo
sustentable.
-
Facilitar el acceso a las informaciones generadas en el seno de las
instituciones formales dedicadas al medio ambiente y a la
recuperación de las culturas tradicionales.
-
Poner en conocimiento del público en general disposiciones vigentes
que protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana
Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación
Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace
más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y
medios gráficos del país y del exterior.
Es
activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva
adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al
ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico,
cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de
Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es
miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de
la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana
de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
La obra de arte que ilustra esta entrada es “L'Homme d'Hiroshima” (El hombre de Hiroshima), un tapiz de 4,37 × 2,92 metros, realizado en 1957 por el artista Jean-Lurçat, considerado el renovador de la tapicería francesa. La silueta del hombre en desintegración resalta sobre un fondo verde, adoptando la forma del “hongo atómico”. El hombre es destruido física y moralmente, como lo prueban las llamas que salen de su cráneo. Texto: Museo Jean-Lurçat de la tapicería contemporánea, Angres, Francia.
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