Acto
simbólico en el procesos de desmantelamiento de centrales atómicas
en Alemania, que debe quedar completado antes de acabar el 2022.
por
Joaquim Elcacho
Alemania
aprobó su primer plan de Salida de la energía nuclear el año 2000.
Dos años más tarde se modificó la ley que regulaba este proceso
-sin llegar a concretar el abandono total de esta fuente de energía-
y en el 2010 se volvió a actualizar por un acuerdo de la mayoría
del Bundestag que daba apoyo al gobierno de Angela Merkel.
En
mayo de 2011, poco después del siniestro en Fukushima, Alemania
aprobó un nuevo calendario de clausura progresiva de todas sus
centrales nucleares, con el objetivo de desconectar de la red
eléctrica la última de estas instalaciones antes del 31 de
diciembre de 2022.
Los
planes llevan algo de retraso pero siguen su curso y a primera hora
de este jueves 14 de mayo han tenido un momento lleno de simbolismo
con la demolición controlada de dos torres de refrigeración de la
central de Philippsburg.
Las
dos grandes chimeneas de enfriamiento de esta planta nuclear en el
suroeste de Alemania cayeron a tierra por efecto de explosiones
detalladamente preparadas, en una operación que se había mantenido
parcialmente en secreto para evitar la presencia de público,
especialmente en estos momentos en que las autoridades siguen
tratando de evitar aglomeraciones debido a la pandemia de
coronavirus.
El
operador de la planta, la empresa EnBW, había anticipado algunos
datos sobre la operación y ha facilitado imágenes desde varios
ángulos en las que se pueden observar como caen las torres de 150
metros de altura de Philippsburg, cerca de Karlsruhe.
Este
tipo de equipamientos sirven para bajar la temperatura del agua que
circula los circuitos de las centrales nucleares (para reducir el
calor residual procedente del reactor nuclear), con la finalidad de
volver a utilizar esta misma agua de nuevo en las centrales o antes
de verterla a los ríos o lagos próximos a la instalación
energética. Las torres de este tipo no emiten a la atmósfera gases
contaminantes sino que de su interior solo se desprende vapor de
agua.
Los
dos reactores de la planta de Philippsburg se cerraron en 2011 y 2019
como parte del plan de Alemania para abandonar la energía nuclear.
Parte de los terrenos ocupados hasta ahora por estas grandes torres
serán ocupados en el futuro por una estación transformadora que
facilitará el posterior transporte de electricidad generada a partir
de fuentes renovables en el norte de Alemania al sur del país.
Las
centrales nucleares en funcionamiento en Alemania producen en la
actualidad aproximadamente el 17 % de la energía eléctrica nacional
en el año 2011, comparado con el 22,4 % del año 2010.
Con
la entrada en vigor de la modificación a la Ley de la energía
nuclear el 6 de agosto de 2011, las siete centrales nucleares más
antiguas de Alemania y la central nuclear de Krümmel perdieron sus
licencias de operación.
Según
esta ley, los nueve reactores nucleares restantes deberían ser
desconectados antes de acabar el 2022.
Tres
de estos reactores ya han dejado de funcionar: Grafenrheinfeld,
cerrado el 28 de junio de 2015, Gundremmingen B el 31 de diciembre de
2017 y Philippsburg el 31 de diciembre de 2019. Quedan por tanto en
funcionamiento todavía seis reactores nucleares en Alemania.
Fuente:
Joaquim Elcacho, Espectacular demolición en una central nuclear alemana en fase de clausura, 14 mayo 2020, La Vanguardia. Consultado 15 mayo 2020.
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