ROMA,
11 may 2020 (IPS) - La langosta del desierto, que devora pastos y
cultivos, mantiene su amenaza sobre la alimentación de millones de
personas en África oriental a pesar de los progresos para
contenerla, según un informe de la FAO divulgado este lunes 11.
La
lucha contra esa plaga “es una batalla larga, y pese a los
progresos más personas están en riesgo de perder sus medios de vida
y de que empeore su seguridad alimentaria en los próximos meses»,
dijo Qu Dongyu, director general de la FAO (Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
La
FAO apoya los trabajos de contención de la plaga en 10 países, con
plaguicidas, bioplaguicidas, equipos y aviones para fumigación, y
tareas de monitoreo, de control y de capacitación.
El
organismo indicó que durante la actual campaña se han logrado
salvar 720 000 toneladas de cereales, suficientes para alimentar a
cinco millones de personas durante un año, y 350 000 familias
pastoriles se han librado de la amenaza de la indigencia al conseguir
salvar sus pastizales.
Si
bien las franjas de tierra tratadas están ahora relativamente libres
de esta voraz plaga, la primera oleada de enjambres se ha reproducido
y en junio una segunda oleada pasará de la etapa inmadura a la de
adultos jóvenes, alzando el vuelo cuando muchos agricultores de
África oriental se apresten a recolectar sus cosechas.
La
plaga aumenta la amenaza del hambre que, según las agencias de
Naciones Unidas, puede alcanzar en el segundo semestre de 2020 a 25
millones de personas en Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del
Sur, Sudán, Tanzania, Uganda y Yibuti.
Al
otro lado del mar Rojo, en Yemen, donde 17 de sus 30 millones de
habitantes ya padecen inseguridad alimentaria aguda (personas que no
consumen los alimentos mínimos para su desenvolvimiento diario), las
langostas se han estado reproduciendo en zonas interiores de difícil
acceso.
La
langosta del desierto (Schistocerca gregaria) es una especie de
ortóptero celífero cuyas plagas han amenazado la producción
agrícola de África, Oriente Medio y Asia durante siglos, y desde
hace 50 años es monitoreada por la FAO.
Se
la considera la plaga migratoria más destructiva del mundo: un
enjambre que cubra un kilómetro cuadrado puede contener 80 millones
de insectos o más y devorar en un solo día los cultivos con los que
se alimentarían 35 000 personas, al tiempo que la nuble de insectos
se desplaza hasta 100 kilómetros en la misma jornada.
Desde
que la FAO lanzó su actual campaña en enero ha recibido aportes por
130 millones de dólares, pero Qu dijo que se necesitan más recursos
“para intensificar nuestros esfuerzos y centrarnos no sólo en
combatir la plaga, sino en apoyar los medios de subsistencia de los
agricultores y pastores”.
Insistió
en que, con la llegada de las lluvias a toda la región “las
condiciones siguen siendo muy favorables para la reproducción de las
langostas y requerirán esfuerzos sostenidos y de mayor amplitud
geográfica”.
Ello
porque la plaga puede desplazarse hacia el oeste y azotar el área
del Sahel, la franja semiárida al sur del desierto del Sahara, y
mientras tanto en Asia, en particular en Irán y Pakistán, comienzan
a manifestarse otras plagas de langostas.
A-E/HM
Fuente:
África sigue amenazada por la langosta del desierto, 11 mayo 2020, Inter Press Service.
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