El
Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) muestra su rechazo a la
continuidad del proceso de renovación de la autorización de
funcionamiento de la central nuclear de Almaraz para que opere hasta
octubre de 2028.
Para
el MIA esta prolongación de la vida de diseño es un enorme riesgo
que puede salir demasiado caro. Por ello, exige que al menos antes de
la concesión de la autorización se imponga el pleno cumplimiento de
las medidas de seguridad indicadas.
Ante
el reciente traslado de la documentación del Consejo de Seguridad
Nuclear al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto
Demográfico sobre Almaraz, el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA)
muestra su rechazo a la continuidad del proceso de renovación de la
autorización de funcionamiento de esta central nuclear para operar
hasta octubre de 2028. Con el apoyo a los planes financieros de las
propietarias de la central, Iberdrola, Endesa y Naturgy, se sigue
hurtando el debate ciudadano y social sobre el riesgo nuclear.
La
plataforma considera que, aunque era previsible, resulta frustrante
recibir la noticia del envío del informe del Consejo de Seguridad
Nuclear (CSN) sobre la prolongación del funcionamiento de las
centrales nucleares que operan en Almaraz sin haberse producido
ningún debate sobre la continuidad del envejecido parque nuclear ni
tampoco el fin del proceso de participación del PNIEC. A la espera
de la decisión definitiva al respecto, es una responsabilidad del
Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Sin
embargo, parece que el ministerio agilizará los trámites debido a
la cercana caducidad del permiso actualmente vigente, cediendo ante
las presiones económicas de las empresas del sector. Se continúa
así el largo historial de apoyos a esta tecnologías que han
proporcionado enormes beneficios a las empresas propietarias. A su
vez, siguen sin aportar fondos suficientes para la gestión de unos
residuos nucleares que estas empresas han generado. Residuos cuya
actividad radiactiva se mantiene por cientos de miles de años, sin
que a día de hoy exista una solución definitiva para su
confinamiento seguro.
En
el caso de Almaraz es todavía más preocupante la situación porque
se trata de la central nuclear más obsoleta de España y, por tanto,
la más peligrosa, como demuestran los numerosos incidentes y
accidentes que arrastra en los últimos años. Unos incidentes que se
minimizan con el falso argumento sobre los puestos de trabajo. Unas
promesas que ignoran tanto el inevitable cierre nuclear como las
oportunidades de empleo ligadas al desmantelamiento. Un balance
económico cuestionable, como indicó incluso la agencia Goldman
Sachs, que aconsejó vender la acciones de Endesa y Naturgy (dos de
las propietarias de Almaraz I y II) al prever “el aumento en los
incumplimientos de pago por parte de los clientes, así como el
desempleo, lo que podría traducirse en pérdidas de en torno a 8.000
millones de euros anuales tanto en 2020 como en 2021”.
Para
el MIA esta prolongación de la vida de diseño es un enorme riesgo
que puede salir demasiado caro. Por ello, exige que al menos se
imponga el pleno cumplimiento de las medidas de seguridad indicadas
en el informe que el CSN acaba de enviar al Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de las comunicadas
anteriormente, antes de continuar con la renovación de la
autorización de explotación de la central, así como establecer
mayores garantías, incluidas las financieras, para que las empresas
propietarias sean responsables civil, penal y patrimonialmente de
cualquier accidente, negligencia u omisión de las comunicaciones en
materia de seguridad nuclear y de la gestión de los residuos
nucleares.
Las
organizaciones de toda la península ibérica que componen el MIA,
quieren hacer llegar al Ministerio para la Transición Ecológica y
el Reto Demográfico su indignación por no anteponer la protección
de un futuro sin el continuo riesgo nuclear. Asimismo, el MIA señala
como hoy el caso del incendio de Chernóbil, en plena pandemia,
disparando los niveles de radiación, muestra de nuevo las
catastróficas consecuencias de una emergencia nuclear. Las
organizaciones vuelven a instar al Gobierno de España a replantearse
el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y dar un paso
firme y decidido para, en palabras del MIA, “jubilar las
nucleares”.
Es
tiempo de poner el esfuerzo en un futuro verdaderamente sostenible,
para lo que Extremadura tiene un gran potencial de desarrollo. Para
ello, concluye el MIA, “es necesario cerrar Almaraz y todas las
demás”.
Fuente:
La amenaza nuclear en Almaraz se prolongará ocho años más, 9 mayo 2020, Movimiento Ibérico Antinuclear. Consultado 9 mayo 2020.
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