Una
sequía histórica secó las Cataratas del Iguazú, dejó sin agua a
parte de Misiones, otorgó menos energía a las represas argentinas,
provocó muerte de peces en el Río Paraná y encareció la logística
en el puerto de Rosario. En buenos términos, Cancillería hará un
pedido a Brasil para normalizar la situación.
por
Santiago Spaltro
El
canciller Felipe Solá le pedirá en los próximos días a Brasil que
habilite el paso de agua a través de sus numerosas represas
hidroeléctricas para compensar la bajante histórica en el Río
Paraná.
Así se lo adelantaron a El Cronista fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, luego de que este medio informara que el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, y algunos diputados nacionales le expresaron la preocupación a Solá por la falta de agua en distintos ríos.
Como
consecuencia de una sequía histórica durante el verano en Brasil,
los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay están con los niveles más
bajos de los últimos 90 años.
El
faltante de agua se ocasionó en un déficit de precipitaciones en el
cordón montañoso Serra do Mar, a escasos kilómetros del Océano
Atlántico, en el este de Brasil.
El
Río Iguazú nace en las cercanías de Curitiba, en el estado de
Paraná, y desemboca en el Río Paraná en la Triple Frontera (Puerto
Iguazú del lado de Argentina, Foz do Iguaçu por Brasil y Ciudad del
Este por Paraguay) y tiene en su curso seis represas hidroeléctricas,
que cerraron sus compuertas: Foz de Areia, Salto Segredo, Salto
Santiago, Salto Osorio, Salto Caxias y Baixo Iguaçu.
De
acuerdo a lo que averiguó este diario, los equipos técnicos de la
Cancillería de Argentina mantienen un buen diálogo con sus pares de
Brasil, comandados por Ernesto Henrique Fraga Araújo.
Entre
ellos mantuvieron teleconferencias y concluyeron este fin de semana,
tras una reunión de los técnicos de Itaipú (represa que comparten,
aguas arriba del Paraná, Brasil y Paraguay) que el faltante de agua
es por un fenómeno natural y no fue forzado.
El
Río Paraná está seco en la Triple Frontera. Al fondo, el Puente de
la Amistad, que comunica Foz de Iguazú (Brasil) con Ciudad del Este
(Paraguay).
Esto
provocó diversos problemas en la Argentina: se "secaron"
las Cataratas del Iguazú (tienen el menor caudal de 2006 y además
están cerradas por la cuarentena obligatoria, dada la pandemia de
Covid-19 -coronavirus-), dos ciudades de Misiones se quedaron sin
agua potable, las represas hidroeléctricas Yacyretá y Salto Grande
tienen menos recursos para generar energía y el puerto de Rosario no
tiene suficiente profundidad.
De
esta forma, se encarecen la logística y la energía en Argentina y
complican el aparato productivo. Incluso, hay reportes de muerte de
pecespor la bajante en los ríos, con un alto impacto al medio
ambiente.
"Hay
una sequía general en la región que afecta a todos los países de
la cuenca. En los próximos días habrá una reunión más formal
para que las represas de Brasil habiliten el paso del agua para que
no se sequen el Paraná y las Cataratas", respondieron en
Cancillería ante la consulta de El Cronista, y remarcaron que "hay
buena predisposición" del país vecino.
Fuentes
de la embajada de Brasil en Argentina, en tanto, aseguraron que "no
hay ninguna noticia de retención anormal de agua en Brasil que
perjudique el flujo hacia la Argentina".
"Al
revés, al tomarse conocimiento de la situación, en carácter
extraordinario y para mitigar los efectos de la sequía en Argentina,
el caudal del río Iguazú fue aumentado por el lado brasileño en la
medida de lo posible. La sequía en la región tiene proporciones
históricas: desde junio de 2019, las precipitaciones en toda la
región vienen bastante por debajo del promedio histórico.
Según
la última "Resenha Energética Brasileira", publicada por
el Ministerio de Minas y Energía de Brasil en mayo de 2019, con
datos actualizados a 2018, la matriz eléctrica del país que ahora
gobierna Jair Bolsonaro depende en un 61,6 % de la energía
hidroeléctrica, que es la fuente de generación más barata
disponible.
Al depender del agua para generar energía a bajo costo, Brasil contuvo
ese recurso escaso en sus represas y contribuyó al bajo caudal de
los ríos, aunque lo determinante fue el hecho natural de la sequía.
En
un documento del Instituto Nacional del Agua (INA) fechado el pasado
martes 7 de abril, se resume que "resulta muy significativa la
reducción de las lluvias sobre casi toda la alta cuenca del río
Paraná en Brasil, la cuenca del río Iguazú y toda la cuenca del
río Uruguay".
"Se
destaca que los núcleos de lluvia más importantes son muy erráticos
y no hay una persistencia de eventos en ninguna subcuenca. La gradual
disminución de los montos acumulados de lluvia va acentuando el
cuadro general de sequía y bajantes. La persistencia de este
escenario obliga a comparar con situaciones precedentes en la
historia registrada de los últimos 50 años", se amplía en el
documento del Ministerio de Obras Públicas.
"Como
dato adicional, cabe mencionar que 2020 es el tercer verano
consecutivo sin alcanzar niveles operativos normales en dichos
embalses, obligando a una reducción de las descargas de todo el
sistema", se agrega.
El pronóstico no es auspicioso: en Rosario, el polo de donde parten las
exportaciones agropecuarias de Argentina al mundo, el nivel del Río
Paraná estará por debajo del metro de profundidad (0,98 metros),
mientras que la próxima semana se ubicaría en apenas 90
centímetros.
Fuente:
Agua: ante bajante histórica del río Paraná, Argentina le pedirá a Brasil que habilite el paso por las represas, 13 abril 2020, El Cronista Comercial.
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