viernes, 22 de mayo de 2020

Con el río más limpio y cristalino, “reaparecieron” los bagres en el Suquía

Los peces pueden ser reconocidos ahora a simple vista, debido a un menor nivel de contaminación de las aguas. En otros ríos de la provincia también es posible visualizar especies a la altura de los pueblos.

por Héctor Brondo

La habitual turbiedad de las aguas hace dificultoso advertir -a simple vista y a plena luz del día- la presencia de peces en el río Suquía. Al menos en su trayecto por la ciudad de Córdoba.

Por esa razón, quienes salieron a caminar el último fin de semana por las riberas de ese torrente en su andar urbano se sorprendieron de manera grata al ver que en el fondo del cauce no sólo hay piedras, algas, barro y basura acumulada (entre otras cosas), sino también peces de diferentes tamaños y escamas.

Acá siempre hubo ‘viejas del agua’, mojarritas y otros pescados que no sé cómo se llaman; tienen la panza blanca y la espalda marrón, gris o algo así”, sorprendió Jonathan (16) al cronista desprevenido.

Lo que pasa es que ahora es fácil verlos porque el agua está más clara, no sé por qué”, razonó el recolector de cartón, papel y desechos reciclables. Lo hace en el área determinada por las calles Octavio Pinto, Padre Luis Galeano y Ramón Bautista Mestre, en el oeste de la Capital. “Esa es mi zona de trabajo”, precisó con autoridad.

El Suquía es el río más contaminado de la provincia. El mayor impacto que recibe es uno de los que con mayor facilidad podría revertirse, según los ambientalistas: la falta de tratamiento de los líquidos cloacales. La Capital es la principal fuente de aporte a la degradación.

A remojar lombrices

Antes de la cuarentena, Jonathan solía ir “al río Primero a remojar lombrices con los ‘cabezas’ de la barra”, comentó.

- ¿Sacaban algo? - le preguntamos.

- Sí, pero vamos de vez en cuando, más para pasar el rato que a otra cosa– nos respondió.

Los policías afectados al control en el puente Zípoli (al oeste de la ciudad) también habían advertido el cambio de apariencia del curso de agua. Lo mismo que algunos adoradores de los atardeceres que suelen disfrutar de ese espectáculo natural junto al río. Uno de ellos registró la impresión con su teléfono celular y compartió el video con La Voz.

Qué ves cuando los ves

A simple vista, parece que se trata de una especie de bagre”, arriesgó un aficionado a la pesca con devolución que conoce bastante de fauna ictícola. “¿Ves que tiene bigotes que sobresalen de la boca?”, advirtió la seña particular de la pieza que observó en la pantalla del celular.

Por esa característica, a esta variedad se la conoce también en algunos lugares como pez gato”, apuntó.

Se cree que los “mostachos” le sirven para detectar alimento y percibir los cambios de temperatura y contaminantes del ambiente. Los bagres son peces de piel lisa desprovista de escamas. El color varía según le especie. El más común es el gris que en algunas partes del cuerpo adopta una tonalidad más brillante.

Como el que lucen los bagres que se ven ahora a simple vista y en plena luz del día en algunos puntos del río Suquía, en su travesía por la ciudad de Córdoba.

Inesperada aparición de truchas

Mientras atraviesa la ciudad de Jesús María, el río Guanusacate tiene escasa profundidad y es bastante infrecuente toparse con diversidad y cantidad de especies ictícolas en su cauce. Pero este verano fue la excepción y muchos aficionados a la pesca detallaron un dato curioso: fue posible ver alevinos -las crías de las truchas- en cantidad, justo allí en la llanura.

Luis Pastawski, que vivió 30 años frente al río, se mostró sorprendido por la noticia y aseguró que en todos los años en que vivió allí jamás se topó con esta especie.

Los lugareños sí saben que río arriba, en la zona de las sierras chicas, esos avistamientos son más frecuentes ya que la especie fue “sembrada” en al menos dos décadas diferentes, pero que aparezca tan abajo podría ser signo de que alguien la estuvo sembrando recientemente.

Martín Vázquez, vecino de La Granja e integrante de “La mesa del agua” de esa localidad, es un conocedor de casi todos los cursos de agua de la zona. Él también quedó intrigado por la noticia de hallar a la trucha tan abajo. No descarta la hipótesis de la siembra. Otra chance podría ser que alguna crecida las haya arrastrado, aunque durante el verano 2020 no hubo ninguna de magnitud.

Aunque exótica y depredadora, la trucha no es vista en esta zona como una amenaza porque se trata de ríos en los que -salvo alguna mojarra, bagre o vieja del agua- no hay diversidad ni cantidad suficiente. La trucha en ese contexto aparece, incluso, como una oportunidad en términos turísticos.

Fuente:
Héctor Brondo, Con el río más limpio y cristalino, “reaparecieron” los bagres en el Suquía, 21 mayo 2020, La Voz del Interior. Consultado 22 mayo 2020.

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