Un
nuevo estudio científico realizado por la Universidad del Oeste de
Inglaterra y los Laboratorios de Investigación Greenpeace de la
Universidad de Exeter, presentó la hipótesis de que los riesgos de
enfermedades estén interconectados con la degradación de la
biodiversidad y procesos naturales como el ciclo del agua (1).
El
documento, publicado en la revista Environmental Science and Policy,
se titula: “El papel de los ecosistemas en la mitigación y gestión
de COVID-19 y otras zoonosis”. La investigación utilizó un marco
diseñado para analizar las relaciones complejas entre la sociedad y
el medio ambiente, y concluye que mantener los ecosistemas en buen
estado de conservación , así como sus beneficios ambientales y de
salud asociados es clave para prevenir la aparición de nuevas
pandemias.
El
informe advierte: “Una combinación de crecimiento de la población
y reducción de los ecosistemas y biodiversidad ha culminado en
oportunidades sin precedentes para la transmisión de patógenos de
los animales a las personas. Simultáneamente, la capacidad de la
naturaleza para proveer elementos imprescindibles para el bienestar
de las poblaciones (aire limpio, agua, etc) está en declive, y
compromete la satisfacción de diversas necesidades humanas. Esta
“tormenta perfecta”, de mayor propensión a la generación de
enfermedades zoonóticas y la disminución de las capacidades del
ecosistema para proporcionar servicios esenciales como agua dulce
para el lavado y saneamiento, exacerba los riesgos generales para la
humanidad”.
La
pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas, por
la deforestación, el cambio del uso de la tierra y la agricultura
intensiva, agrava aún más el problema al disminuir la
disponibilidad de agua y otros recursos esenciales para reducir la
transmisión de enfermedades y mitigar el impacto de las infecciones.
En
nuestro país, la situación contradice estas recomendaciones
científicas en relación al ambiente, en tanto la destrucción de
bosques continúa aún durante el período de aislamiento social
preventivo y obligatorio, con más de 17.000 hectáreas deforestadas.
“Estamos
ante una evidente crisis climática, sanitaria y de biodiversidad.
Resulta de una enorme irresponsabilidad que Argentina siga perdiendo
bosques nativos y agravando el problema”, señaló Hernán
Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El
autor principal de la investigación, Mark Everard, de la Universidad
del Oeste de Inglaterra, explicó: “Los ecosistemas restringen
naturalmente la transferencia de enfermedades de los animales a los
humanos, pero esta capacidad disminuye si los ecosistemas se
degradan. Al mismo tiempo, el deterioro del ambiente afecta la
disponibilidad de agua adecuada para la higiene y el tratamiento de
enfermedades. El riesgo de enfermedad no se puede disociar de la
conservación del ambiente y los recursos naturales”.
David
Santillo, de los Laboratorios de Investigación de Greenpeace en
Exeter, agregó: “La velocidad y la dimensión con la que se han
tomado acciones radicales para limitar los riesgos de salud y los
impactos financieros del COVID-19 en distintos países, demuestran
que el cambio sistémico para hacer frente a otras amenazas
existenciales globales, como la emergencia climática y el colapso de
la biodiversidad, también son posibles; sólo es necesaria voluntad
política”.
Notas:
Fuente:
Científicos advierten posibles nuevas pandemias si se siguen destruyendo ecosistemas, 2 julio 2020, Greenpeace Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario