Este
es un artículo de opinión de Hemraj Bhattarai, especialista del
Centro de Investigación y Educación de Katmandú en temas de
contaminación del aire en el Himalaya y el sur de Asia. Se graduó
en el Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana, Universidad
de la Academia China de Ciencias, en Beijing.
por
Hemraj Bhattarai
KATMANDÚ,
16 mar 2020 (IPS) - Una persona adulta joven requiere 15 metros
cúbicos o 15 kilogramos de aire, 1,5 litros o 1,5 kilogramos de agua
y 0,75 kilogramos de alimentos sólidos todos los días. Esto
significa que alrededor de 87 por ciento de nuestro requerimiento
básico diario es aire.
La
pregunta entonces es: ¿qué pasa con nuestra salud y nuestro
ambiente si se contamina el mismo aire? La respuesta corta y simple
es: «la contaminación mata».
La
quema de biomasa (BB) en las cocinas rurales sigue siendo la
principal fuente de energía, particularmente en los países del Sur
en desarrollo. Alrededor de 3000 millones de personas dependen de
fuegos abiertos o de cocinas simples para cocinar.
El
Panorama Mundial de Energía 2011 de la Agencia Internacional de
Energía afirmó que 39 % de la población mundial usa combustible de
biomasa para cocinar o para la calefacción y se consume en gran
medida en los países en desarrollo.
Por
ejemplo, en la década del 2000 se halló que más de 80% de la
energía doméstica en la India proviene de la biomasa, de los cuales
sobre 90% de los hogares utilizan estiércol o madera para cocinar.
Grandes cantidades de partículas gaseosas y de pequeño tamaño que
pueden ingresar a nuestros pulmones se liberan de la BB usada para
cocinar en el área rural.
Esto
degrada negativamente la calidad del aire interior y afecta
gravemente la salud humana y, a mayor escala, contribuye al cambio
climático y a la contaminación atmosférica mundial.
Las
cocinas tradicionales que tienen una combustión incompleta del
combustible de biomasa y emiten cantidades sustanciales de
contaminantes son muy comunes en la región del sur de Asia. Los
tipos comunes de combustible de biomasa utilizados son madera,
estiércol animal seco, bagazo de caña de azúcar, residuos de
cultivos y otros insumos similares.
Ishora
Devi, de 50 años, es una de las usuarias habituales de combustible
de biomasa en una cocina tradicional. Cada día se levanta en torno a
las 4: 30 o 5: 00 de la mañana y enciende la estufa tradicional de
su hogar para cocinar alimentos para humanos y animales (búfalos).
Su familia, ella incluida, tiene ocho miembros, a lo que hay que
sumar sus dos búfalos.
Por
lo general, su cocina se enciende tres o cuatro veces al día, y en
cada ocasión es por una o dos horas, lo que significa que cada día
pasa entre cuatro y ocho horas cerca de la estufa, en un área con
humo. “Uso alrededor de 10 kilógramos de leña cada día”,
explicó.
El
techo de su cocina se volvió negro debido a la continua quema de
leña y la emisión de partículas de hollín. También el color de
la puerta muestra una marcada diferencia en el color: la mitad
inferior es clara, mientras que la mitad superior es marrón o casi
negra.
Esto
indica que el humo una vez liberado es más caliente y más ligero,
así que intenta subir y se acumula en el techo. Por lo tanto, una
persona que trabaja en la cocina de pie tiene más probabilidades de
verse afectada en comparación con la que trabaja sentada.
Devi
es solo un ejemplo de los miles de millones de personas que utilizan
combustible de biomasa y que pasan la mayor parte de su vida en un
ambiente lleno de humo. La mayoría de las cocinas no están bien
ventiladas, así que el aire dentro de esos espacios no puede fluir
suavemente, por lo que muchas personas pueden asfixiarse.
Además
de la quema de biomasa doméstica dentro de la cocina, la quema de
residuos de cultivos también tiene una fuerte influencia en la
contaminación del aire local a regional.
Hallazgos
de 2019 destacaron la influencia significativa de la quema de
residuos de cultivos en el campo o de la madera en la calidad del
aire de Delhi, particularmente durante la temporada posterior a la
cosecha, en el otoño y el invierno boreal.
Los
investigadores utilizaron la tecnología de punta de la huella
digital de isótopos de doble carbono (δ13C / Δ14C) para llegar a
esta sólida conclusión. La quema de residuos de cultivos a pequeña
escala se observa con frecuencia en sitios rurales en el sur de Asia.
Esos pequeños incendios en espacios abiertos emiten enormes
cantidades de gases y aerosoles que una vez liberados a la atmósfera,
degradan su calidad.
El
nepalí Lekhendra Tripathee, profesor asistente de la Academia China
de Ciencias y que en los últimos ocho años trabaja en el área de
la contaminación del aire en el Himalaya y la llanura de la cuenca
del Indo-Ganges, afirma que «la contaminación del aire no tiene
límites políticos (administrativos) y podría transportarse
fácilmente de un sitio a otro».
«Los
humanos son los contaminadores y las víctimas de su acción. Cuanto
más controlemos la emisión, más seguro podremos vivir»,
sentenció.
Cong
Zhiyuan, profesor en el Instituto de Investigación de la Meseta
Tibetana, en la capital de China, identificó el transporte de las
emisiones de biomasa desde el sur de Asia hasta esa Meseta Tibetana y
su impacto en los ecosistemas frágiles y sensibles en un artículo
publicado en Scientific Reports en 2015.
La
quema de biomasa libera enormes cantidades de gases y aerosoles
relacionados con el carbono, el nitrógeno, el azufre y muchos más
que tienen más probabilidades de amenazar la vida humana, el clima y
el ecosistema.
La
quema de biomasa es la causa principal de la contaminación del aire,
lo que conduce a varias enfermedades crónicas como cáncer de
pulmón, infección respiratoria aguda, asma, enfermedad cardíaca,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, etc.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en 2012 la muerte
prematura anual en todo el mundo de 4,3 millones de personas como
resultado de la contaminación del aire interior causada por la
combustión de biomasa al cocinar.
En
general, de todas las muertes por cáncer de pulmón, la
contaminación del aire ambiental representa 29 % y casi la mitad
(sobre 43 %) de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva
crónica es causada por la contaminación del aire.
Las
mujeres, los niños y los adultos mayores son en su mayoría víctimas
de la contaminación del aire interior. La OMS informó que la muerte
de niños menores de 5 años debido a neumonía es el resultado de
partículas (hollín) inhaladas por la contaminación del aire del
hogar.
En
resumen, la contaminación del aire es un problema global y más
grave en el caso del sur de Asia, donde la quema de biomasa es
extremadamente alta. El aumento de la dependencia sobre las energías
renovables, como la hidroelectricidad, podría ayudar a mantener el
ambiente.
T:
MF
Fuente:
Hemraj Bhattarai, Contaminación del aire en el sur de Asia: el impacto de las emisiones de biomasa, 16 marzo 2020, Inter Press Service.
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