lunes, 27 de julio de 2020

Comunidades afectadas: ¿quién tiene derecho a decidir?


por Pablo Lada

Chubut, 23 julio 2020.- Como era de esperar la Iniciativa Popular impulsó al lobby minero a mover piezas en el tablero de ajedrez donde se juega la disputa de sentidos. Deslegitimado socialmente se posiciona a través de campañas publicitarias. Es que la gran llegada de la Iniciativa Popular los preocupa. Y tienen razón para preocuparse, a solo un mes del lanzamiento varias comunidades superan el 10% del padrón electoral, tres veces lo que exige la legislación.

La ciudadanía está avalando con su firma un proyecto de ley que busca proteger el agua y que ponga un punto final al lobby minero. La estrategia del sector corporativo transnacional pasa por tapar mediáticamente el importante movimiento social generado alrededor de la Iniciativa Popular, instalando sus propias noticias.

La tapa de los medios gráficos que mostraron la movilización en Gastre en favor de la actividad minera dejó en claro el objetivo de contrarrestar la Iniciativa Popular como herramienta de participación en la toma de decisiones. Los principales voceros del lobby salieron rápidamente a instalar la idea de que la “decisión de la minería debería estar únicamente en la gente de la Meseta, particularmente en Gastre, donde la canadiense sostiene oficinas y personal. La pregunta entonces es ¿quién tiene derecho a decidir?

A los más veteranos este mensaje nos trajo recuerdos de otras batallas. Durante la lucha contra el basurero nuclear de Gastre se dio una situación similar y en 2017 también, cuando el pueblo de Río Negro dijo No a la central nuclear. El impacto del repositorio de residuos radiactivos abarcaba un área tan grande que hasta en Chile se movilizaban rechazándolo. Y una planta nucleoeléctrica en Sierra Grande no podía dejar indiferentes a los chubutenses que seríamos tan afectados como la población de Río Negro.

De igual manera, la apertura de la megaminería en la Meseta generaría impactos para buena parte de la provincia. Los yacimientos uraníferos, una de las más dañinas formas de minería, cruzan el río Chubut de un lado al otro. En yacimiento Navidad Pan American Silver planea remover cada día 110 millones de kilos de roca, el volumen equivalente a centenares de veces todos los residuos de Chubut. Para dimensionar las proporciones el GIRSU procesó en un año 55 millones de kilos de residuos urbanos provenientes de 5 municipios, en un año la mitad del volumen que removería la minera canadiense en un solo día. Ni que hablar de los elementos químicos que liberarían al ambiente, la afectación del acuífero Sacanana y la cuenca del río Chubut. Además, por supuesto, el transito constante de explosivos y químicos peligrosos por el Golfo Nuevo, santuario mundial de las ballenas, el puerto de Madryn y las rutas de la provincia.

Queda claro que una decisión semejante no podría estar jamás en manos de un pueblo en particular, son las comunidades afectadas por los emprendimientos mineros las que deciden su futuro. Y entre ellas, mal que les pese, estamos tod@s los que vivimos aguas abajo del río Chubut. Más aún, los pueblos de la Meseta también se movilizan contra la megaminería y por la Iniciativa Popular, la marcha de Gastre mostró a 50 personas vinculadas a la empresa minera. Negar la realidad es de necios y autoritarios.

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