por
Daniel Díaz Romero
Sala
de Prensa Ambiental
Maltrato
animal, trato inadecuado, absoluto desconocimiento e improvisación
constituyeron una situación torturante para un Cóndor que murió a
las pocas horas de transcurrido un hecho en el que intentó ser
“rescatado” en la provincia de Córdoba.
“El
nivel de improvisación y desconocimiento asusta, esa gente no sabe
de manejo de fauna”, señaló una fuente de un organismo nacional
consultada por Sala de Prensa Ambiental: “No se traslada así a un
animal que puede estar lastimado o enfermo; a las aves rapaces -como
el cóndor- se las debe inmovilizar, envolverlas para evitar que
lastimen sus alas y colocarle una caperuza que impida su visión para
no estresarla. Transportarlo, sólo en caso de ser necesario y con
elementos específicos para su traslado a un Centro de
Rehabilitación. Todo esto, luego de una evaluación en el lugar,
supervisada por un médico veterinario y especialistas en el manejo
de fauna. Lo que acabo de ver es lamentable”, concluyó el
especialista.
En
peligro de extinción
En
el contexto de pandemia generada por el COVID 19 es habitual la
circulación de informaciones acerca de la aparición de especies
silvestres en ciudades y pueblos.
El
miércoles pasado, una singular situación se vivió por la presencia
de un imponente ejemplar de Cóndor macho adulto posado sobre un
tanque de agua de una vivienda en San Antonio de Arredondo. Esta
localidad se encuentra en el valle de Punilla, provincia de Córdoba,
a 8 km de Villa Carlos Paz y a 45 km del Parque Nacional Quebrada del
Condorito, santuario de la especie que lleva el nombre del área
protegida.
Esta
ave rapaz está catalogada como una especie en peligro de extinción,
en el apéndice I del CITES (Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).
Para
sorpresa del vecindario de aquella población de unos 4000
habitantes, la imponente ave había roto los límites de su hábitat
natural, ya que la distribución actual del cóndor andino está
restringida a la cordillera de los Andes, aunque en Argentina ocupa
un singular asentamiento ajeno al relieve cordillerano en las sierras
de Pampa de Achala, en las montañas de Córdoba.
El
cóndor es el ave voladora más grande del mundo; puede pesar hasta
15 kilos y, al desplegar las alas, su extensión puede alcanzar los 3
metros.
Si
bien esta ave está protegida por numerosas leyes provinciales y
nacionales, su conservación se mantiene en la cuerda floja: de
hecho, en la provincia de Córdoba se estima que su población roza
apenas unos 130 ejemplares.
Revuelo
del Cóndor
Desafiando
cualquier medida de seguridad e incumpliendo todo tipo de protocolo
existente, aún con la presencia de personal de la policía
provincial e incluso del propio municipio de San Antonio de
Arredondo, los presentes improvisaron un operativo nocturno para
atrapar al animal y “liberarlo”, según los testimonios de
vecinos. En realidad, la imponente ave gozaba de absoluta libertad,
ejerciéndola incluso cuando llegó hasta un paisaje urbano.
Una
iniciativa plagada de tanta buena voluntad como de supino
desconocimiento que se plasmó en un operativo lleno de
improvisaciones que puso en riesgo sanitario a quienes participaron
manipulando al animal tratando de socorrerlo preocupados por su
situación, ya que lo habían visto desplazarse en tierra, entre un
conjunto de acacias.
Como
se puede apreciar en el video, personal de la policía de Córdoba,
vecinos y empleados de la municipalidad de San Antonio de Arredondo
intervinieron sin dar aviso a la autoridad de aplicación, que en
este caso es la Policía Ambiental de la provincia.
Por
desconocimiento u omisión, entendieron que podrían salvar a un
cóndor sometiéndolo a una situación de máximo estrés: fuentes
oficiales consultadas por Sala de Prensa Ambiental reconocieron que
el ejemplar “rescatado” llegó muerto al Centro de Rescate, luego
de ser trasladado.
Tras
una ronda de consultas a organismos oficiales de la provincia, Sala
de Prensa Ambiental pudo establecer que nunca se dio aviso de la
situación a las autoridades del área ambiental que debía
intervenir en este tipo de operativo con técnicos y asistencia
veterinaria especializada.
Al
respecto, fuentes de estos organismos públicos indicaron que existen
protocolos detallados para aplicar en estas situaciones de rescate de
fauna silvestre y que, primero, buscan poner en resguardo a las
personas que intervienen en estas ocasiones. Las mismas fuentes
consultadas advirtieron que el animal, en caso de haber estado
enfermo o intoxicado, podría haber contagiado enfermedades a las
personas que intervinieron sin las debidas medidas de precaución.
Lo
que no se hizo
La
legislación y los protocolos vigentes indican que, ante la presencia
de un ejemplar de fauna silvestre en una propiedad privada, lo
primero que se espera es que el animal siga su curso. Si está en
juego la integridad física de alguna persona se debe dar aviso a la
Policía Ambiental quien debe asistir con apoyo técnico
especializado, entre ellos un médico veterinario coordinando la
tarea con la participación de los centros de rescate provistos de
apoyo material, indumentaria específica y transporte dispuesto para
el operativo.
Desde
los organismos oficiales consultados por Sala de Prensa Ambiental
aguardan los resultados de la necropsia. Hasta ahora, las hipótesis
de la muerte de esta ave giran en torno a la posibilidad de que haya
muerto intoxicada, por un paro cardíaco producto del estrés vivido
o por la combinación de ambas cosas.
La
preocupación de fuentes oficiales consultadas gira, también,
alrededor del riesgo al que se expusieron quienes manipularon al
animal sin la protección adecuada.
Córdoba
perdió, dolorosamente, un ejemplar de su ave insignia que ya no
sobrevuela imponente sobre las quebradas y los cielos de Pampa de
Achala.
Su
muerte fue tortuosa porque la ignorancia mata y el analfabetismo
ecológico, también.
Hace
falta más educación, fuera de las áreas naturales protegidas, que
cultive al vecino para que historias como éstas, plagadas de buenas
intenciones y desconocimiento, no vuelvan a repetirse.
Fuente:
Daniel Díaz Romero, El duelo del Cóndor, 22 abril 2020, Sala de Prensa Ambiental. Consultado 24 abril 2020.
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